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Imagen: www.lucaronconi.it
Ha muerto Luca Ronconi
Fue, sobre todo, un innovador espectacular del teatro operístico
Ha muerto Luca Ronconi; un grande de la escena europea e internacional. Tan grande, por ejemplo, como Giorgio Strehler, cuyas vidas recorren parecidos caminos. Ronconi fue director del Teatro Stabile de Turín (1989-1994), Teatro de Roma (1994-1998) y Piccolo de Milano finalmente. Fue galardonado hace poco con el Premio León de Oro, de la Bienal de Venecia, cuya sección teatral había dirigido de 1975 a 1977.
En la escena italiana hay tres cimas; Strehler, Luca Ronconi y, en cierta medida y a distancia, Mauricio Scaparro. Ambos, Scaparro y Ronconi, están muy unidos a España; Scaparro por su gran pasión por El Quijote; Ronconi por la buena acogida que siempre tuvieron aquí sus montajes. Luca Ronconi tuvo siempre, pese a esta condición esencial de la visualidad escénica, respeto por la palabra de los textos clásicos. […]
Tenía 81 años y ha muerto, tras una complicación gripal. Fue, sobre todo, un innovador espectacular del teatro operístico, de la Ópera en su gran dimensión. En el teatro Maestranza, de Sevilla, pudo contemplarse Tosca en febrero de 2007; o Lohengrin, años antes. Claudio Abbado y Riccardo Muti, con los que trabajó frecuentemente, fueron sus principales valedores y exégetas.
Esta tendencia al aparataje escénico no impidió que Luca Ronconi desarrollara otra vertiente más intimista, más reconcentrada del hecho escénico, con montajes de Chejov como Las tres hermanas, que vimos en el María Guerrero en 1990; o de Goldoni. Fue el inventor de la simultaneidad escénica, el explorador de espacios insospechados casi cinematográficos sin renunciar a los códigos específicos teatrales: el gesto, la palabra, los silencios, la recreación de una nueva realidad.
Empezó de actor con Vittorio Gassman, Gian Maria Volonté y otros grandes. […]
Su autoridad universal no le eximió de ácidos conflictos con la censura. Berlusconi se sintió aludido por la adaptación de Las ranas, de Aristófanes, estrenada en el Teatro Griego de Siracusa. […]
1963 es una fecha iniciática, primera noticia de Luca Ronconi, con la compañía de Corrado Pani. Después, Los lunáticos, Ricardo III, Fedra o Medida por medida antes de que en 1969 estallara como un genio inapelable y sin discusión. En 1969 estrenó Orlando Furioso, el poema épico de Ariosto con adaptación de Eduardo Sanguinetti, que convulsionó el teatro universal. Alguien llegó a afirmar que este Orlando Furioso de Ronconi había supuesto lo que supuso El Quijote en su momento para los libros de caballería: su negación y a la vez su exaltación. […]
Fue la primera noticia que tuvimos de él en España, al menos fue la primera noticia que tuve yo; y no dudo en afirmar que para muchos españoles aquel acontecimiento supuso, si no el nacimiento para el teatro, sí la mayoría teatral, la edad adulta. Aunque hubiéramos presenciado otros prodigios. (Javier Villán)