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Extracto de la noticia publicada en elpais.com , el 11.11.2015.
Jordi Casanovas cierra el tríptico sobre la identidad catalana

Foto: Albert Alemany (teatrelliure.com)

Jordi Casanovas cierra el tríptico sobre la identidad catalana

'Vilafranca, un dinar de festa major', hasta el 29 de noviembre en el Teatre Lliure

Es 30 de agosto de 1999, Diada de San Fèlix, cita mayor en el calendario casteller, y Cristina reúne a toda la familia (padres, hermanos, sus parejas e hijos) en la tradicional comida de fiestas. Así se presenta Vilafranca, un dinar de festa major, la pieza que cierra el tríptico de Jordi Casanovas sobre la identidad catalana. En realidad, la obra tiene un prólogo, situado unos cuantos años antes, que sitúa al espectador ante el verdadero alcance del devenir dramático de esta familia. Jóvenes, sanos, llenos de proyectos, ilusiones, de futuro, aunque también enfrentados a nuevos retos, como la entrada en el círculo familiar de miembros con otros apellidos y acentos. Regresamos a 1999, momento de efervescencia económica, de tentaciones de pelotazos urbanísticos, de ganar dinero a costa de romper la ya frágil convivencia de la familia, erosionada por el tiempo y las mentiras. La enfermedad del patriarca y el anticipado reparto de la herencia acabada por romper el espejo de normalidad. El montaje, que se instala ahora en el Teatre Lliure —con funciones hasta el 29 de noviembre— después de inaugurar el pasado febrero la capitalidad cultural catalana de Vilafranca y cerrar una gira por los cinco teatros que han participado en la producción, es posiblemente el texto más costumbrista del retablo. [...] Una singular sinécdoque dramática, como explicaba meses atrás antes del estreno absoluto: “Quizá observando cómo reacciona, piensa y siente una familia catalana, podemos descubrir cómo reacciona, piensa y siente todo un país”. Las contradicciones no tardarán en aparecer entre lo que realmente son y lo que piensan que son, trasladando ese descubrimiento al conjunto de la sociedad catalana. La trilogía empezó en 2011 con Una historia catalana —un western postolímpico situado en los Pirineos y el barrio de La Mina— y continuó en 2012 con Pàtria, una fábula política sobre el independentismo con una sorprendente capacidad anticipadora sobre la situación actual. Dos títulos que con Vilafranca cuestionan la versión oficial, incorporando al relato el mestizaje de la sociedad catalana. [...] (Juan Carlos Olivares Padilla)