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FIGURAS Entrevistas de teatro
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Helena Pimenta. Salamanca, 1955. Directora

Ilustración

Es la primera mujer al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) desde su fundación, y una experta en la obra de Shakespeare. Argumenta que solo trata de ahondar en los textos, de ser fiel a los versos, de escucharlos desde “el hoy”. Pimenta se adentra hasta que las palabras tocan algo de su sensibilidad, de sus secretos o incluso vergüenzas. Entonces sabe que algo va a surgir que acercará la obra al público actual.

Fecha: 1 de junio de 2016.

Lugar: Teatro de La Comedia (Madrid).

Duración: 39'35'' (extracto de una entrevista de una duración total de 2h 01’32’’).

Operadora de cámara: Ana Lillo.

Entrevista realizada por: Esther Montero.

Créditos fotografías
Sergio Parra

Créditos vídeos
Unidad de grabaciones del CTE

Créditos música
Sunday afternoon (Jazz Mix) by Jeris © copyright 2014
Licensed under a Creative Commons Attribution Noncommercial  (3.0) license

En las profundidades del verso

Cuando vamos a disfrutar de una obra clásica dirigida por ella el público está convencido de que se va a encontrar una versión muy actual. Y es que sin duda puede ser esta una de las señas de identidad de Helena Pimenta (Salamanca, 1955). Es lo que la reveló en los años 90 –junto con la compañía UR Teatro antzerkia– como una creadora libre, arriesgada, diferente, que nos enseñó que quizá no debíamos reverenciar tanto a los clásicos.

La directora, primera mujer al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) desde su fundación y una experta en la obra de Shakespeare, argumenta que solo trata de ahondar en los textos, de ser fiel a los versos. De escucharlos desde “el hoy”. Pimenta se adentra hasta que las palabras tocan algo de su sensibilidad, de sus secretos o incluso vergüenzas. Entonces sabe que algo va a surgir que acercará la obra al público actual.

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Entrevistamos a Helena Pimenta una mañana en el Teatro de La Comedia, sede de la CNTC que dirige desde 2011. Tras trece años de rehabilitación le tocó a ella inaugurar el recinto en 2015 con la dirección de El Alcalde de Zalamea. Este año, 2016, se halla inmersa en la producción de otro Lope, El perro del Hortelano. Viene a la entrevista con jet lag. Pero esta circunstancia no le impide verbalizar como en un torrente toda su vida y trayectoria teatral que iniciara profesionalmente en Rentería en 1987 con la creación de UR Teatro. Recaló en San Sebastián con su plaza como profesora de instituto de francés e inglés y descubrió el teatro de manera autodidacta en sus aulas, como método de enseñanza de idiomas. Lo abrazó con tal determinación que a los pocos años abandonaba la Educación, no sin antes recibir el Premio Nacional de Innovación Educativa por Esperando a Godot que montó únicamente con alumnas. Pero seguramente el teatro ya estaba antes en ella, cuando en Salamanca su hermana le leía por las noches a Valle-Inclán…, nos cuenta.

Abandonar algo para iniciar otro camino, para crecer. Esta es una de las constantes en su vida. Además de la pasión obsesiva con la que aborda cada tarea. “Renunciar siempre me ha premiado”, afirma. La Enseñanza le dio paso a Ur Teatro y a Rentería donde pasaría 26 años construyendo un lenguaje escénico propio que le depararía frutos que entonces no hubiera imaginado: el Premio Nacional de Teatro, el Max de Teatro a la Mejor empresa productora de artes escénicas y muchos, muchos otros. Pero sobre todo decenas de montajes, de viajes a las profundidades de los versos de Shakespeare, su gran maestro ausente (el último abordado por UR fue Macbeth en 2011).

El vuelo de UR sobre autores contemporáneos ha sido también alto y fértil, quizás menos conocido. Ahí está Sigue la tormenta de Enzo Cormann (2001), o Luces de Bohemia de Valle-Inclán (2002) como ejemplos ilustres. Además de los montajes sobre textos de su admirado dramaturgo Juan Mayorga El chico de la última fila y Cartas de amor a Stalin en 2006.

Con UR Helena Pimenta además se atrevió a escribir sus propios textos dramáticos: Procesados (1986), Rémora (1988) y Antihéroes (1991). “Porque hubo un momento que no encontraba obras que reflejaran lo que vivíamos. Pero nunca más: me sentía muy sola con la hoja en blanco”, señala.

Helena Pimenta en ocasiones fue infiel a UR estrenando en colaboración con centros públicos, entre ellos la propia CNTC (La entretenida o La dama boba); La comedia dels errors de Shakespeare en el Teatre Nacional de Catalunya (2000); Encuentro en Salamanca de Juan Mayorga para el acto inaugural de la capitalidad cultural europea, (2002); ¡y una zarzuela! La Gran Vía de Chueca y Valverde para el Ayuntamiento de Madrid en 2006.

En 2011 llegó de nuevo el momento de renuncia, de abandono: el cansancio y la necesidad de entornar la puerta a UR Teatro por un tiempo. Alejarse de Rentería, abrazar Madrid, refugiarse en Chamberí y desde allí intuir que los versos de Shakespeare le llevaban a otros diferentes, los del teatro español. Helena Pimenta siempre afirma que la CNTC fue y es un regalo. Inauguró su dirección proponiéndole a Blanca Portillo que encarnara a Segismundo en La vida es sueño. Y acaba de aceptar su segundo periodo como directora de la institución. Estaremos muy atentos a sus nuevos retos escénicos.

Esther Montero

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FIGURAS. Número 1, año 2016. Entrevistas de teatro.

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