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Foto:Alfonso
Dos obras de los hermanos Machado, 80 años esperando una función
El sobrino nieto de los poetas relata cómo se salvaron milagrosamente los manuscritos en sus pisos alquilados en Madrid durante la Guerra Civil
Los Machado escribían siempre a mano. Manuel tecleó alguna vez a máquina; de Antonio no consta tal práctica. En 1936 el conjunto de su obra tenía forma de cuartilla y estaba guardada en sus respectivos pisos de alquiler de Madrid. Manuel vivía en la calle Churruca 15, muy cerca del Café Comercial, donde tenía su tertulia; Antonio en General Arrando 4, no muy lejos de allí. Aquellas dos viviendas albergaban un tesoro literario en verso y prosa firmado por dos hombres sin los que sería imposible imaginar el devenir de la poesía española en el siglo XX. Todo ello podría haberse perdido cuando los dos abandonaron la capital el año que estalló la guerra, pero no fue así. [...]
«Estaban perdidos en diferentes casas. Tenemos algo más de 3.500 documentos, de los cuales el 80% es obra literaria de los hermanos. Hay más prosa que versos», explica. La joya de la colección es una obra de teatro inédita, firmada conjuntamente por los dos Machado, que siempre trabajaban mano a mano en lo que a las tablas se refiere. Se trata de La diosa razón, un drama ambientado, como su propio nombre indica, en la Revolución Francesa. Su existencia solo se intuía por una escueta referencia de Miguel Pérez Ferrero en la biografía que escribió de Manuel Machado. La protagoniza una mujer real, Teresa Cabarrús, una noble española nacida en Carabanchel Alto que en su juventud fue a París, donde vivió de primera mano el crucial año de 1789. Aunque Álvarez Machado no desvela el contenido de la trama, sí que aventura parte de las vivencias de Cabarrús, que escapó de la guillotina de Robespierre y terminó siendo una de las mejores amigas de Josefina de Beauharnais, primera esposa de Napoleón [...]
La producción teatral de los hermanos siempre ha estado tapada por la alargada sombra de sus versos. Sin embargo, «en su momento, sus piezas fueron representadas por las grandes actrices del momento, como María Guerrero, Lola Membrives o Irene López Heredia», explica el crítico de teatro Juan Ignacio García Garzón. «Sin duda, la aparición de una obra inédita es un acontecimiento importante en la lengua española que merece la pena dar a conocer», concluye. […]
En los manuscritos hay otro pequeño tesoro, no inédito pero sí profundamente desconocido. Es una obra que apareció hace poco más de seis años sin que nadie la esperara: no aparecía referenciada en ningún lugar. Es «Adriana Lecouvreur», otro texto ambientado en Francia y protagonizado otra vez por una mujer real, la misma que da título al volumen. «Es una obra de metateatro. El personaje principal es esta actriz de la comedia francesa, la primera mujer que empezó a actuar en las obras de teatro al estilo moderno, no recitando poesía en verso, ni actuando como los griegos, sino de una manera dinámica», apunta Álvarez Machado, que consiguió publicar la pieza teatral en 2011 con la editorial valenciana Alupa. [...] (Bruno Pardo Porto)