Efemérides
Ciento cincuenta años de la inauguración teatro de la Comedia de Madrid.
El edificio había sido construido sobre un solar de unos 600 metros que daba a la calle del Príncipe y a la calle de la Gorguera, hoy Núñez de Arce. Lamentablemente, la parte que daba a Nuñez de Arce, del mismo propietario, se edificó, de modo que este teatro siempre ha tenido que hacer la carga y descarga por su puerta principal y a través de su elegante patio de butacas.
El arquitecto Ortiz de Villajos ideó una sala bellísima, al decir de quienes asistieron a la inauguración: los magníficos candelabros distribuidos en la parte delantera de los palcos, que iluminaban los antepechos de los mismos, eran de hierro calado con labores en blanco y dorado. La herradura del salón, flanqueada por un rico muro de madera dorada y plateada con decoración árabe, muy a la moda en aquellos años. Asombraba el techo, pintado por Don José Vallejo, con una serie de pechinas árabes y bovedillas de estalactitas que partían del plano de embocadura y terminaban en una balaustrada ochavada…
El Teatro de la Comedia se inauguró con el estreno de la comedia de Bretón de los Herreros ‘A Madrid me vuelvo’ por la compañía de Emilio Mario. Los integrantes de la compañía eran Emilia Ballesteros, Dolores Fernández, Carmen Genovés, Carmen Golmerino, Amparo Guillén, Soledad Moreno, Faustina Nieto, Emilia Sanz, Balbina Valverde, Rosa Zárate, Elías Aguirre, Mariano Ballesteros, Isidro Bardo, Vicente Belmonte, Eugenio Carrión, José Lara, Emilio Mario, Enrique Sánchez de León, Fermín Valle, Fernando Viñas y Ricardo Zamacois.
Emilio Mario (1838 – 1899) Sería el alma del Teatro de la Comedia durante sus primeros veinticinco años. Como empresario, primer actor y director de escena avant la lettre, iba a imprimir un sello de calidad en los programas y de verosimilitud realista en decorados y modo de actuar, en la línea del gran André Antoine.
En 1915, un incendio devoró el edificio. Afortunadamente, fue de madrugada. La madrugada del 18 de abril de 1915, un incendio destruyó totalmente, o casi, el Teatro de la Comedia. Por lo que sabemos hoy, tras la larga etapa de obras que ha dado lugar a un teatro de la Comedia totalmente renovado y con nuevas instalaciones que fu reinaugurado en octubre de 2015, en aquel incendio de 1915 apenas quedaron utilizables algunos camerinos. La fotografías que se publicaron, de la platea y los palcos, dan una idea aproximada de cómo aquí no era exagerado el uso del adjetivo “pavoroso”.
A veces suceden milagros, y es el caso que apenas unos meses después, el 22 de diciembre de aquel mismo año 1915, el Teatro de la Comedia abría sus puertas totalmente rehabilitado. Para abrir sus puertas, nada mejor que una obra del que era su príncipe en aquellos años, el Premio Nobel Jacinto Benavente, con el estreno de la que sería una de sus mejores obras, La propia estimación.
Siendo una noche luminosa, con la renovada belleza de la sala, el mayor brillo de aquella reinauguración fue el de la joven primera actriz del teatro de La Comedia, Mercedes Pérez de Vargas. Junto a ella, Gómez, Carboné, Bonafé y Romea. El reparto de lujo del Teatro de la Comedia.
Fue el Teatro de los estrenos de Benito Pérez Galdós, de Carlos Arniches, Pedro Muñoz Seca, de Enrique Jardiel Poncela, de Miguel Mihura… El teatro fue regentado por don Tirso Escudero y por su hijo durante décadas hasta que en 1986 se convirtió en la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Aquel primer – y polémico – estreno de Marsillach, fue el comienzo de su nueva vida durante las últimas cuatro décadas – con un cierre por obras de trece años que concluyó en 2015 – que hace del Teatro de la Comedia una de las señas de identidad del Ministerio de Cultura.