Una habitación propia para el circo.
Jornadas de dramaturgia.
Eva Luna García-Mauriño
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Introducción
Aunque el circo ha sido área de inspiración para artistas y literatos, su lenguaje alejado de lo intelectual, en el que siempre ha primado la búsqueda del virtuosismo físico y del entretenimiento, ha provocado que fuera relegado de la esfera académica y teórica. A la hora de debatir en torno al circo, su historia y sus formas, encontramos múltiples discrepancias y teorías contradictorias. Las artes del circo no cuentan con un Grotowski, Artaud o un Brecht que haya sentado cátedra. Como dice María Folguera:
Parecería entonces que el circo se ha constituido de modo libre o espontáneo. Pocas disciplinas artísticas se hallan tan asociadas a determinados lugares comunes, cristalizaciones de un momento de su existencia que han ahondado en el imaginario como referencias de “lo que es circo” y lo que no lo es. Esta existencia desarrollada casi siempre fuera de un aparato crítico ha dado lugar a una reincidente mitificación del ambiente circense (Folguera, 2020: 1).
En la revisión histórica del circo se pueden encontrar contradicciones, según las fuentes consultadas, en cuanto a fechas y sucesos a la hora de relatar unos mismos hechos históricos; contradicciones que se acentúan más aún cuando se busca establecer un consenso en cuanto a denominaciones, análisis o metodologías, por las subjetividades que ello entraña.
La transformación del circo denominado tradicional o clásico al nouveau cirque y al actual, etiquetado como contemporáneo, no fue acompañado de un corpus teórico lo suficientemente amplio. Quienes se han querido aventurar hacia la dirección o dramaturgia de obras de circo contemporáneo no han contado apenas con una base teórica que consultar, ni una formación a la que acudir, hasta los últimos años con la aparición del MA in Directing Circus de la Universidad de Bath o el Certificat Dramaturgie Circassienne ofrecido por la CNAC, siempre fuera de nuestras fronteras. Recogiendo las palabras de Johnny Torres, “hasta hace muy poco tiempo, el ámbito de la exhibición ha sido el único lugar de prueba, debate, asimilación y aprobación de los espectáculos. De cualquier tipo de persuasión artística circense”1. Aún hoy, en nuestro país, seguimos extrañando una enseñanza reglada que permita contar con una titulación superior para quienes decidan formarse en circo, así como la danza, la música o el teatro cuentan con ello. Esta formación se hace imprescindible para, activar y articular dispositivos críticos, amparados en la regulación de las enseñanzas artísticas, que permitan una mayor inclusión de las artes del circo en la sociedad, un incremento de la calidad artística, y la conformación de un corpus teórico y metodológico que dote al circo de dignificación frente a otras artes dejando el lugar de hermano menor, entre otras cuestiones. A pesar de que otros países europeos ya cuentan con programas de doctorado en las artes del circo, en España, aún hoy, únicamente encontramos cuatro tesis doctorales que versen sobre circo, y solo una de ellas enfocada en el análisis de sus dramaturgias.
En relación con algunos países europeos, España no ha contado con un soporte firme y uniforme que haya permitido un desarrollo y una validación del circo como arte. La única región en la que sí ha contado con mayor apoyo es Cataluña, sustentado además por políticas culturales que han remado a favor de su desarrollo por encima de otros territorios, gracias a artistas y asociaciones de profesionales que desde los años setenta han trabajado por su reconocimiento institucional. El trabajo de artistas y profesionales volcado en conseguir este reconocimiento ha dado lugar a la aparición y consolidación de espacios consagrados como La Central del Circ (fig. 1) o el Ateneu Popular 9 Barris (fig. 2, entre otros, epicentros de ebullición circense, que han sido decisivos para el desarrollo de la creación en circo y sus dramaturgias en el país, siendo también un referente en el ámbito internacional.
A pesar de que el circo ha cambiado tangencialmente su situación en los últimos años, Vivian Friedrich lamenta que
todavía es muy común que se pida a una directora de teatro que dirija una pieza de circo, sin que esta persona tenga el conocimiento del lenguaje. Es como si pidieras a una directora finlandesa que dirija una obra de teatro en castellano, sin que ella hablase castellano2.
