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Extracto de la noticia publicada en Lanza , el 20.7.2021.
La prensa en Almagro: si existe el festival de teatro clásico es gracias a los periodistas

Ignacio García, Carlos Hipólito, Rosana Torres, Julio Bravo y Mar Gómez Torrijos en el homenaje de ayer en el Corral de Comedias (Foto: Web Festival de Almagro)

La prensa en Almagro: si existe el festival de teatro clásico es gracias a los periodistas

Homenaje a Rosana Torres, Julio Bravo y la Asociación de la Prensa de Ciudad Real Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro

Fue en un emotivo homenaje del patronato del certamen al colectivo periodístico, personalizado en Rosana Torres y Julio Bravo, de El País y ABC, respectivamente, y en la Asociación de Periodistas de Ciudad Real (APCR).

La ‘canallesca’ fue alabada por directivos culturales y principales voces artísticas, ante la proyección que ha dado y da a toda la información que produce el evento cada mes de julio. Sus representantes recibieron una medalla.

Rosana Torres se mostró emocionada en la intervención que cerró el acto, en la que puso el acento en el papel de la prensa cultural nacional, pero de manera especial el local. Reivindicó la tarea diaria de los profesionales de la APCR que, en su opinión, “son los que han levantado el festival día a día”, frente a los colegas de los grandes medios que “venimos a lo bonito”.

(…)

En un discurso entretenido, con gran uso de su sentido del humor, la veterana periodista se refirió al origen del festival, localizado en unas jornadas de hispanistas en 1978, que acababan sus sesiones con representaciones teatrales. Ya entonces los medios levantaron acta pública. “Si existe el festival es gracias a la prensa”, sentenció Torres desde su silla de ruedas, al estar afectada por una mielitis transversal.

Reclamó, igualmente, a dos figuras teatrales como puntales del ciclo encajero: el dramaturgo, actor y director Adolfo Marsillach, y el director del Museo del Teatro ya jubilado Andrés Peláez, presente en el acto. Marsillach, según recordó, impulsó la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) que dio una impronta profesional al festival, y Peláez promovió grandes exposiciones en el marco de la muestra, además de atraer los legados de grandes familias del teatro en España.

Torres se mostró irónicamente como “una impostora”, por haber hecho de su afición y proactivismo con los miembros de las artes escénicas, un sector “riguroso y tenaz”, una profesión pagada.

Mar Gómez Torrijos, presidenta de la APCR, mostró el orgullo de los periodistas ciudarrealeños, profesionales de la prensa hablada y escrita, que “han contribuido a la difusión y consolidación” del ciclo encajero.

Retrotajo las primeras publicaciones provinciales, en concreto la del diario Lanza del 8 de septiembre de 1978, en la que Dulce Néstor Ramírez daba cuenta de las I Jornadas de Teatro Cásico en el Corral de Comedias de Almagro. El periodista de antaño con su dogma profesional no sólo informó de la creación del patronato encabezado por Rafael Pérez Sierra, sino que controvirtió su consolidación y futuro.

(…)

La portavoz del colectivo periodístico provincial agradeció «la escucha y apoyo del festival» a la profesión, por lo que dio gracias «inmensas, infinitas y sinceras» al homenaje.

Con semejantes claves se pronunció la directora del  Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), Amaya de Miguel, quien desmintió la “creencia” de que existe un antagonismo entre los poderes públicos y la prensa. La desconfianza que supone este contrapoder, a su juicio, “es muy diferente” en el tratamiento mediático de las manifestaciones artísticas.

Al menos así es en el Festival de Almagro, que ella misma dirigió los años 1995 y 1996, y cuya parte de éxito cosechado a lo largo más de 40 años “se debe al trabajo llevado a cabo por los profesionales de la prensa”. Los periodistas, según la percepción de De Miguel, sienten el ciclo “como propio”, y han trabado vínculos que, al margen del puro ejercicio profesional, son propios “del territorio afectivo y emocional”.

De Torres evocó los tiempos de su paso por la Guía del Ocio, cuando la directiva se iniciaba como gestora en la Sala Cadalso, y su papel en la difusión teatral, al que mostró su “profunda admiración” porque “encarna en ella misma la esencia del festival”.

De Bravo destacó su “responsabilidad, seriedad y gran entusiasmo hacia las artes escénicas”, mientras que subrayó “la colaboración estrecha” con periodistas de la APCR. Siempre mostraron “un profundo deseo por dar a conocer el festival, Almagro y su vocación áurea y teatral”, además de “hacer de puente entre los ciudadanos Castilla La Mancha y la realidad del festival”.

En definitiva, la prensa “libre, independiente, sin cesura ni autocensura” consolida, en su opinión, “una auténtica sociedad democrática autocrítica y plural”.

Las laudatios de los premiados fueron muy esclarecedoras y enriquecedoras, a la hora de conocer la dimensión humana y social de los homenajeados del Festival de Almagro con una insignia.

La escritora Almudena Grandes sobre la figura de Rosana Torres, a quien le une una amistad personal, destacó “lo que he aprendido de teatro” a través de las enseñanzas de la periodista. Evocó la emoción de la homenajeada al hablar del Corral de comedias, o de la “conmovedora potencia del teatro clásico español, de Lope, y Calderón”, pero también de autores recuperados.

Carlos Hipólito, también amigo de Julio Bravo, valoró la consideración a la escritura del periodista de ABC “en el mundo de los cómicos”. Es un crítico “querido” por ser “un hombre tranquilo, amable, educado y cercano”. El conocido actor reconoció el respeto y la mesura de sus crónicas, no necesariamente elogiosas o entusiastas, pero siempre sin ensañamiento con lo que “no coincide con su criterio”. (…)

(Julia Yébenes)