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El dramaturgo Roberto Cossa (Foto: Pilar Cembrero / CDAEM)
Muere Roberto ‘Tito’ Cossa, maestro del teatro argentino
El comprometido dramaturgo burló la censura de la dictadura con éxitos como ‘La nona’ y ‘Gris ausencia’
El teatro argentino perdió este jueves a uno de sus grandes maestros, el dramaturgo Roberto Tito Cossa. El autor de clásicos como La nona, Yepeto y Gris de ausencia falleció a los 89 años en Buenos Aires, horas antes de que el Teatro Nacional Cervantes estrenase una obra adaptada por él. Comprometido y transformador, Cossa formó parte de la generación teatral del nuevo realismo que irrumpió en los años setenta.
Cossa nació el 30 de noviembre de 1934 en una familia de clase media de la capital argentina. Sintió fascinación por el teatro desde niño, pero su timidez impidió que el primer acercamiento fuese más allá de unas clases de actuación. (…)
Optó por redirigir sus primeros pasos profesionales hacia el periodismo y tras debutar en el diario Clarín, continuó después por El Cronista Comercial, La Opinión, la agencia cubana de noticias Prensa Latina y Página 12, entre otros medios.
(…) Su mayor éxito llegó en plena dictadura con La nona, un personaje nacido por un pedido televisivo que saltó a los escenarios en 1977. (…) En 1981, Cossa participó en la creación de Teatro Abierto, un movimiento cultural que plantó cara al régimen militar a través de obras que retrataban la dolorosa realidad social. Para el primer ciclo, Cossa concibió Gris de ausencia, basada en una familia de raíces italianas que decide volver a Europa por las condiciones del país y abrir el restaurante La Argentina. (…) Las largas filas para conseguir una entrada daban cuenta de la fibra sensible que tocaba ese ciclo transgresor, pero una semana después del estreno una bomba destruyó las instalaciones del Teatro Picadero en el que se llevaba a cabo. (…)
“El teatro sirve como cualquier otro arte, para despertar la sensibilidad de un espectador, divertirlo, seducirlo, hacerlo reír o llorar”, le gustaba decir a quien fue también un reconocido defensor de los autores desde la presidencia de la Sociedad General de Autores Argentinos (Argentores). Entre la treintena de obras que escribió están también Tute Cabrero, Nuestro fin de semana, Angelito (el cabaret socialista) y El saludador. Muchas de ellas cruzaron las fronteras y llegaron a los escenarios europeos y norteamericanos.
En los ochenta, su carrera como dramaturgo y columnista se amplió con la escritura de guiones cinematográficos. Adaptó la novela de su amigo Osvaldo Soriano No habrá más penas ni olvido, que Héctor Olivera llevó a la gran pantalla en 1983 e hizo la adaptación fílmica de sus exitosas piezas teatrales La nona (Olivera, 1979) y Yepeto (Eduardo Calcagno, 1998).
Su trayectoria le valió numerosas distinciones, como el Premio Nacional de Teatro de Argentina, el Premio Iberoamericano de los Max, el Premio del Público y de la Crítica de España, el Premio Konex de Platino y la condecoración de ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Las organizaciones de derechos humanos le reconocieron también su militancia, en especial como integrante de la Comisión por la Memoria presidida por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. (…)
(Mar Centenera. Buenos Aires)