Quiosco
Jerónimo López Mozo (Foto: Archivo Moisés Pérez Coterillo)
Muere a los 82 años el dramaturgo Jerónimo López Mozo
Deja más de ochenta obras una gran labor como crítico y ensayista.
Nos llega la noticia del fallecimiento del dramaturgo Jerónimo López Mozo. Nacido en Gerona y afincado en Madrid desde niño, López Mozo desarrolló una constante y comprometida labor en el teatro desde que escribiera en 1962 con su primera obra, Los novios. Imbricado primero en el movimiento de Teatro Independiente, donde se estrenaron algunas de sus primeras obras – unas escritas en solitario y otras en colaboración – fue ubicado por los críticos en la generación conocida como Nuevo Teatro Español. Pese a un escaso eco de su trabajo en los teatros institucionales, su tarea como autor dramático continuó a lo largo de seis décadas y unas ochenta obras contando siempre con el interés y el respeto de la profesión. Por su labor como dramaturgo recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática en 1998. En 2006 recibió el homenaje de la Muestra de Teatro de Autor Español Contemporáneo. Es difícil destacar títulos en una producción de más de ochenta obras, pero ahí quedan para la memoria títulos como Guernica o Anarchía 36; la obra escrita en 1979 con Luis Matilla Como reses, que le valdría el premio Arniches y sería estrenada con una excelente puesta en escena de Antonio Malonda; Alhan, que le valió el premio Nacional; Yo, maldita india, publicada en la colección de El Público del Centro de Documentación Teatral; Ella se va, que en 2001 llevaba al escenario la violencia machista (estrenada por el hoy consejero de Cultura de Madrid, Mariano de Paco); o El olvido está lleno de memoria, una de las obras en las que López Mozo trabajó sobre la memoria histórica. Casi siempre, sus obras fueron llevadas al escenario con pocos medios y en circuitos alternativos. Una rareza en este sentido fue Puerta del sol, dirigida por Pérez de la Fuente para celebrar el bicentenario de 1808.
La literatura dramática no fue su única labor dentro del teatro: fue un lúcido crítico teatral, ensayista muy cercano a la Universidad y durante unos años formó parte del comité de lectura del Centro Dramático Nacional. El gestor documental del CDAEM atesora más de seiscientos artículos firmados por López Mozo. Fue un generoso referente para las generaciones más jóvenes. Hoy nos deja su sabiduría en esos cientos de páginas y su obra literaria, rigurosa y comprometida, y se lleva consigo el respeto y el cariño de varias generaciones de profesionales del Teatro.