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Figuras. Entrevistas de la escena

FIGURAS

Pepa Hernández. Barcelona, 1967. Regidora.

(32´45´´)

Forma parte de esa “escena invisible” que, desde el patio de butacas, resulta imposible contemplar, aunque resulte imprescindible para que lo que sucede sobre las tablas llegue a buen fin. Pepa Hernández descubrió en la regiduría el ámbito idóneo para buscar la belleza y la magia, y lo logra cada vez que cae el telón del Teatro Real –donde desarrolla su labor desde hace casi 30 años– y el público rompe en aplausos. Perseguir cada día la excelencia tras el escenario para que quienes actúan en él brillen conlleva gran exigencia, responsabilidad y precisión; también, capacidad resolutiva, una amplísima formación (que, en su caso, incluye idiomas, dirección de actores, solfeo o diseño de iluminación) y las más variadas habilidades sociales. Con todo, a pesar del estrés que siempre acecha, siente que merece la pena esta profesión por la que, desde la Asociación de Regiduría de Espectáculos, trabaja para que se reconozca y sea una salida laboral para los más jóvenes.

  • Fecha: 9 de junio de 2023
  • Lugar: Teatro Real. Madrid.
  • Duración: 32´45´´
  • Operador de cámara: Víctor Camargo.
  • Realización y edición: Ana Lillo.
  • Entrevista realizada por: Rosa Alvares.

Créditos de fotografías

  • Javier del Real, Chicho, Daniel Alonso, Francisco Leal, Víctor Camargo y Mª José González Ribot.

Créditos de los vídeos

  • El corazón del Teatro Real. Teatro Real 200 años 18_19
  • Giuseppe Verdi. La traviata. Bis “Addio del passato”. Lisette Oropesa. Teatro Real
  • Wolfgang Amadeus Mozart. La flauta mágica, “Der Hölle Rache”. Teatro Real
  • Giacomo Puccini. Turandot. Teatro Real
  • Regiduría, con José María Martínez Vila, Labra. CDN

Créditos de las músicas

  • Alive (breathe in, breathe out) by SO SHA (c) copyright 2022 Licensed under a Creative Commons Attribution Noncommercial (3.0) license. Ft: sparky
  • Documentary Film Background ColorFilmMusic
  • Giuseppe Verdi. Aida “Gloria all'Egitto”. European
  • Wolfgang Amadeus Mozart. La clemenza di Tito, “Parto Parto” Anneliese von Koenig
  • Wolfgang Amadeus Mozart. Cosi fan tutte, Act II - No. 19 Aria “Una donna a quindici anni”. Skidmore College Orchestra
  • Giacomo Puccini. Madama Butterfly, “Amore o grillo”. European. The Grand Seasons Vol II -
  • Giacomo Puccini. La Bohème, “Quando m'en vo'” (Act II, No.13). West Saxon Symphony Orchestra

Agradecimientos

  • Teatro Real y CDN.

Los súper poderes de una regidora en si bemol

El poderoso veneno del teatro tiene mil y un caminos para inocularse sibilinamente. En algunos casos, basta con ver sobre las tablas una actuación excelente o desear convertirse en los más insospechados personajes, sin abandonar tu propia esencia. En el caso de María José Hernández (más conocida en toda la profesión como Pepa Hernández), el vehículo para su propagación fue una Vespa. Aquella moto que le permitió ganarse un dinero extra como colaboradora del Festival Camp de Mart de Tarragona. Es cierto que aquella joven estudiante de Filosofía tenía inquietudes culturales como la fotografía, la lectura o la pintura; sin embargo, el mundo de la escena no ocupaba sus prioridades. Aquel verano cambió su vida: acabaría abandonando a Sócrates, Schopenhauer y Kant para sustituirlos por Valle-Inclán, Shakespeare o Chejov. Porque, a finales de los años 80, hizo las maletas y se instaló en Madrid donde se acababa de crear una escuela-taller dedicada a formar a técnicos de la escena (más tarde se convertiría en el Centro de Tecnología del Espectáculo del Instituto Nacional de la Artes Escénicas y la Música, en el que Pepa participa aún como docente). “En aquella escuela los alumnos pasamos por todas las áreas: producción, maquinaria, iluminación, sonido, utilería… Fueron tres años maravillosos”, recuerda. Interesada en el ámbito de la regiduría, su formación le abriría las puertas del teatro María Guerrero para realizar prácticas con José María Labra, uno de los más grandes y reconocidos regidores de la escena española. Desde entonces, Pepa nunca ha dejado de formarse. Sabe que, cuantas más áreas conozca, mejor desarrollará su labor como regidora del Teatro Real, donde desempeña su trabajo desde 1997. Por eso, su extenso currículum incluye estudios de solfeo, diseño de iluminación, dirección de actores, nuevas tecnologías, idiomas, primeros auxilios, protocolo e incluso, habilidades sociales como la asertividad: “Trabajamos con emociones y necesitamos herramientas para poder resolver conflictos en situaciones de tensión, como las que se producen en sala de ensayos y también durante la representación. Hay momentos en los que debemos recuperar la calma, recordarnos que no estamos operando a corazón abierto y que todo va a fluir y va a ir bien”.