Esto constata, una vez más, el lugar de hermano menor que ocupa el circo, no considerado apto para ocupar espacios de mayor intelectualidad, lo que en muchas ocasiones lleva inocentemente a algunas instituciones, e incluso a artistas y compañías de circo, a invitar a personas especialistas en otras artes a hablar sobre circo o a dirigir obras de circo; algo que parece impensable que ocurriese en relación a otras artes. Por otra parte, hasta hace muy poco, un alto porcentaje de artistas y compañías que perseguían entrar en los circuitos escénicos españoles y acceder a ayudas públicas utilizaban las etiquetas “teatro-circo” o “circo-danza” para ser colocados en lugares de mayor consideración y todavía hoy vemos cómo compañías prestigiosas de circo, como Barò d’Evel (fig. 3 Non Nova (fig. 4)3, en España son programadas bajo la etiqueta de danza. El circo en España no solo se encuentra con la necesidad de legitimación propia del sector y de su propia definición, sino que todavía es valorado en función de si entra o no dentro de los cánones de la danza o el teatro, juzgando su validez con criterios ajenos a su propio lenguaje y cayendo a veces en la confusión, desde el mismo sector, de no otorgar validez a sus propias formas particulares; todo ello debido a su carácter híbrido, fagocitador, o como Jean-Michele Guy denomina, compuesto de una yuxtaposición de otras artes. Aunque esté cambiando el panorama, esto denota la necesidad de invertir recursos en el sector para generar espacios de diálogo entre profesionales, así como con otras artes y la ciudadanía.
Parecería entonces que las palabras dramaturgia o dirección de circo le han venido demasiado grandes a un sector no considerado para ocupar esos lugares. Sin embargo, la última década ha sido esencial para la teorización de la dramaturgia de las artes del circo. El recorrido para llegar a este punto ha sido arduo. Hasta el momento, muchas de las personas que buscaban dar un sentido a sus prácticas fuera del más difícil todavía, o del mira lo que hago, por lo general, también caían en escudriñar teorías y metodologías teatrales o coreográficas para empezar a caminar, topándose con una realidad: el circo actual tiene su lenguaje, sus formas y sus metodologías propias, difíciles de encorsetar en reglas ajenas, aun siendo un arte que se inspira en otras. Ha sido en el momento en que el circo ha dejado de ser una llave buscando en cerraduras ajenas, cuando ha empezado a dar con su camino. Un camino propio basado en la autorreflexión y autoanálisis, que no trata de encontrar respuestas fuera porque tenían que hallarse dentro; que ha de definir los marcos y las miradas propias, aun cuando existan muchas aristas diversas. En definitiva, legitimar la mirada propia sin buscar aprobación de otras artes. Frente a las ausencias, han sido los creadores y las creadoras quienes han llamado al colectivo para generar un corpus, con escritos y documentación independiente. Encender una llama en un círculo, traer a la escena lo que permanecía en los espacios privados de quienes anhelaban dar sentido y palabras para que las generaciones venideras encuentren unas bases teórico-prácticas de dramaturgia y dirección en circo a las que acudir. Reflexionar en colectivo para dar respuestas o abrir nuevas preguntas, y agitar, como hizo Bauke Lievens en sus Open Letters to the Circus. Esta forma de colectivizar el conocimiento y cuestionarse en conjunto acerca de la dramaturgia en circo en la península se ha llevado a cabo en las últimas décadas en forma de laboratorios, talleres, encuentros, jornadas e incluso podcasts, cambiando el panorama de forma significativa. El circo, o como algunas personas lo llaman, las artes del circo, ha necesitado abrir el mundo de lo teórico, de lo académico, en gran medida desde el margen; podría decirse desde lo underground.
De esta necesidad de construir, dilucidar cuestiones que atañen a la creación circense e independizarse de los hermanos mayores, nacieron, entre otras, las Jornadas de Intercambio de Dramaturgia y Escritura escénica realizadas desde hace siete ediciones en La Central del Circ de Barcelona, impulsadas inicialmente por Vivian Friedrich y posteriormente por Elena Zanzu; el Laboratori de Dramatùrgies i Direccions del Ateneu Popular 9 Barris, o las Jornadas de Investigación en Circo, organizadas por MADPAC, para reflexionar en conjunto y sentar unas bases. Todas ellas han supuesto un relevante avance para la dirección, investigación y dramaturgia del circo en la península, uniendo a pensadores y pensadoras tanto nacionales como internacionales, siendo un punto de partida para el cambio que el paradigma de las artes circenses necesitaba. A su vez, dichas jornadas y encuentros han puesto luz sobre problemáticas y cuestiones fundamentales para el avance en la creación circense y para que todo el sector encuentre, por fin, referentes a los que acudir, así como para compartir pensamiento y reflexiones entre pensadores y creadores; y para cuestionar la misma práctica circense articulando otros paradigmas donde sostenerse.
Este artículo se centra en las reflexiones surgidas, tanto en las siete ediciones de las Jornadas de Dramaturgia y Escritura escénica, como en las entrevistas realizadas a sus ideólogos e impulsores: Vivian Friedrich, directora, investigadora de circo y dramaturga, e impulsora de las Jornadas; Johnny Torres, ex artista de circo, director escénico y ex director artístico de La Central del Circ de Barcelona.
