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La actriz Pilar Bardem (Foto: Daniel Alonso / CDAEM)
Muere la actriz Pilar Bardem, una vida de interpretación y compromiso
A lo largo de cinco décadas de carrera, participó en más de 80 películas, 43 obras de teatro y 31 series televisivas
La actriz Pilar Bardem murió el sábado a los 82 años en Madrid, según confirmó la familia en un comunicado. “Queremos compartir la noticia de que nuestra madre, nuestro ejemplo, ha fallecido. Se ha ido en paz, sin sufrir y rodeada del amor de los suyos”, han escrito sus hijos Carlos, Mónica y Javier en la nota. La intérprete estaba ingresada en la clínica Ruber, en Madrid, debido a una infección renal. “Sabemos del cariño y admiración que por ella sentían muchísimas personas, dentro y fuera de España, por la actriz y la persona luchadora y siempre solidaria que fue. Agradecemos de todo corazón ese amor hacia nuestra madre”. La familia desea que su despedida sea en la más estricta intimidad.
Aunque siempre se destaca su parentesco con su hermano el cineasta Juan Antonio Bardem y su sobrino, el guionista Miguel Bardem Aguado, y, sobre todo, por ser madre de Carlos, Mónica y el internacionalmente conocido Javier Bardem, así como suegra de la actriz Penélope Cruz, a la que cariñosamente siempre llamaba “la niña”, no hay que olvidar que la Bardem, (como siempre se la ha llamado en el mundo del espectáculo), era miembro de una larga e ilustre saga de artistas por parte de padre, Rafael Bardem, y de madre, la gran actriz Matilde Muñoz Sampedro.
(…) Es una de las pocas profesionales de la escena, y puede que la única, que durante más de seis décadas ha luchado de manera infatigable y nada silenciosa por los derechos sindicales de sus compañeros de oficio, hasta el punto de que se la recuerda como una de las mayores impulsoras a la hora de conseguir que se dejaran de hacer dos funciones diarias. Esa labor se vio incrementada cuando fue elegida presidenta de AISGE (Artistas, intérpretes, Sociedad de Gestión) cargo que ocupó desde 2002 hasta 2018, aunque seguía involucrada en dicha organización desde la que se impulsaron numerosos proyectos con los que mejorar la situación de estos profesionales.
Divertida, irónica y si hacía falta mordaz y deslenguada, no dudó en abanderar el movimiento de No a la guerra, en la época en la que el Gobierno de José María Aznar involucró a España en el conflicto bélico de Irak, así como otras causas en las que creía firmemente, como era su lucha contra la violencia machista, de la que ella misma fue víctima en su matrimonio, del que no le gustaba ni hablar ni recordar; fue una etapa que siempre quería borrar a pesar de que fuera la que le proporcionó lo que más le interesaba en su vida: sus hijos. (…)
El pasado noviembre escribió una carta para la AISGE (ahora era la cara visible de su fundación), en la que se dirigía a sus compañeros del gremio. “Alguna vez he comentado que me siento actriz casi desde el mismo día en que vine al mundo, hace algún que otro año ya. O, si queremos quitarle un poco de énfasis al asunto, desde que tengo uso de razón. Adoro esta profesión con todas mis fuerzas, me enorgullezco de haber dejado mi impronta en ella siempre que las circunstancias lo han permitido”, comenzaba. “Solo puedo confesaros, para quien quiera leerlo, que mis hijos, mi oficio y el compromiso con la sociedad y las causas que considero justas han sido y son mi vida”, continuaba en referencia a sus tres hijos, en una carta que ya avanzaba una despedida.
(…)
“Las crisis, los malos gobernantes, incluso los microorganismos más diabólicos pueden doblegarse, antes o después. El arte, en cambio, no. El arte es indestructible porque forma parte consustancial de nuestra naturaleza como seres vivos”, dijo durante la ceremonia en la que se celebró el 30º aniversario de la AISGE, en plena pandemia, en noviembre de 2020.
(ROSANA TORRES. Madrid)