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Imagen: www.mataderomadrid.org
Fernando Arrabal presenta en Madrid su última obra
Fernando Arrabal (de negro entero con corbatín de seda rojo y sobregana floreada en forma de corazón) va pasando el micrófono, repartiendo juego en la mesa de comparecientes, escuchando con muda complacencia y una sonrisa breve los elogios que le dirigen Pedro Corral, delegado de las Artes del Ayuntamiento de Madrid; Natalio Grueso, director de programación de las Artes Escénicas; el director teatral Juan Carlos Pérez de la Fuente y los actores Antonio Valero y Roger Coma. Sobre su cabeza el cartel surrealista de Dalí versus Picasso, su última pieza teatral publicada en Oportet Editor a finales de 2013 y estrenada anoche en la Sala 2 de las Naves del Español, donde estará hasta el 16 de marzo.
No ha venido desde Francia para hacer de moderador de esta mesa de ponentes sobre su persona, su teatro y su última obra, pero la estrategia de eludir convertirse en portavoz (protagonista ya lo es) de la rueda de prensa le sirve sólo unos minutos.
El pasado verano un ictus le dejó sumido en un silencio tembloroso y frágil durante semanas. Colgada su vida de unos hilos casi invisibles, logró sostenerse en ellos y volver para contarlo. Aunque nadie (prudentemente) le pregunta por eso. [...]
«Cuando un autor se llama Fernando Arrabal y escribe este texto lo normal es que se estrene, pero a veces no sucede». Es Juan Carlos Pérez de la Fuente, su principal director de escena; el que más le ha estrenado en España, quien agita la bandera de la reivindicación. «España es un poco madrastra», insiste, aunque agradece que sea un teatro público quien lleve esta obra a escena.
En la pieza, que coloca a Dalí y a Picasso en un tenso encuentro acaecido en París en 1937, Pérez de la Fuente ha ubicado a sus actores entre los bastidores de cuadros claves sobre la Guerra Civil: Premonición, de Dalí y Guernica, de Picasso. «No vamos a hablar de la Guerra Civil otra vez –insiste Pérez de la Fuente–, vamos a reírnos, a descojonarnos con este texto brillante que Arrabal llama diálogo y que es un género literario en sí mismo». El toque humorístico es inevitable, tratándose del encuentro entre dos genios tan distintos como el pintor malagueño y el de Figueras. «Dalí estaba muy obsesionado con Picasso, le decía que, después de su padre, él era el hombre en el que más había pensado durante toda su vida. No eran enemigos, ni rivales», asegura; eran dos visiones distintas de cuando España ardía.
Cada uno de ellos somete a la obra del otro a un análisis crítico que no puede acabar de otra forma que arrabalesca y catártica. «Es un texto finísimo; un diálogo que me lleva a una catarsis tremenda y me deja hecho mierda», dice Roger Coma. […] (Esther Alvarado)
