Las tablas del mítico Globe Theatre de Londres acogieron a primeros de mes las palabras de un dramaturgo español, Lope de Vega, primer autor en castellano que entra en el templo de William Shakespeare. Allí, la compañía “Rakatá” presentó El castigo sin venganza (Punishment without revenge), dirigida por el asturiano Ernesto Arias, que nació en Cangas del Narcea, vivió su infancia y adolescencia en Lugones (Siero) y está asentado en Madrid desde 1992.
Arias y el resto de la compañía llegó a Londres “con muchos nervios porque era un momento histórico al ser la primera vez que en el Globe iban a sonar los versos de Lope”. Aun así, también lo hicieron “con la confianza en el trabajo y esfuerzo realizado durante los últimos ensayos y nuestra fe en el autor”.
El castigo sin venganza no era un espectáculo ideado para un espacio como el Globe Theatre, al contrario que Enrique VII, de Shakespeare, función con la que la compañía y Arias también como director estuvo hace dos años. “Tuvimos que hacer algunos ajustes para adaptarlo a un espacio tan peculiar y único”, comentó Arias. Y es que en el Globe Theatre se presentan las funciones como en la época de Shakespeare: sin efectos de iluminación, ya que se hacen a plena luz del día, sin escenografía porque se sirven del propio tablado y arquitectura, la música debe ser en directo y de los 1.500 espectadores que puede acoger, más de 700 están de pie. [...]
El estreno “fue extraño, porque resultó un poco angustioso y sobrecogedor a la vez”, recuerda. “En mitad de la función comenzó a llover fuertemente. Yo creía que la gente que estaba de pie y que no están a cubierto se irían porque la lluvia era realmente fuerte y estaba angustiado porque se estaban mojando muchísimo, pero admirablemente nadie se movió”.
Las funciones en el escenario del Globe no se interrumpen ni suspenden si llueve, algo que allí tienen asumido. Los actores no se mojan porque el escenario tiene techo y los espectadores sentados también están a cubierto. “Fue realmente admirable y sobrecogedor ver cómo los espectadores seguían con su atención al cien por cien sobre lo que ocurría en el escenario obviando el hecho de la lluvia”. [...]
El resto de las funciones se desarrollaron sin lluvia y “creo que fueron a mejor. Los actores se acomodaron al espacio y lo disfrutaron porque las últimas funciones fueron maravillosas”, cuenta el director. “Fue una semana realmente mágica, un regalo que a veces te da esta profesión que es tan dura en ocasiones. Todo lo hemos vivido con intensidad y con ilusión”. [...]