Efemérides
Cien años de Rodríguez Méndez
Se cumplen cien años del nacimiento del dramaturgo José María Rodríguez Méndez (Madrid, 6 de junio de 1925, Aranjuez, 21 de octubre de 2009).
Rodríguez Méndez vio interrumpidos sus estudios – y su niñez – por la guerra, tras cuyo final se reunió la familia y emigró a Barcelona. Allí cursó Derecho. Tras terminar la carrera y hacer el servicio militar se instaló en Madrid. Su situación económica lo llevó a aprovechar que había hecho el servicio militar en las milicias universitarias para entrar en el Ejército con el grado de alférez en 1956, lo que le llevó a vivir, por ejemplo, el conflicto armado de Sidi Ifni. Se licenció como teniente en 1958, año en que muere su padre y regresa a Barcelona, donde vivirá hasta 1978. Es en Barcelona, por tanto, donde comienza su vida como dramaturgo. Ya en sus años de estudiante había formado parte del TEU y había colaborado con Francisco Melgares, y en los años de Madrid colaboró con el TEU de la capital y con José Luis Alonso en el teatro de cámara que el joven director había abierto en un salón de su casa, el célebre Teatro de la Independencia. Pero es en esta nueva etapa cuando comienza a escribir teatro: en 1959 vuelve a viajar a Marruecos para escribir una serie de artículos y en esos días redacta Vagones de madera, sobre su experiencia en la guerra de Ifni, si bien la obra se ambienta en 1921. Esta obra se estrenó el 21 de diciembre de 1959 en el Teatro Candilejas de Barcelona por el Teatro Español Universitario, bajo la dirección de José María Loperena. Pocos meses más tarde, el 23 de mayo de 1960 se estrenaban dos piezas de Rodríguez Méndez en el ciclo de lunes de cámara del Teatro Candilejas de Barcelona. Se representaron en sesión de teatro de cámara (es decir, una única función) el Auto de la donosa tabernera y El milagro del pan y de los peces.
El camino de Rodríguez Méndez, como el del resto de su generación, fue difícil y amargo: en el período franquista, sus obras fueron puestas en escena por grupos universitarios o del movimiento de teatro independiente: Los inocentes de la Moncloa (1961 y 1964), El círculo de tiza de Cartagena (1963), La batalla de Verdún (1965), El vano ayer (1966), La hoya (1966) y Vagones de madera (1968).
En 1975, una semana después de la muerte del dictador, Ángel García Moreno estrenaba en el Alfil de Madrid Historia de unos cuantos (1975). En 1978, Adolfo Marsillach quiso dejar clara su idea del recién creado Centro Dramático Nacional abriendo su primera temporada con Bodas que fueron famosas del pingajo y la fandanga con dirección de José Luis Gómez (una producción con un extraordinario reparto y sobre la que ya escribimos en esta sección de Efemérides). Casi en esos mismos días de 1978, se estrenaba la película Un hombre llamado Flor de Otoño, dirigida por Pedro Olea y protagonizada por José Sacristán, que convirtió la obra Flor de Otoño en la más célebre en la producción de Rodríguez Méndez. En 1982, se estrenaba Flor de Otoño en teatro, con producción del Ministerio de Cultura y de Teatres de la Diputación Valenciana – el director de la producción fue Rodolf Sirera –, con dirección de Antonio Díaz Zamora y protagonizada por el actor Carlos Peris.
¿Después? Algunas adaptaciones, varias reposiciones, muy pocos estrenos – cabe destacar Sangre de toro (1985), El pájaro solitario (1998) y Última batalla en El Pardo (2001), a lo largo de los veinte años siguientes. Paradójicamente, Rodríguez Méndez recibió algunos honores en aquellos años: el Premio Nacional de Literatura dramática en 1993 y, en 2005, año en el que el Centro Dramático Nacional repuso Flor de Otoño en el Teatro María Guerrero, recibió Premio Max de Honor con un emocionado y feliz “¡Viva la farándula!”.
Desde aquel estreno de Flor de Otoño en el Teatro María Guerrero,, hace veinte años, José María Rodríguez Méndez ha permanecido ausente de los escenarios españoles.
Para acercarse a la figura de Rodríguez Méndez, una buena vía puede ser el documental de Enrique Belloch – quien dirigió El pájaro solitario y Última batalla en El Pardo - titulado Historia de unos cuantos.
El mejor modo de conocer a un escritor es leer sus obras. En la biblioteca del CDAEM podemos encontrar Última batalla en El Pardo, publicada en 1991 por el Centro de Documentación Teatral; La batalla de Verdún, Bodas que fueron famosas…, El círculo de tiza de Cartagena, Flor de Otoño, Los inocentes de la Moncloa, El pájaro solitario, Los quinquis de Madrid, Historia de unos cuantos… También los dos volúmenes de la Asociación de Autores que reúne cerca de veinte títulos. Y también, claro, su ensayo de 1993, Los despojos del teatro.
En nuestra Teatroteca se pueden encontrar los montajes de Bodas que fueron famosas… en 1978; y de Flor de Otoño en 2005.