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El nuevo director del Lope de Vega, Carlos Forteza (Foto: Daniel Alonso / CDAEM)
Carlos Forteza Garau, nuevo director del teatro Lope de Vega de Sevilla
Se inicia una nueva etapa en este espacio tras más de un año desarrollando su programación sin la figura de un director
Desde que Juan Víctor Rodríguez Yagüe se jubiló en abril de 2019 tras dos décadas de trabajo, el teatro Lope de Vega de Sevilla ha permanecido sin director. En abril de 2020, se habilitó una plaza para este cargo dentro del ICAS y en julio se sacó a concurso, recibiendo 35 candidaturas. Seis finalistas presentaron sus proyectos completos para este espacio en septiembre y esta mañana se ha anunciado al nuevo director: Carlos Forteza Garau.
Durante algo más de un año, el equipo técnico del ICASS se ha encargado de desarrollar la programación. Ahora se inicia una nueva etapa. Antonio Muñoz, delegado de Cultura y Hábitat Urbano en el ayuntamiento, ha argumentado que les atrajo de Forteza Garau «la revolución tranquila que se intuye en su currículum: como gestor cultural en el teatro principal de Palma, en La Coruña y en el Instituto Nacional de Artes Escénicas y Música, dentro del Ministerio de Cultura». Entre el siguiente año y el 2022, su idea renovadora se hará notoria de forma paulatina, aunque ya ha establecido los ejes sobre los que quiere cimentar sus propuestas.
Nueva idea de teatro
Más allá del edificio, Carlos Forteza Garau habla de puentes entre la ciudadanía, los creadores y la institución.(…) Se trata, ha señalado, «de generar y fortalecer una comunidad alrededor del Lope. Que el público se identifique con esta casa, corregir la desafección de los más jóvenes, dar pie a un espacio de diálogo, de formación, de encuentro. No un mero escaparate donde las compañías acuden a exhibir una obra y marcharse. Tenemos el reto de transformar eso en un verdadero servicio». Para ello, además, también establecerá laboratorios, talleres y actividades que fomenten el desarrollo personal a través del arte.
En cuanto a la programación en sí, también parecen avecinarse grandes cambios. «Este es el último teatro patrimonial de la ciudad y sé que es un referente en cuanto a dramaturgia. Otras disciplinas también están ya bien representadas, como el flamenco o el fado, pero ha de ser un enclave más multidisciplinar. Atender al tejido local e incluir géneros como la danza, el circo y diferentes músicas que hasta ahora no han tenido cabida, como el pop, el rock, el indie y la fusión». A ello se le suma el aumento de las producciones propias. Como cima, se plantea alcanzar un teatro «del siglo XXI», al que ha definido como «un teatro inclusivo». (…)
(Luis Ybarra Ramírez. Sevilla)