La vida entre bambalinas, en esa escena invisible que resulta imprescindible, aunque desde el patio de butacas apenas reparemos en ella, debe estar presidida por la precisión propia de un reloj suizo, no solo durante la representación, sino también durante la preparación previa. Y más aún si hablamos de un teatro dedicado a la ópera, como el Real. Porque en él, a todos los técnicos que participan habitualmente en un espectáculo en vivo se suman directores musicales, cantantes, bailarines y músicos. “Nadie se imagina la cantidad de personas y horas que se invierten para sacar adelante un montaje”, asegura la regidora. “En cada función, detrás del escenario, hay cientos de personas trabajando muchísimo y en silencio para que en escena pueda surgir la magia que supone el teatro”. Y la función del regidor es coordinarlos para lograrlo. Aquí no hay espacio para egos, nadie es más que nadie, todos trabajan sigilosamente vestidos de negro para no llamar la atención del público. “Quienes nos dedicamos al teatro sabemos que se trata de una experiencia colectiva: un trabajo bien hecho es un trabajo común. Solo es posible brillar, si brillamos todos”.

Gracias al ejemplo de su gran maestro Labra, aprendió que un buen regidor debe tener sentido del humor, ser una persona absolutamente organizada, comportarse con empatía, hacer sentir a los demás que forman parte de un mismo equipo y, por supuesto, saber coordinar y resolver cualquier imprevisto sin alterarse “porque, ante cualquier problema que surja, the show must go on. De algún modo, te tiene que gustar cuidar a los demás, escucharlos y atenderlos. Por eso, quizá, resulta un oficio donde el número de mujeres supera al de hombres”.

Quienes, por primera vez, ven a Pepa Hernández en plena acción tienen la sensación de estar asistiendo a una auténtica lección de excelencia, el perfecto ejemplo de lo que significa el término “multitarea”. Porque, entre las muchas responsabilidades que conlleva ser regidora, están incluidas estudiar la partitura, anotar las indicaciones de los directores musicales y escénicos, distribuir la información al equipo, coordinar las tareas de todos los que participan en el espectáculo, convocar a los diversos colectivos, asistir a los ensayos… Y después, durante la representación, hay que estar pendiente de que todo ese engranaje funcione como está previsto para que nada falle, ya que cualquier error podría repercutir en los artistas que están sobre el escenario. Cuando alguien le pregunta por el divismo que, según la leyenda, campa a sus anchas por el mundo de la ópera, Pepa no le da ningún crédito: los grandes de la ópera actual no son estrellas caprichosas, sino profesionales que reman, como el resto, a favor del espectáculo. Puede presumir de haber trabajado con directores tan prestigiosos como Bob Wilson o Calixto Bieito y con cantantes tan reconocidos como Javier Camarena o Lisette Oropesa. “Yo creo que el regidor es una especie de conseguidor, también a nivel emocional. Porque debe tener la capacidad de empatizar con los artistas para facilitar que estos hagan su trabajo lo mejor posible. Dentro del teatro, tanto ellos como el resto de profesionales que participan tienen que sentirse como en un hotel de cinco estrellas para sentirse a gusto y poder realizar su arte en las mejores condiciones”.

Pepa Hernández siempre está dispuesta a reivindicar su profesión para que obtenga un reconocimiento académico y también por los derechos del colectivo, lo que le llevó a fundar y a presidir la Asociación de Regiduría de Espectáculos (ARE). Se siente una afortunada por formar parte del staff del Teatro Real y asegura que cumplió un sueño el día que entró a formar parte de su equipo. Han pasado 27 años desde entonces y grandes óperas como Alcina, La flauta mágica, Turandot, Lear, Aida, entre otras, han puesto banda sonora a su vida. Siente que el público es soberano; por eso, sus aplausos la conmueven tanto como el primer día. Y, cuando cae el telón, la emoción invade a cuantos han formado parte del espectáculo. Entonces, todos se funden en un abrazo colectivo. Porque esa ovación también está dedicada a esa escena invisible que, entre bambalinas, es capaz transformar cada función en un milagro maravilloso.

Por Rosa Alvares.

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