Encuentros y jornadas en torno a la investigación y dramaturgia en circo
Aunque haya habido algunos antecedentes de jornadas, seminarios y simposios vinculados a desentrañar la creación contemporánea en circo, como las celebradas en 2006 por el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona bajo el título de El circ i la poética del risc (fig. 5), los últimos años han supuesto un antes y un después para las reflexiones en torno al circo contemporáneo y sus dramaturgias. El panorama que encontraban artistas, directores e investigadores, era bastante desolador en cuanto a la escasez de medios y documentación, lo que llevaba a muchas personas a acercarse a estas reflexiones a partir de materiales y metodologías provenientes de otras artes. Cataluña y Madrid han sido los grandes epicentros que han fomentado encuentros para dialogar y sentar unas bases firmes que ayuden a las artes circenses a avanzar en estos ámbitos. El surgimiento de las Jornadas organizadas en cada región han nacido de las inquietudes de artistas y se han articulado de diferente manera, aunque todas ellas han buscado ser un anclaje para sustentar metodologías y reflexiones en torno a las nuevas formas de hacer circo, sus puntos de partida han sido distintos.
El caso de las Jornadas de Investigación organizadas por MADPAC, Asociación de Profesionales, Artistas y Creadores de Circo de Madrid, evidencia cómo la investigación del circo buscaba referentes en otras artes. Fueron impulsadas en 2018 y curadas las primeras tres ediciones por dos artistas que conjugan el circo con la investigación de las artes plásticas y visuales, Germán de la Riva e Itsaso Iribarren. Los tres primeros años persiguieron generar una base de metodología de creación e investigación en circo a partir de las de investigadores y ponentes vinculados a las artes plásticas y visuales, que expusieron sus teorías para ser aplicadas al circo. Estas ediciones dieron lugar a una publicación de escritos surgidos durante las jornadas, además de una relatoría consultable para miembros de la Asociación. Aunque dichas ediciones fueron un punto fundamental para el avance y reconocimiento de las artes circenses, a la vez que nutritivas para generar marcos y diálogos, las siguientes ediciones decidieron volcarse en el ámbito propio del circo. Las cuartas jornadas se centraron en una investigación más sectorial en tanto que abordaron la situación de éxodo de artistas madrileños en otros territorios, y las quintas se convirtieron en un laboratorio de investigación en circo de la mano del artista Claudio Martínez, centrado en la dotación de herramientas para la creación en circo.
Centrándonos en Cataluña, contamos con dos referentes en la última década: las promovidas por el Ateneu Popular 9 Barris en forma de laboratorio, y las de La Central del Circ. En ambos casos encontramos un deseo y enfoque de mirar al circo desde el propio circo, no solo en cuanto a las temáticas abordadas sino desde los propios ponentes y artistas invitados. El Laboratori de dramatùrgies i direccions de circ, impulsado por la Comisión de Circo del Ateneu Popular 9 Barris en 2019, buscaba hacer un mapeo de las personas interesadas en estas cuestiones, así como desarrollar unas metodologías para abordar la dirección y dramaturgia del circo desde un punto de vista propio, sin buscar referentes en otras artes. Durante las tres ediciones en las que se llevó a cabo se abordaron reflexiones en torno a las prácticas desde un punto de vista tanto teórico como práctico, de la mano de artistas y directores de circo como Jorge Albuerne y Joan Ramon Graell. Asimismo, de estos encuentros se facilitó material divulgativo consultable en la propia página web del Ateneu.
Por su parte, las Jornadas de Dramaturgia y Escritura escénica celebradas durante siete ediciones en La Central del Circ han dado un giro radical en tanto en la forma de abordar las temáticas como en el impacto que ha tenido para aquellas personas interesadas en cuestionarse acerca de la dramaturgia y dirección del circo contemporáneo. El vacío al que se enfrentaban inicialmente fue llenándose de reflexiones y materiales. Vivian Friedrich comenta que este vacío se hacía patente cuando, en la segunda y tercera edición, se volvía a cuestiones que habían sido abordadas en la primera. En sus sucesivas ediciones, se ha invitado a múltiples ponentes para colectivizar sus reflexiones y profundizar en torno al circo como diálogo. A lo largo de estos años se han generado materiales de reflexión e inspiración consultables en la web de La Central del Circ, a partir de relatorías encargadas a diferentes personas para compartir con el resto de profesionales desde sus miradas propias y reflexiones.
1 Entrevista a Johnny Torres para la realización de este artículo.
2 Entrevista a Vivian Friedrich para la realización de este artículo.
3 Puede verse una muestra en vídeo del trabajo de Non Nova en el canal de Youtube del Téâtre d’Orléans: https://www.youtube.com/watch?v=7LtI_N8X2f4&t=104s (nota de la ed.).