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Imagen: www.rae.es
La Real Academia cede la palabra a los cómicos
La RAE sale a escena. Cómicos de la lengua.
La Real Academia Española continúa con las celebraciones del tercer centenario de su fundación, actos que comenzaron el pasado mes de septiembre y que concluirán en otoño. Una de las principales actividades programadas –«sin dispendio económico, pero sí intelectual y cultural»– lleva por nombre «La RAE sale a escena: Cómicos de la lengua». Un proyecto que supone «una simbiosis entre el academicismo y el teatro, la palabra dicha y el estudio lingüístico del idioma, uno de los objetivos de la RAE», señaló ayer el secretario de la institución, Darío Villanueva, durante la presentación en la Docta Casa, y ante la atenta mirada de su director, José Manuel Blecua.
La propuesta, que echará a andar el próximo lunes y se desarrollará hasta el 19 de mayo, consiste en combinar la lectura dramatizada de textos de la literatura española de los últimos ocho siglos (desde El cantar de Mío Cid hasta Valle-Inclán), a cargo de grandes actores como José Luis Gómez, Carlos Hipólito, Julia y Emilio Gutiérrez Caba, Helio Pedral, Carmen Machi o Blanca Portillo. Lecturas que serán complementadas con «la reflexión» de un académico –Inés Fernández Ordóñez, José Antonio Pascual, Víctor García de la Concha, Francisco Rico, José Manuel Blecua, Carme Riera...–.
Será José Luis Gómez, actor, director y reciente académico (ingresó el pasado mes de enero), quien abra en la sede de la RAE estas sesiones, de las que se puede decir ha sido el ideólogo. «Nació de mi perplejidad al ser elegido académico y de mi pregunta sobre qué podía aportar un cómico a secas». La respuesta fue «un viaje a través del organismo viviente de nuestra lengua. Es un viaje y una celebración de ella», indicó Gómez, para quien estas lecturas, «más los comentarios académicos», sirven «para hacernos conscientes de ese instrumento que utilizamos de manera inconsciente».
Vicente Fuentes ha ejercido en esta iniciativa de maestro de la palabra, cuya labor ha sido la de «reforzar el movimiento dramático» de unos textos que en su gran mayoría no son dramatúrgicos y no fueron escritos para su representación. […]
El precio para vivir esta experiencia varía entre los 10 euros, para la entrada individual, y los 50 euros por el abono de las diez lecturas. (S. Gaviña)
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