Efemérides
Un estreno histórico: 'La camisa', de Lauro Olmo.
En los días 9 y 10 de marzo de 1962, la crítica madrileña se hacía eco del éxito de La camisa, la obra con la que Lauro Olmo comenzaba su carrera como dramaturgo, con una obra que había ganado el premio Valle-Inclán (convocado por Dido Pequeño Teatro). La obra se representó el 8 de marzo en función única, de cámara y ensayo, en el Teatro Goya de Madrid. Su éxito obligaría a su reposición comercial a partir del 17 de marzo en el Teatro Lara, donde alcanzaría más de cien representaciones.
Toda la crítica elogió el trabajo de dirección escénica de Alberto González Vergel, así como la escenografía de Manuel Mampaso. También se valoró el contenido trabajo de los intérpretes: Alberto Alonso, Alberto Fernández, Carola Fernán-Gómez, Emilia Cembrano, Emilio Laguna, Félix Lumbreras, Joaquín Dicenta, Jorge Cuadros, Manuel Torremocha, Margarita Lozano, María Paz Ballesteros, Paco Serrano, Pedro Oliver, Rosa Luisa Goróstegui, Tina Sáinz y Tomás Carrasco.
La camisa se convirtió en paradigma de un teatro realista de contenido social escrito por una generación de autores nacidos en los años veinte, niños durante la Guerra de España (1936-1939), críticos con la situación del país: la generación realista. Su autor era un madrileño venido de la provincia de Orense (“Yo, con perdón, soy gallego” escribiría. Nació en O Barco de Valdeorras en 1922 y a los ocho años se tuvo que trasladar a Madrid con su familia), autodidacta, lector voraz, que había conseguido hacer propia el habla popular y los referentes de un realismo que cuando se quiso despreciar se tildó de “costumbrista”. Tras este primer estreno, continuó teniendo afortunados encuentros con el público durante la década de los sesenta: en 1963 estrena La pechuga de la sardina, dirigida por José Osuna en el teatro Goya; en 1966, El cuerpo, dirigida por Julio Diamante en el Goya. English Spoken llegó en 1968, dirigida por González Vergel en el Cómico. En 1970 hace la versión del espectáculo A los hombres futuros, yo, Bertollt Brecht, sobre poemas del autor alemán, dirigido por Antonio Díaz Merat en el Teatro Bellas Artes, interpretado por Fernando Fernán Gómez y Massiel. Al llegar los años setenta su presencia en los escenarios decae, como ocurre con la mayor parte de las obras de esta generación, si bien Lauro Olmo seguirá escribiendo y estrenando ocasionalmente hasta finales de los años ochenta: Historia de un Pechicidio, dirigida por Carlos Ballesteros en 1976, teatro de la Comedia. En 1977, La condecoración, dirigida por González Vergel en el Infanta Isabel. En 1986, La jerga nacional, dirigida por González Vergel; 1988, Pablo Iglesias, dirigida por Luis Balaguer en el Maravillas.
Tras su muerte, en 1994, no llegaron tampoco los homenajes oficiales; aunque sí hubo, por ejemplo, una reposición de La camisa, dirigida por González Vergel, en el Teatro Bellas Artes, en 1995; entre la presencia más reciente, la lectura realizada en noviembre de 2004 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, durante el V Salón Internacional del Libro Teatral, con dirección de Denis Rafter e interpretada por Xavier Elorriaga, Mario Gas y Chicho Ibáñez Serrador, de su pieza La noticia.
En internet se puede acceder a algunos estudios sobre Lauro Olmo, como el realizado por el profesor Ricardo Doménech:
(http://dspace.uah.es/jspui/bitstream/10017/4545/1/El%20Teatro%20de%20Lauro%20Olmo.pdf)
O el del profesor Antonio Fernández Insuela:
(http://books.google.es/books/about/Aproximaci%C3%B3n_a_Lauro_Olmo.html?id=oxoR1gMSbbgC&redir_esc=y)
Una actividad no menor de Lauro Olmo fue la escritura de obras infantiles en colaboración con su mujer, Pilar Enciso, desde los años cincuenta. De hecho, junto con La camisa, la obra más popular de Olmo tal vez sea Asamblea general.
En los archivos del CDT se pueden encontrar sus textos publicados en diversas ediciones y su Teatro Completo editado por la Asociación de Autores de Teatro; además de fotografías del autor, como la que presentamos (Chicho/Archivo CDT)
Acerca de La camisa se pueden encontrar ejemplares del programa de mano (gracias a los legados del profesor Rodríguez Moñino y de Ana Pelegrín) y las críticas vertidas en la prensa de aquellos días por Marqueríe, Monleón, Prego, Torrente, Gómez, Pombo Angulo y González Ruiz. En uno de esos recortes de prensa, una entrevista para La Vanguardia, encontramos una definición de lo que es para Olmo escribir teatro: “Quizá sea un emocionado modo de ir uno aclarándose”.
