Escena VII

Madre

¡Oh, duro vivir molesto!

¡Terrible y triste agonía!

Niña

Madre, ¿por ventura habría quien nos diese pan?

Madre

¿Pan, niña?

¡Ni aun otra cosa que semeje de comer!

Niña

¿Pues tengo que fenecer de dura hambre rabiosa?

Con poco pan que me deis, madre, no os pediré más.

Madre

¡Hija, qué pena me das!

Niña

¿Por qué, madre, no queréis?

Madre

Sí quiero, mas, ¿qué haré, que no sé dónde buscarlo?

Niña

Bien podréis, madre, comprarlo.

Si no, yo lo compraré.

Mas, si alguno conmigo topa, le daré toda esta ropa por un pedazo de pan.

Madre

¿No sientes, triste criatura, que, a mi despecho, sacas ya del flaco pecho por leche, la sangre pura?

Lleva la carne a pedazos y procura de hartarte.

Hijos, mi dulce alegría, ¿con qué os podré sustentar si    apenas os puedo dar mi propia sangre?

¡Oh, hambre terrible y fuerte, cómo me acabas la vida!

¡Oh, guerra, venida siempre para causar la muerte a las mujeres y a los niños!

¡Oh, hambre terrible y fuerte, cómo me acabas la vida!

Niña

¡Madre mía, que me muero!

¿Por qué lloráis?

¿Adónde vamos?

Teneos, que no puedo andar de cansada.

Mejor será, mi madre, que comamos, que la hambre me tiene fatigada.

Madre

Ven en mis brazos, hija de mi vida, donde te daré la muerte por comida.