Menú principal

Usted está aquí: Inicio / Quiosco. Noticias de teatro / Muere Miguel Romero Esteo, innovador del teatro en España

Quiosco

Extracto de la noticia publicada en ABC Córdoba , el 30.11.2018.
Muere Miguel Romero Esteo, innovador del teatro en España

Miguel Romero Esteo en los años 70 (Foto: Archivo CDT)

Muere Miguel Romero Esteo, innovador del teatro en España

El autor nacido en Montoro falleció en Málaga, donde residía, a los 88 años

El mundo del teatro acaba de perder a uno de los autores fundamentales en los últimos años, tanto en la aportación creativa como en el estudio y en la capacidad de innovación y de evolución.

El dramaturgo Miguel Romero Esteo, nacido en Montoro y con una amplia carrera en toda España, falleció ayer a los 88 años de edad. (…)

El diario «Sur» confirmó la muerte del escritor en el hospital Carlos Haya de Málaga, la ciudad en la que residía desde muy joven. (…)

Su carrera como dramaturgo comenzó en la década de 1960, ya establecido con su familia en Málaga desde Montoro. Nunca perdió el vínculo con su localidad natal, ya que en este municipio cordobés el teatro municipal lleva su nombre. Antes se formó en Madrid, donde se licenció en Periodismo y Ciencias Políticas y realizó además estudios de otras materias. En la década de 1970 se consagró con títulos como «Pasodoble», «Paraphernalia de la olla podrida, la misericordia y la mucha consolación» y «El vodevil de la pálida, pálida, pálida rosa», a la que siguieron después las tragedias «Tartessos. Un memorial de las tinieblas», «Liturgia de Gerión», «Omalaka» y «Argantonios». En los años 70 su obra había tenido cierto contenido político y de crítica social a la España de aquel momento.

Fue también profesor en la Universidad de Málaga y destacó por el rigor intelectual de sus obras. En 2008 recibió algunos de sus premios más importantes, el Nacional de Literatura Dramática y el Luis de Góngora, aunque antes ya tenía el Andalucía de Teatro en 1992. Cultivó también ocasionalmente otros géneros, principalmente el ensayo, pero también la poesía, y mereció el elogio de grandes profesores, como Fernando Lázaro Carreter (…).

 

(L. M. Córdoba)