A su sede le llaman La Corsetería, porque antes allí fabricaban corsés. Pero no es una corsetería, ni una escuela de teatro, ni una sala de exhibición, ni un teatro. “Lo cierto es que nos cuesta un poco explicar qué es esto, porque no responde a ninguno de los formatos habituales”, dice el fundador de Nuevo Teatro Fronterizo, José Sanchis Sinisterra.
Aquí hacen lo que denominan “forincre”: formar, investigar, crear. Es algo así como una fábrica de teatro de donde salen montajes que se representan en otros espacios; también, un criadero de dramaturgos de nueva generación. Ahora cumplen cinco años de andadura en un barrio, el de Lavapiés (calle de la Cabeza, 8), que forma parte de su genoma artístico. Además, el documental La cabeza de José, de Alicia Luna, que se estrena hoy en los Teatros Luchana, ahonda en los procesos creativos que lidera Sinisterra, autor a la sazón de obras como Ay, Carmela, El cerco de Leningrado o El lector por horas, y ganador de todos los premios habidos y por haber (Max en dos ocasiones, o los premios nacionales de Teatro y Literatura Dramática).
[…] José Sanchis Sinisterra (Valencia, 1940), acompañado de otros miembros del proyecto como Alejandra González o Quique Bazo, comentaba su trayectoria. Llegó a Madrid a finales del siglo XX, después de dejar funcionando a buen ritmo la sala Beckett en Barcelona, y en 2011 decide abrir este espacio, “uno que tuviese en cuenta la multiculturalidad de Lavapiés y que se abriese a unas líneas más complejas, porque la situación había cambiado”, explica. Algunas señas de identidad: la innovación a través del texto (y no de lo tecnológico o escénico) y los contenidos político-sociales. [...]
Algunos de sus proyectos permanentes son En riesgo, que lleva sus creaciones mensualmente a La Casa Encendida, cada vez con un tema (la próxima sesión es el día 23 de febrero, en torno a los jóvenes vulnerables), o El Colaboratorio, su grupo estable de creación teatral, que muestra sus resultados una vez al mes (la próxima cita es el 8 de febrero en la sala Cuarta Pared).
Después de un lustro de actividad y al borde del precipicio (un par de veces han estado a punto de cerrar), están a la búsqueda de un espacio propio donde poder ir mostrando su producción sin estrecheces. [...] (Sergio C. Fanjul)