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Ha fallecido Lola Puebla
La documentalista madrileña fue el alma del Centro de Documentación Teatral durante 35 años.
Se dijo en la presentación del libro sobre los cincuenta años del Centro de Documentación Teatral, hace dos años, que la filosofía de trabajo serio y callado, absolutamente comprometido con la institución, una seña de identidad del CDT durante décadas, se podía resumir con dos palabras: Lola Puebla.
Lola Puebla López-Sigüenza (Madrid 1953) iba para actriz: contaba Guillermo Heras cómo hacia 1970 organizó con Lola y con el actor Ángel de Andrés López, compañeros de aquella Real Escuela de Arte Dramático que aún tenía su sede en un espacio del Teatro Real de Madrid, el Teatro Colectivo Opoponax, y que los tres hacían una función titulada Bienvenido Mister Ford. Lola se licenció en Interpretación en la RESAD en 1979. Su muestra de final de carrera, dirigida por el inolvidable José Estruch, fue La fiera, el rayo y la piedra, de Calderón, con compañeros como Blanca Suñén, María Mesa, Chema Adeva o Chema de Miguel Bilbao. Al salir de la RESAD forma la compañía Max Maravillas con Mesa y Suñén, y más tarde se integra en la compañía El Carro de Heno. A mediados de los años ochenta decidió “cortarse la coleta” y dedicarse a lo que llenó toda su vida profesional, la documentación.
Compatibilizaba sus estudios en la RESAD con su trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas a las órdenes del biólogo David Vázquez Martínez. Más tarde se instala en Edimburgo, donde trabaja como asistente de español en tres institutos de esa ciudad.
Se incorpora al Centro de Documentación Teatral en 1983, bajo la dirección de Moisés Pérez Coterillo, ocupándose de la documentación y de la coordinación de publicaciones tan importantes como los anuarios o la Guía Teatral. Más adelante coordinó la documentación a través de las bases de datos y otras publicaciones como las antologías digitales de las revistas Pipirijaina y Yorick o la recopilación de caricaturas Retratos en blanco y negro. En las dos últimas décadas de su trayectoria fue además la coordinadora del CDT, asumiendo la formación en el manejo de las bases de datos de todos los nuevos documentalistas que se incorporaban al Centro, lo que implica que hoy haya docenas de documentalistas en muchas instituciones que dieron sus primeros pasos con ella. Lola Puebla permaneció en el Centro de Documentación 35 años, hasta su jubilación en 2019. En esos 35 años, prácticamente todo pasó por sus manos, si bien su nombre apenas aparecía en los créditos de edición de algunas de las publicaciones. Queda un gestor documental que relaciona más de un millón de documentos, parte de los cuales son hoy accesibles por Internet
En 2012 ofreció el fruto de un gran proyecto que sí llevaba su firma personal. En la Biblioteca del CDAEM se puede acceder a su libro Colección Teatro de Editorial Escelicer, un estudio en el que se aborda, a través del análisis bibliográfico, una de las colecciones teatrales que han estado más presentes en la segunda mitad del pasado siglo. Lola Puebla comenzó con ese trabajo cuando colaboraba con la librería La Avispa, elaborando su inmenso catálogo. Más adelante continuó, con la ayuda de la profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas María Francisca Vilches de Frutos, con vistas a convertir este trabajo en su tesis doctoral. Finalmente, el Centro de Documentación Teatral publicó como libro digital este catálogo detallado de casi seiscientas páginas, que observa la publicación de 922 obras de teatro.
Trabajo serio y callado, absolutamente comprometido con la institución. Un legado intangible, un legado imprescindible para todos aquellos que tuvimos el privilegio de trabajar a su lado.
