La versión original de El amor brujo. Gitanería en dos cuadros, compuesta por Manuel de Falla y pensada para la bailaora flamenca Pastora Imperio, era una versión teatral cuyo libreto escribió María de la O Lejárraga, aunque firmada por Gregorio Martínez Sierra. Fue estrenada el 15 de abril de 1915 en el Teatro Lara de Madrid. No fue, ni mucho menos, el único éxito de la firma Martínez Sierra. Su novela Tú eres la paz, publicada en 1909, constituyó todo un superventas en la época y forma parte de una trilogía con La humilde verdad y El amor catedrático. En 1911 se estrenó Canción de cuna –que posteriormente sería adaptada al cine en varias ocasiones–. A partir de aquí, la carrera teatral de la firma Martínez Sierra fue de las más triunfales gracias a la ayuda de amigos como Benavente y los hermanos Quintero. [...]
De aquella versión teatral se hicieron treinta representaciones, pero después, El amor brujo únicamente se escuchó en conciertos, y hasta diez años después no volvió al teatro con otra versión diferente. Durante todo este tiempo, las bodegas del Teatro Lara han guardado el libreto original de María y Gregorio y las partituras con notas manuscritas de ‘don Manué’, como ella le llamaba afectuosamente.
Ahora, al cumplirse cien años de su estreno, La Fura dels Baus ha vuelto a montar una de las obras cumbre de Falla en su versión teatral y ha querido poner en letras grandes el nombre de la verdadera autora del drama. «Es la primera vez en todo un siglo en que María de la O Lejárraga figura como la autora del libreto –afirma el director Carles Padrissa–. Es un acto de justicia y de necesaria reivindicación de una mujer que cedió todo el protagonismo. Ella prefirió no aparecer, mantenerse en segundo plano, quizá para evitar que los padres de sus alumnos la tildaran de ‘roja’. Pero nosotros creemos que cien años de anonimato ya son bastantes, y que para Martínez Sierra queda el mérito de ser el promotor del proyecto».
La versión de La Fura, ahora en Brasil, habla del maltrato, de la pérdida de la autoestima de Candela, la gitana que descubre la infidelidad de su amante, y habla también de que la mujer puede recuperar su dignidad enfrentándose al hombre. [...] (J. Sainz)