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Gutiérrez, Peris-Mencheta y Castaño (Foto: Sergio Parra)
Peris-Mencheta estrena en Murcia '¿quién es el señor Schmitt?'
El público que llenó el Teatro Romea en el estreno de ‘¿Quién es el señor Schmitt?’ premió el trabajo del equipo artístico, encabezado por el director Sergio Peris-Mencheta, y de los actores, entre los que destaca Javier Gutiérrez dando una excelente lección de interpretación.
Imagínese que tiene usted la suerte de ocupar una butaca en el bellísimo Teatro Romea de Murcia. Está allí para vivir una de esas noches de estreno a las que es un privilegio poder asistir. El público llena el recinto. Expectante, primero, y feliz en la ovación final con la que se premió el buen trabajo de todos, incluido por supuesto el de Sergio Peris-Mencheta en su doble labor de director del montaje y de responsable de la versión en español de esta obra de Sébastien Thiéry, ‘¿Quién es el señor Schmitt?’, que sirven muy cuidadosamente arropada el escenógrafo Curt Allen Wilmer y el iluminador Valentín Álvarez. Ya le digo, todos sentados esperando que se alce el telón y que aparezca en escena, sobre todo, ese bajito actor de descomunal talento y altísimo poder de comunicación llamado Javier Gutiérrez, dotado con igual don para el drama que para la comedia (…). ‘¿Quién es el señor Schmitt?’ es un drama existencial que, como quien no quiere la cosa, y entre risas y disparates, te va minando el ánimo. Te ríes, te desasosiega; te diviertes, pero te incomoda... Su punto asfixiante, su delirio creciente, la fragilidad de sus personajes, la tristeza, las dificultades para ser felices, para aceptarnos como somos, para cambiar... (…) A los personajes y a nosotros, desde el momento en que el señor Carnero levanta el auricular, ante la atenta mirada de la señora Carnero – ¡enhorabuena, Cristina Castaño, por este trabajo cargado de sofisticación, humanidad y humor muy bien servido sin estridencias!–, y el autor de la llamada pregunta por un tal señor Schmitt. Y vuelve a llamar insistiendo en que ese es el teléfono, se ponga como se ponga el señor Carnero, del señor Schmitt. Y, a partir de ahí, el absurdo y el suspense psicológico se disparan, en principio siempre de mano de la comedia que se crece en la risa (…). ‘¿Quién es el señor Schmitt?’ es una reflexión sobre las dificultades que arrastramos para: a) aceptarnos como somos, b) mostrarnos sin máscaras ante los demás, y c): plantar cara a la corriente que nos arrastra hacia la infelicidad. ‘¿Quién es el señor Schmitt?’ deja, tras su final, un sabor agridulce: el que provoca contemplar la belleza de un acantilado y su peligro fiero, o mirarte en un espejo que se niegue sin pestañear a engañarte.
(Crítica de Teatro. Antonio Arco.)