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Foto: Chicho. Vía, de Vianants Dansa (1987)

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La danza contemporánea española en el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas (1984-1994). Un “fenómeno emergente” en la Sala Olimpia

Por Beatriz Martínez del Fresno


La danza-teatro en el punto de mira del CNNTE. Fronteras del Teatro 84 y 85

Guillermo Heras ha explicado en diversos lugares la razón de ser del centro de producción e investigación teatral creado con ese nombre por la Dirección General de Música y Teatro. Es bien conocido que el centro nació gracias a la iniciativa de José Manuel Garrido Guzmán y con el objetivo de llevar a cabo “el estudio, la investigación y experimentación de las nuevas formas escénicas españolas, a través del montaje y puesta en escena de espectáculos y obras de nuevos autores y grupos teatrales, con el fin primordial de asentar una dramaturgia de autores nacionales, bajo los múltiples y polivalentes aspectos que hoy puede adquirir un nuevo teatro”11.

La danza no fue mencionada expresamente en los primeros textos relativos a aquel proyecto, orientado, entre otras cosas, a “ampliar el concepto de servicio público y su rentabilidad social”. Sin embargo, poco más tarde, en 1985, Heras se refería claramente a la contribución que la danza podía y debía hacer a la renovación de la escena española:

“Un elemento importante de renovación de la escena española, al igual que en muchos países europeos, es la aparición con fuerza de grupos, compañías y creadores de la corriente del teatro/danza, o bien simplemente de la danza moderna. En esta línea se encuentran Cesc Gelabert, Heura, Mudances, Ramón Oller, La Dux, Ananda Dansa, Vianants, Bocanada, Nazareth Panadero, Carmen Senra… dentro de un amplio espectro que abarca desde estéticas cercanas al expresionismo de Pina Bausch, hasta las corrientes más avanzadas de la danza posmoderna y que por tanto necesitarían un análisis especial y un desarrollo más amplio de lo que me permite esta exposición”12.

Se hablaba entonces de teatro/danza pero en este trabajo me tomo la licencia de invertir los términos y escribir danza-teatro. También advierto que la etiqueta danza moderna no tenía entonces relación con lo que hoy entendemos por modern dance en su dimensión histórica, un espectro creativo todavía poco conocido en los CNNTEs de la democracia en España debido a su ausencia en los escenarios españoles durante la dictadura. Sea como fuere, el buen ojo del director del nuevo CNNTE le había hecho apreciar el potencial de los creadores coreográficos, muchos de ellos con sede en Barcelona o Valencia; de hecho, de entre los artistas citados en la relación precedente solo Bocanada y Carmen Senra estaban por entonces radicados en Madrid.

Las primeras actuaciones de danza promovidas por el recién estrenado Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas tuvieron lugar dentro de Fronteras del Teatro 84 —un ciclo anual en el que se mostraban “propuestas en los límites y el mestizaje de varios lenguajes escénicos”13—. Y, en efecto, las obras que se citan a continuación son susceptibles de ser encuadradas en la llamada danza-teatro. La edición de 1984 trajo a la Sala Olimpia a Ananda Dansa de Valencia, que se hacía llamar Ballet-Teatre o “Teatro del baile”, con Destiada (9 a 14 de octubre de 1984), y a Heura Dansa Contemporánea, que venía de Barcelona, y presentó ante el público madrileño Le ciel est noir (16 al 21 de octubre de 1984).

Destiada, sobre música original de Pep Llopis y Vicent Alonso, era obra de la coreógrafa y bailarina Rosángeles Valls —que se había formado en Valencia y en Francia, donde había pertenecido a La Danse de la Liberté de Michèle Cacouault— y de su hermano Edison —hombre de teatro que había pasado por la Fundación Odin Teatret de Dinamarca—. En ella el ritual taurino se construía como una reflexión metateatral, dando lugar a “una fábula que narra la historia y el encuentro de dos seres en una lucha, a vida o muerte, para convertirse en leyenda: la fiesta nacional” según expresaba el programa de mano14. La crítica madrileña fue positiva ante la obra aunque con matices diferentes. Si Carlos Marquerie apreció que las bailarinas lograban trascender la danza logrando dramaticidad y fuerza15 a Antonio Fernández Lera la “vinculación con el mundo de los toros —e indirectamente con la parafernalia folklórica andaluza—” le pareció a veces “un poco forzada o crispada” aunque no dejó de reconocer momentos de indudable belleza16. Los directores de la compañía eran conscientes de que la presentación de Destiada en Fronteras del Teatro 1984 era todo un reto y a posteriori afirmaron que fue un hito para la consolidación y difusión del trabajo de Ananda Dansa, en activo desde 1981, fuera de la comunidad valenciana y en las posteriores giras internacionales.

