¿CÓMO ESTÁN USTEDES?
Los payasos de hospital de Pupaclown cumplen 25 años administrando su jarabe de la risa a la infancia y a la adolescencia en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia.
Pepa Astillero Fuentes y Pepa García Moya
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1. Pupaclown y la humanización de la sanidad
Hace 25 años que la Asociación Pupaclown metió sus narices rojas –“la mínima máscara para un corazón grande”– en el Hospital Clínico Universitario Virgen de La Arrixaca de Murcia. Apoyada en la iniciativa del entonces jefe de Cirugía Pediátrica de La Arrixaca, Miguel Ángel Gutiérrez Cantó, y del también cirujano de La Arrixaca, José Ruiz Jiménez, se puso en marcha el servicio de payasos de hospital para asistir a la infancia y adolescencia ingresados. Una terapia de la risa que combate el estrés, la ansiedad y el malestar de los pequeños enfermos, inyectándoles impulsos positivos, y cuyos beneficios se han ido ampliando a través de diferentes servicios en el propio hospital (demandados por el equipo sanitario) con Pupaclown en Hospital General, Pupaclown en Procesos Dolorosos, Pupaquirófano y PupAcompaña (de atención domiciliaria). Un trabajo cuya eficacia, a lo largo de las últimas dos décadas y media, ha confirmado la ciencia mediante la realización de numerosos estudios. (fig. 1)
Precisamente esta bella historia, que comenzó en 1998, la del desarrollo y evolución de los payasos de hospital, su servicio lúdico y terapéutico en los centros asistenciales y el de las asociaciones que se han empeñado en ofrecerlo, extenderlo e implantarlo en la sanidad pública, corre paralela a la de la humanización de la atención sanitaria en nuestro país y en el mundo. Todo ello, con las reticencias iniciales de parte de la profesión médica, demasiado seria y sesuda para admitir la presencia de “auténticos payasos” en los hospitales, pero también gracias al empuje de profesionales de la medicina pioneros y conscientes de que las caricias del alma ayudan a superar el trance de la enfermedad y a hacer más llevadero el tránsito hacia la muerte cuando ya es inevitable; y, cómo no, a la colaboración con las diversas administraciones que lo han facilitado y los patrocinadores que lo han apoyado con capital privado y público.
Las intervenciones artísticas y emocionales de los payasos de hospital se han sumado a una medicina cada vez menos traumática y más amable, que ha ido avanzando hacia la eliminación del dolor en todos los procesos y hacia los cuidados paliativos, en última instancia, para minimizar en lo posible el sufrimiento de las personas.
El médico Hunter “Patch” Adams, considerado el primer payaso de hospital, estableció en 1971 la naturaleza complementaria de la risa, el amor y la compasión en el tratamiento de la enfermedad, y, de la mano de Big Apple Circus, dio origen a los primeros payasos médicos profesionales en 1986 en Nueva York. Desde los inicios germinales de esta práctica profesional hasta los 170.000 menores atendidos en 2022 en centros hospitalarios españoles ha transcurrido más de medio siglo que ha permitido la consolidación de una idea inicial: para la recuperación de una enfermedad hay que atender tanto lo físico como lo psíquico, y el trabajo emocional es básico en ello. (fig. 2
Su evolución ha ido de la mano de la desaparición de las camas de los pasillos, la generalización de la analgesia y la anestesia para beneficio de los pacientes y la reducción de su sufrimiento, y ha dado paso a una medicina más transparente, en la que el consentimiento informado convierte al paciente en sujeto activo de su proceso patológico y el tratamiento asociado, concediéndole la capacidad de decidir con el asesoramiento de profesionales de la medicina y bajo criterio médico; una asistencia médica que también ha caminado hacia la normalización de la vida de los pacientes de estancias prolongadas, sobre todo de la infancia y la adolescencia, con la puesta en marcha de diferentes servicios, como las aulas hospitalarias.
1.1. Los clowns de hospital en la actualidad
Hoy, numerosos estudios científicos avalan lo que en 1997 era una mera percepción intuitiva de médicos, como el entonces jefe de Cirugía Pediátrica del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, Miguel Ángel Gutiérrez Cantó, quien importó la idea de un congreso de cirugía celebrado en el Hospital Son Dureta de Palma de Mallorca y de sus payasos de la Sonrisa Médica, ya en fase experimental en aquellas fechas, y se entregó a su puesta en marcha en la Región de Murcia de la mano de Pupaclown.
Actualmente, son 37 las asociaciones que, distribuidas por todo el territorio nacional, emplean las artes del clown como una terapia sanadora que, a través del humor, el juego, la distracción y la creatividad, contribuye a mitigar los efectos adversos de la hospitalización de menores enfermos, y sus familias, reduciendo las emociones negativas (fig. 3) e incrementando las positivas.
Además, está a punto de presentarse en sociedad Clowns por la Salud, Federación Española de Payasos de Hospital, que tiene entre sus objetivos aglutinar a todas esas asociaciones, al tiempo que establecer criterios comunes, tanto profesionales y formativos como deontológicos, para estandarizar la excelencia de la actividad profesional de los clowns de hospital y también para trabajar en el reconocimiento a nivel laboral y administrativo de esta actividad específica. (fig. 4) Los clowns de hospital son:
Profesionales de las artes escénicas, con relación laboral con cada una de las asociaciones en las que presta servicio (...), con formación académica reglada en artes escénicas o (...) formación académica específica en las artes del clown y experiencia en este campo mínima de 2 años, preferiblemente con la infancia. Estos profesionales cuentan con formación específica de la población sobre la que interviene y sobre el entorno sociosanitario, con el fin de comprender y respetar este medio, y adaptar su intervención a sus requerimientos. Conocer y respetar el código deontológico y la metodología utilizada por el equipo artístico, además de poseer una alta motivación para trabajar en el medio sociosanitario, dado el carácter humanitario que lleva implícito este trabajo, es fundamental para ser clown de hospital. Su objetivo es contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas para las que interviene, más allá de lo puramente artístico o técnico. Empatía, optimismo, capacidad de trabajar en equipo y alta resistencia a la frustración, además de un sólido equilibrio emocional, para establecer una relación positiva con menores, adultos, familiares, personal sociosanitario, compañeros clown, miembros y personal de gestión de su asociación, y para mantener su buena salud mental son requisitos imprescindibles. (Código Deontológico…, 2021a: 2)
La Federación se convierte así en un paso más en el establecimiento de sinergias de los distintos colectivos que trabajan desde el arte escénico en el ámbito sanitario, ya iniciadas a través de intercambios, citas y congresos anuales, como las Jornadas Nacionales de Payasos de Hospital, que en septiembre de 2022 celebraron en Valencia su quinta edición y que reunió a más de 23 asociaciones en torno a formaciones y mesas de trabajo sobre investigación, apoyo psicológico, comunicación y evaluación para lograr la mejora de las intervenciones de los payasos de hospital en España, pero también de su gestión y funcionamiento.