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Figuras. Entrevistas de la escena

FIGURAS

Donald B. Lehn. Nueva York, 1952. Malabarista, mago, escritor y director de la Escuela de circo Carampa entre 1994 y 2021.

(39’ 55’’)

Donald B. Lehn (Nueva York, 1952) es una figura fundamental en el impulso y desarrollo del circo contemporáneo en España. Un apasionado creyente de su futuro. “Es el arte del siglo XXI”, subraya en varios momentos. También es desde hace más de 45 años un reconocido mago y malabarista. Y un activo conferenciante y escritor sobre las artes circenses. Véase su célebre libro Agáchate y vuélvete a agachar. Malabares para todos o la revista Ambidextro que la Escuela Carampa ha publicado entre los años 1989 y 2019. Además, ha traducido al inglés obras de autores referentes del mundo del circo y la magia, como Juan Tamariz, Pepe Carroll, Juan Mayoral o René Lavand.

Pero, sobre todo, Donald B. Lehn es una persona que se ha atrevido a dedicar su vida a lo que ama.

  • Fecha: 15 de junio de 2021.
  • Lugar: Escuela de Circo Carampa, Madrid.
  • Duración: 39’ 55’’
  • Operador de cámara: Víctor Camargo.
  • Realización y edición: Ana Lillo.
  • Entrevista realizada por: Esther Montero.

Créditos de fotografías

  • Daniel Alonso, Nacho Álvarez, Fernando Gutiérrez, archivo personal de Donald B. Lehn y archivo CDAEM.

Créditos de los vídeos

  • Circ Cric, Cirque du Soleil, Circus Oz, Cirque Plume, Escuela de Circo Carampa, Escuela de Circo La Tarumba, Fekat Circus, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Unidad Técnica de Audiovisuales del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música y Yennega Circus.

Créditos de las músicas

Agradecimientos

  • Circ Cric, Circada Sevilla, Cirque du Soleil, Circus Oz, Cirque Plume, Escuela de Circo Carampa, Escuela de Circo La Tarumba, Fekat Circus, Festival Internacional de Circ Elefant d’Or Girona, Hop!! Villena, Malabar Aragón, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Trapezi Reus y Yennega Circus.

Tres momentos de la entrevista

Una vida entregada al futuro del circo

Nos recibe en su casa, Carampa, la escuela de circo que fundó en 1994 junto a otros artistas y cuyo proyecto pedagógico fue reconocido en 2011 con el Premio Nacional de Circo. El nombre CarAMpa surgió de la unión de la palabra carpa y de las siglas de la Asociación de Malabaristas, que constituyeron en 1987.

La entrevista se realiza semanas previas a jubilarse como director de la escuela (cargo que ha ejercido durante dos décadas), y antes de que emprenda otros estimulantes proyectos.

Donald B. Lehn

Hay que remontarse a 1991 para conocer las circunstancias y el espíritu con el que nació la escuela. Ese año, tras organizar como Asociación el encuentro de Malabaristas de Aranjuez, la familia Pepín León hizo a Lehn y a sus compañeros una oferta para adquirir una carpa. Sin pensarlo mucho, dejándose llevar una vez más por el entusiasmo y la fe, la compraron. Transportaron la carpa al corazón de la Casa de Campo de Madrid en un camión Pegaso de los años 50 sin matrícula, arrastrado por una grúa. El Pegaso continúa anclado frente a la carpa. Desconocían entonces si el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid les permitirían montarla. Mucho menos de una forma permanente. Pero, de nuevo, la pasión por el circo, la ilusión por dedicarse al oficio y construir futuros, les hizo enfrentar las dificultades y conseguir, con insistencia y algo de picardía (hacía ya algún tiempo que habían aprendido cómo lidiar con las Administraciones), que la carpa se instalara definitivamente junto al Albergue de la Casa de Campo. Nacía la Escuela de Circo Carampa, que tanto ha aportado al nuevo circo creado en nuestro país y por la que han pasado ya veinte generaciones de estudiantes.

Pero la aventura había comenzado mucho antes.