En cuanto a Le ciel est noir, se trataba de una pieza estrenada en Barcelona en enero de 1984, poco después de la muerte, en plena juventud, de una de las fundadoras de Heura. Había sido la última creación de Isabel Ribas para el grupo nacido en las aulas del Institut del Teatre de Barcelona, en la estela de la danza-teatro de Pina Bausch a cuya compañía radicada en Wuppertal perteneció la autora desde finales de 1979 hasta que la enfermedad la hizo regresar a Barcelona. Una serie de pequeñas acciones y situaciones ingenuas iban formando un universo lleno de ternura. Carlos Marquerie describía de esta forma la dinámica de la pieza:

“No existe danza propiamente dicha; sí existe un tiempo medido donde las secuencias de los actores-bailarines se van encajando. Comer espagueti, mascar un chicle, o cualquier acción cotidiana es sintetizada y puesta en un tiempo rítmico, cobrando de esta forma, otra dimensión que le da al espectáculo un halo de frescura y al espectador le hace soñar incluso con sus propios recuerdos”17.

Por su parte, Fernández Lera describió Le ciel est noir como “una combinación entrañable de recuerdos cotidianos de los años 50, locuras personales y generales y multitud de pequeños detalles cargados por lo general de buen humor”18. La crítica fue buena pero el público apenas respondió, seguramente por desconocimiento. En aquel momento se vendían todavía muy pocas entradas para los espectáculos de danza contemporánea ofrecidos en la Sala Olimpia19.

El año siguiente se presentaron en el marco del mismo ciclo otras dos compañías que también tenían su sede fuera de Madrid, el Ballet Contemporáneo Yauzkari, que venía de Pamplona, y Vianants, de Valencia, con el espectáculo homónimo que dio nombre al grupo. Sobre Fronteras del Teatro 85 Guillermo Heras explicaba lo siguiente en una entrevista publicada en El Público: “será una muestra anual de todo lo que tiene que ver con teatro de acción visual, investigación en teatro-danza, mínimal, nuevas tecnologías, nuevos espacios, todo ese tipo de teatro que está produciendo en España propuestas muy interesantes”20.

Los responsables del grupo Yauzkari, José Lainez y su esposa, Concha Martínez, habían sido bailarines del Het Nationale Ballet de Amsterdam y a su regreso a España habían creado Anexa, una compañía contemporánea con sede en San Sebastián, de corta existencia (1970-1973), pero gran importancia por su carácter pionero en el tardofranquismo. Luego los Lainez colaboraron como profesores en el Institut del Teatre contribuyendo a estimular allí los talleres coreográficos en la década de 1970. Más tarde se trasladaron a Pamplona como profesores de danza en el Conservatorio de música Pablo Sarasate y directores del grupo Yauzkari, vinculado al mismo centro, que se presentó en 1980. En Fronteras del Teatro 85 presentaron Las novias y Las maletas (30 de octubre a 3 de noviembre de 1985).

Las novias era una especie de pesadilla kafkiana cuya protagonista femenina, desdoblada en cuatro bailarinas y confrontada a una figura masculina, terminaba suicidándose; su fondo musical transcurría entre el sonido frío de un metrónomo y los contrastes entre las músicas de Franz Schubert y Krzysztof Penderecki. Si Las novias rozaba el expresionismo, Las maletas, mención especial en el XVII Festival Internacional de Teatre de Sitges, fue calificado por Lainez de ballet surrealista debido a su inspiración en el cuadro L’assessin menacé de René Magritte. En Las maletas los episodios se sucedían alternando las músicas de Johannes Brahms y David Bowie. Enigmáticos personajes poblaban la escena: un hombre tapado con un velo de novia, una mujer muy alta sentada sobre su maleta; otros personajes aparecían en situaciones cotidianas, el paso de un tren, la despedida, una mujer misteriosamente inerte en la playa, las meditaciones de un paseante, recuerdos, suicidio, crimen, violencia, amor... El propio Lainez se participaba en escena como maestro de ceremonias21.

