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El actor y dramaturgo Josep Julien (Foto: Fundación SGAE)
Josep Julien, Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020
Este año han sido 340 los originales que han concurrido al Premio SGAE de Teatro
El dramaturgo y actor catalán Josep Julien es el ganador del XXIX Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020 por la obra Bonobo. El autor ha obtenido el galardón que concede la Fundación SGAE, dotado con 8.000 euros, la inclusión de la obra al Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas 2021 y la publicación del texto dramático en la Colección Teatroautor, que edita la entidad.
Josep Julien expresa sentirse «muy afortunado por saber que mi nombre se incluirá a la lista de dramaturgos que ya han obtenido este premio de dramaturgia contemporánea de ámbito estatal. Es, además, un galardón muy especial porque Jardiel Poncela fue un revolucionario y un innovador del teatro». Bonobo es una road movie en clave de thriller, «una pieza escrita en dos etapas. La primera capa, la referente a la identidad de los protagonistas y su posible peripecia, la empecé en el verano de 2019. La segunda, más centrada en el estilo, el barniz literario, la completé entre los meses de marzo y abril de 2020, durante el momento más crudo de la pandemia».
Escrita en catalán, la historia de Bonobo transcurre en un espacio que puede evocar la sala de interrogatorios de una comisaría. Fadi, un joven de 20 años nacido en Sant Joan, un pueblo ficticio del Ripollés (Girona), narra por qué y cómo ha llegado hasta allí a Magda, aparentemente una agente de una indeterminada unidad antiterrorista. El protagonista desgrana en su relato los mecanismos que lo abocaron, en su momento, a un proceso de radicalización en el marco del yihadismo, el cual ha estado a punto de culminar en una tragedia. Un acontecimiento imprevisto en una gasolinera, a partir del encuentro con una joven trabajadora sexual rumana, trastoca los planes del joven y aboca la inusitada pareja en una huida hacia delante que tendrá consecuencias imprevisibles tanto para los protagonistas como para el espectador.
La obra parte de una intensa vivencia personal de Josep Julien. El autor explica que vive «en un pueblo del Penedés a poca distancia donde, en el año 2017, se abatió a Youneses Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta que provocó el espantoso episodio de Las Ramblas. La angustia de ese día me generó una mirada hacia ese chaval postadolescente que, si en ningún caso podía ser empática, sí que contiene una buena dosis de compasión y de doloroso desconcierto. A partir de aquí, me amparé en el enorme poder de la ficción para hacer transitar un personaje de características socioculturales homologables a aquel chico por caminos alternativos a los que escogió él. Unos caminos que, si rodean en todo momento varios y terribles precipicios, también conducen a través de una road movie iniciática que debe acabar teniendo un efecto sanador tanto sobre él como sobre el espectador que lo acompaña». En Bonobo, Josep Julien reflexiona y hace reflexionar al entorno del concepto de la redención y de la demasiado frágil, y casi siempre rompible, consistencia de la condición humana.
Para escribir Bonobo, Julien ha conectado con «una voz que viene de dentro, cargada de toda la inocencia propia de un niño y que intento cuidar todo lo que puedo, como un tesoro, ya que sólo desde ese candor me puedo permitir abordar temas tan absolutamente adultos como los que se explican en esta obra. Una reflexión solamente mental no serviría, cuando se escribe, igual que cuando se intenta vivir en dignidad, es necesario ponerse desde las entrañas».
Preguntándole sobre lo que espera del recorrido del texto de Bonobo ahora, el autor confía en «que el texto suba a un escenario. Espero también que se traduzca al castellano y esto amplíe su recorrido. Estrenar en condiciones en mi país lo es todo menos fácil». Mientras tanto, Josep Julien es un habitual de la pequeña pantalla y de los teatros. Actualmente trabaja en una colaboración con TV3, está a punto de estrenar la obra Avinguda Nacional de Jaroslav Rudiš en la Sala Beckett y también, muy pronto, comenzará los ensayos de otra obra.
Este año han sido 340 los originales que han concurrido al Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020, en 2019 fueron 167, esto demuestra que el confinamiento de los meses de marzo y abril, durante la primera ola y etapa más dura del COVID-19, el sector cultural estuvo muy activo creando y pronto veremos más frutos de este talento imparable.
El jurado del Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2020 estaba presidido por Juan Luis Mira, dramaturgo y director institucional de Artes Escénicas de la Fundación SGAE, e integrado por los dramaturgos Carlos Be, Olatz Beobide, Lola Blasco, Ánxeles Cuña, Juana Escabias, Pep Antón Gómez, Aizpea Goenaga, Eva Mir y Juan Alberto Salvatierra