La trayectoria de Lehn es una sucesión de deslumbramientos, a veces casuales, que le llevaron a amar el circo y a comprometerse profundamente con su aprendizaje y forma de vida. A los veinte años, siendo aún estudiante de letras en Nueva York (es graduado por la State University en Literatura inglesa y francesa) e investigando los límites dramatúrgicos de la pantomima, se une a una troupe de payasos. Con ellos descubre atónito que los bolos se remuneraban, que podía vivir como malabarista. Aquello, asegura, “fue una revelación” y comenzó a estudiar la técnica del clown con seriedad. Llegó luego el descubrimiento de la calle como escenario, el aprendizaje de los métodos, nunca sencillos, para crear un corro, para ofrecer números de calidad y dignificar el oficio. Nació entonces su personaje Moonbean (Habichuela de la luna), un arlequín silencioso que en la estela de Buster Keaton creaba humor visual con objetos. Recorrió con él Estados Unidos y aterrizó en Europa, donde Moonbean comenzó a hablar.

Cuando casualmente recala en el Madrid de la Movida en 1981, Lehn trae la vivencia del despertar político de mayo del 68 en su país, las manifestaciones culturales contra la guerra de Vietnam y toda su experiencia como artista callejero. En Madrid abandona a Moonbean y da vida al mago Malo el Malísimo que actuaba en El Retiro y en la Plaza del Dos de Mayo a la hora de la primera copa. Es entonces cuando conoce a otros malabaristas y magos con los que fundaría la Asociación de Malabaristas y más adelante transportaría la carpa en el Pegaso, sin muchas nociones de cuándo y cómo debía montarse, pero a la que dotaron de un proyecto pedagógico hoy referente que cuenta hasta con un Centro de Documentación, el único en España especializado en artes circenses.

“Entendimos que la formación en circo debía ser también artística no solo técnica, que debía incorporar clown, danza, pantomima, un temario interpretativo”, explica sobre los inicios de Carampa. “Comenzamos haciendo cursos trimestrales pero pronto pusimos en marcha el primero anual, que fue económicamente un desastre pero que nos permitió integrarnos en la comunidad europea de escuelas de circo que entonces eran doce”.

Donald B. Lehn ha mantenido desde entonces también una importante actividad internacional como vicepresidente de las federaciones de escuelas profesionales de circo de Europa y América Latina: FEDEC y FIC. Esta unión de las escuelas es para Lehn esencial y un acontecer de gran importancia en su vida. ‘Las redes son como un árbol: permiten el encuentro y CRECEs’, proclama la web de Carampa.

En los inicios de FEDEC, explica, debatían problemas y dinámicas comunes como los protocolos de seguridad o cómo homogeneizar las diferentes habilidades de los profesores que eran muy desiguales. Y definieron qué era una escuela de circo. “O cosas tan prácticas como qué hacer cuando sabes que un alumno se ha fumado un porro y tiene que subirse al trapecio o al aro”, señala.

La entrevista fluye en el tono optimista de quien ha construido ya nuevas realidades y vaticina un brillante futuro para el circo contemporáneo.

“Estamos en el inicio del nuevo circo. Actualmente los hay que trabajan con artes plásticas, o con movimiento y gesto, también circos narrativos, o los que son técnica pura, y otros que dialogan con los espacios, hay una gran riqueza”, comenta. “Europa tiene 700 conservatorios de música, ¿y cuántas orquestas? Sin embargo nosotros somos 50 las escuelas de circo europeas, generamos profesionales al mismo ritmo que el mercado. Espacio hay, hay compañías naciendo cada día, nuevos festivales, teatros…”.

Y concluye con un comentario halagüeño más: “En el Norte, la energía, la alegría española, su disposición comunicativa y latinidad se rifan, las ganas de hacer fiesta con cualquier excusa nos distingue, lo que no significa tener menos técnica”.

Ahora Donald B. Lehn deja el timón de Carampa a un nuevo equipo para embarcarse en otras iniciativas. Es imposible imaginarle en una vida común.

Por Esther Montero

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