Por lo que respecta a Vianants Danza, se trataba de otra compañía valenciana, creada en octubre de 1984 y dirigida por Gracel Meneu —que se había formado en Valencia, Londres, Barcelona y Nueva York—. Era el primer montaje del grupo, que se había estrenado en la Muestra de Teatro Joven de Gijón en julio de 1985, y fue presentado en Olimpia del 13 al 17 de noviembre del mismo año. El título Vianants se podría traducir por “viandantes” o “peatones”. Fue uno de los montajes más exigentes en cuanto a requerimientos técnicos, por su utilización de elementos visuales, por entonces novedosos en el ámbito de la danza contemporánea española. Aquel espectáculo pretendía ensamblar danza, música y fondo audiovisual con un gran despliegue técnico (doce proyectores y cuatro unidades de fundido22). Las fotografías de Emilio Ruiz y de Pedro Pablo Hernández se proyectaban en cuatro pantallas. En el programa de mano se afirmaba que Vianants estaba “inspirado en el colosalismo perspectivista de la ciudad urbana, de sus calles, edificios y plazas; del juego temporal de sus luces y sombras”, evocando la cultura norteamericana tal y como observaron algunos receptores. La obra había sido premiada en el concurso de ayudas a la producción de la Diputación de Valencia y más tarde también sería reconocida la versión cinematográfica del espectáculo titulada By pass. Participaron en la composición de los trece números, algunos de ellos solamente audiovisuales, no menos de 5 coreógrafas: Gracel Meneu, Isabel Nacher, Amparo Zamora, Esther Cidoncha y Nuria Olivé. Vianants fue una de las primeras obras contemporáneas que lograron una acogida muy favorable entre el público joven y también por parte de la crítica. Marcó un estilo al utilizar elementos visuales y piezas musicales de Meredith Monk, Grandmaster Flash and The Furius Five, Philip Glass, Laurie Anderson, entre otros, junto a la música electrónica original de Leo Mariño y Víctor Nubla. Tras su estreno en Gijón, se presentó en quince ciudades españolas y en Cagliari (Cerdeña) y Coimbra (Portugal).

Hoy nadie pondría a esta obra la etiqueta de teatro-danza. Sin embargo, en 1985 la crítica teatral y los gestores lo hicieron, contradiciendo incluso a Gracel Meneu, que lo desmintió en más de una entrevista23. En todo caso, se trataba de una etiqueta persistente porque se tendía a denominar así la danza que no era clásica ni de estilo español. De hecho, Cuadernos El Público, la revista editada por el Centro de Documentación Teatral, aún usaría el título de teatro-danza para el dossier dedicado en 1990 a artistas y compañías españolas de danza contemporánea 24.

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11 Heras, G.: “Un proyecto de futuro para la renovación teatral en España: El Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas”, 1984, en Escritos dispersos (Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas 1984-1994) , Madrid, CNNTE, 1994, p. 11. En adelante, esta recopilación será abreviada como ED.

12

12 Heras, G.: “Del Teatro Independiente al CNNTE”, en ED, p. 63.

13

13 Heras, G.: “Crónica Civil: memoria y recuerdo”, en Ananda Dansa, del baile a la palabra…, p. 75.

14

14 Citado por Miralles, R. y Sirera, J. Ll.: “Crear desde Valencia”, en Ananda Dansa, del baile a la palabra. Veinticino años en escena , Universitat de València, 2007, p. 32.

15

15 Marquerie, C.: “Fronteras del Teatro 84”, Primer Acto, 205 (septiembre-octubre 1984), p. 111.

16

16 El Público , 14 (noviembre 1984), p. 18.

17

17 Marquerie, C.: “Fronteras del Teatro 84”, Primer Acto, 205 (septiembre-octubre 1984), p. 111.

18

18 El Público , 14 (noviembre 1984), p. 19.

19

19 Guillermo Heras recuerda que para uno de los primeros espectáculos de danza contemporánea programados en Olimpia solamente se vendieron 8 entradas. Véase Anexo 6, en Bustos Valle, A. y Acker, Y. F.: Festival Internacional Madrid en Danza (1986-2006): Un caso de Programación Sistemática de Danza en España . Proyecto de investigación, Máster en Gestión Cultural, 2008, p. 138.

20

20 A.F.L. (Fernández Lera, A.): “C.N.N.T.E. Un acto de fe en los nuevos creadores”, El Público, 26 (noviembre 1985), p. 21.

21

21 Más información sobre la obra en Munsó Cabús, J.: El mundo de José Lainez, Vitoria, Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2000, pp. 211-217.

22

22 Giménez Morte, C.: Vianants, Diputació de València-Institució Alfons el Mangánim, 1999, p. 24.

23

23 Millás, J.: “El nuevo lenguaje de la danza postmoderna”, Primer Acto, 217 (enero-febrero 1987), p. 55.

24

24 Para el Monográfico Teatro-Danza. Descripción de un paisaje, El Público (1990) contó con varios colaboradores internacionales. La selección de artistas españoles mostraba una notable presencia femenina: siete grupos estaban dirigidos por mujeres (Avelina Argüelles, Bocanada Danza, Carmen Senra, Maria Antònia Oliver, Mudances, Trànsit y Vianants); tres estaban coordinados por un tándem hombre-mujer (Ananda Dansa, Gelabert/azzopardi y Danat Dansa); los cuatro restantes funcionaban bajo una dirección masculina (Metros, Lanònima Imperial, Vicente Sáez y Yauzkari).