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Extracto de la noticia publicada en elmundo.es , el 6.6.2017.
Unos MAX en femenino...

Unos MAX en femenino...

El triunfo de 'Només son Dones' (Sólo son mujeres), de Carme Portaceli parecía más que oportuno. Este montaje hilvana la historia de varias mujeres durante la dictadura franquista.

En su 20 aniversario, los premios MAX estaban dedicados a la figura de la mujer. Su reconocimiento y la celebración de su talento fue un 'leit motiv' durante toda una gala presentada por Ana Morgade, quien, al inicio, explicó que la ceremonia homenajeaba a los autores y, especialmente, las autoras. "Esta gala es una excusa perfecta para que, por una vez, ellas vayan primero, a ver qué pasa". Así pues, el triunfo de Només son Dones (Sólo son mujeres), de Carme Portaceli parecía más que oportuno. Protagonizado por Míriam Iscla, Maika Makovski y Sol Picó, este montaje que hilvana la historia de varias mujeres durante la dictadura franquista se llevó el premio a Mejor Espectáculo de Teatro y el de Mejor Dirección. [...]

Su principal competidora, El laberinto mágico, de Ernesto Caballero, ganador del Valle-Inclán por esta pieza, se llevó otros dos premios: Mejor Adaptación para José Ramón Fernández, quien dedicó el premio a MAX Aub, autor de las 6 novelas sobre la Guerra Civil que adapta el montaje, y el de Mejor Actor de Reparto para Paco Ochoa.
Gracias a su conmovedora interpretación en el monólogo musical Miguel de Molina al desnudo, Ángel Ruiz se llevó el premio a Mejor Actor Protagonista. [...] Por su parte, Nuria Mencía, una actriz de carácter a la que Sanzol recuperó para darle el papel de Nagore, su alter ego en La respiración, se llevó el premio a Mejor Actriz Protagonista. [...] Sanzol, además recogió el premio como Mejor Autor por este montaje.
[...] Para cerrar el capítulo de intérpretes, una emocionada Ainoha Santamaría se llevó el premio a Mejor Actriz de Reparto por La estupidez, una comida de Spregelburd que supuso un auténtico tour de forcé para la actriz ya que daba vida a cinco personajes [...] En el apartado de danza, Oskara, de Kukai Dantza, partía como favorita siete candidaturas, de las que se llevó tres, incluyendo Mejor Espectáculo de danza y Mejor elenco. Sus responsables quisieron rememorar el horror de Guernica y denunciar los Guernicas que todavía suceden en el mundo. Por su parte, Rocío Molina, se llevó el premio a Mejor Coreografía y Mejor Intérprete de Danza por Caída del cielo. Ella, que es una figura de la danza en París, señaló que "el problema de hoy en día es que todos somos un poco todoterreno, tenemos que hacer de todo un poco" en referencia a la situación precaria con la que se trabaja en este mundo.
El mejor intérprete masculino de danza fue el flamenco Manuel Liñán por Reversible, quien dedicó el premio a todos los bailaores "que nos manifestamos tal y como somos. (...) Por la libertad en la vida y en el arte". Como novedad en los 20 años de historia de los MAX, por primera vez se entregó un premio a los espectáculos de calle, que recayó en la compañía Maduixa Teatre, por Mulïer, un espectáculo de danza sobre zancos en el que cinco bailarinas exploran la identidad femenina. Además, este espectáculo se llevó el premio a la Mejor Composición Musical. Historias de Usera mereció el premio a Mejor Producción Privada de Artes Escénicas. [...]. Cervantina, de Ron Lalá, se hizo con el premio a Mejor Musical gracias a su divertida reivindicación de las novelas ejemplares de Cervantes.
[...] Inés Paris, presidenta de la Fundación SGAE, hizo un encendido discurso en el que recordó el abucheo que se llevó Esperanza Aguirre, como ministra de cultura, en los primeros premios MAX. "Si nos hubiera hecho caso, nos hubiéramos ahorrado estos 20 años", añadió. Pero la parte más beligerante de su discurso estuvo destinada a defender la igualdad entre hombres y mujeres en las artes escénicas. Según dijo, sólo un 17,5 % de los autores de la SGAE son féminas, y la cifra se reduce si hablamos de los autores con ingresos importantes. "La ausencia de mujeres es injusta, altera los contenidos y los hace menos democráticos porque falta el punto de vista de más del 50% de la población".
Por parte de la cultura, también faltaron a la ceremonia nombres relevantes que hubieran ayudado a dar lustre a una edición tan redonda como el 20 aniversario de los MAX, una fiesta que ha tenido un perfil más bien bajo. Entre las ausencias más notorias, Miguel del Arco y Ernesto Caballero, directores que tenían dos montajes nominados a mejor espectáculo de teatro, Hamlet y El laberinto mágico, respectivamente. […] (José Luis Romno)