Sus producciones también han sido reconocidas numerosas veces: 4 premios Max (2013) por Tacita a tacita; Premio de la feria de teatro y danza de Huesca (2012) al mejor espectáculo de danza por Petit comité; 2 premios Max (2009), mejor coreografía y mejor intérprete femenina de danza, por De cabeza; y Premio Villa de Madrid (2007) al montaje Ni palante ni patrás (no hay manera, oiga…).
- Fecha: 18 de marzo de 2019.
- Lugar: Salón de Actos de Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura, Madrid.
- Duración: 39’58’’ (extracto de una entrevista de una duración total de 1h 37’40”).
- Operador de cámara: Víctor Camargo.
- Realización y edición: Ana Lillo.
- Entrevista realizada por: Sandra Cendal.
- Coordinación audiovisual: Rosana López
- Créditos de Fotografías
Archivo personal de Teresa Nieto - Créditos de los vídeos
Israel Galván, Rocío Molina y Equipo de grabaciones del CTE - Créditos de músicas
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Fashionable Lounge Jazz by SonicMusic
Una habitación propia
Teresa Nieto nació y vivió en Tánger hasta los 18 años, hecho que ha marcado el resto de su vida, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Fue allí donde recibió su primera formación en danza y música, y no fue hasta un año después de llegar a Madrid, con dos hijas pequeñas, cuando retoma su carrera artística. En sus propias palabras, “[volví a tomar clases de danza] por la necesidad de tener mi habitación propia, aunque fuera solamente dos días a la semana”.
De esa necesidad surgió una relación que perdura en el tiempo con la también coreógrafa Teresa Trujillo, de la que dice no fue solo su maestra, sino también su amiga, mentora, y la persona que más adelante la pondría en contacto con otras de las figuras fundamentales en la formación de Teresa Nieto, como fueron Carl Paris y Christine Tanguay.
Tras estos primeros años de tomar clases en Madrid, a finales de los 80 se reúne un grupo de mujeres (La Ribot, Olga Mesa, Blanca Calvo, y la propia Teresa) y deciden crear la compañía Bocanada, con la que logran llevar a escena tres espectáculos, hasta su disolución en el año 1990.
Es entonces cuando Teresa Nieto decide emprender su carrera en solitario, y monta sus primeros solos: Danza breve (1990), Mano a mano (1992) y Patio de luces (1992).
En paralelo al trabajo con su propia compañía, con la que fundamentalmente ha desarrollado creaciones de danza contemporánea, Teresa Nieto también ha estado siempre muy próxima al flamenco, como demuestra el haber sido cofundadora de Arrieritos Danza entre 1996 y 2004, junto con Florencio Campo, Tacha González, Patricia Torrero y Elena Santonja.
En el año 2000 recibe un encargo de música y danza de Granada, y crea el espectáculo Tánger, un montaje para 10 bailarines, del que ella misma afirma: “fue una experiencia maravillosa”. No obstante, una serie de complicaciones económicas con su gestor le obligan a cerrar su compañía. Se suceden entonces dos años en los que Teresa Nieto trabaja exclusivamente para pagar la deuda acumulada, y piensa que no va a volver a poder tener una compañía propia. Afortunadamente, en 2002 recibe el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, con el que puede acabar de pagar las deudas, y un año después, es también reconocida con el Premio Nacional de Danza, lo que supone el espaldarazo definitivo y el inicio de la etapa más fecunda en la carrera de esta artista.
Entre 2003 y 2015, Teresa Nieto pone en escena: Consuelo, Ni palante ni patrás, De cabeza, La mirada, Tacita a tacita, Petit comité, El ajuar, y el que sería su último espectáculo: Las cuatro estaciones. A lo largo de esta etapa, la coreógrafa va poco a poco desapareciendo del escenario, ocupando cada vez menos espacio, hasta convertirse en la mirada de los otros cuerpos. La incorporación de la bailarina Sara Cano a la compañía, representa para Teresa Nieto la oportunidad de pasar su testigo. En ella ve a su sucesora natural, y es finalmente en Las cuatro estaciones donde decide no bailar más.
Desde entonces, Teresa Nieto ha aparecido en algunas obras de teatro en calidad de actriz, como Restos, con autoría de Laila Ripoll, Rodrigo García, José Ramón Fernández y Emilio del Valle y La tierra, de José Ramón Fernández. En noviembre de 2018, la creadora cumplió 65 años, y se dedica, por primera vez y en sus propias palabras, a cuidarse. Afirma no saber si volverá o no a los escenarios, pero encontrarse en un momento de su vida muy bueno, “en paz”.