Kioskoa
Como Sherlock Holmes en 1976. Foto: Rainbow Rowell’s Tumblr
Alan Rickam, del teatro a Hollywood
El actor británico muere a los 69 años víctima de un cáncer.
Alan Rickman, uno de los actores británicos más prestigiosos de su generación, ha muerto en Londres a los 69 años, víctima de un cáncer, según ha confirmado su familia. Pocas veces un intérprete famoso por encarnar a villanos en la gran pantalla ha sido tan querido por su público.
Rickman, poseedor de una larga carrera en las tablas y ante las cámaras, pasará a la historia por un trío de malos cinematográficos memorables. Primero fue Hans Grube, el enemigo de Bruce Willis en Jungla de Cristal (1988), un papel que se le ofreció a los dos días de llegar a Hollywood con 41 años. Después vino el profesor Snape, malvado pero con mucho que rascar en su interior de la exitosísima saga Harry Potter. Y por último, el despótico sheriff de Nottingham que persigue a Kevin Costner en Robin Hood: príncipe de los ladrones, papel que le valió un premio Bafta en 1991. A ese terrorífico trío habría que añadir su más reciente papel de Rasputín en el telefilme de HBO de 1996, que le valió un Globo de Oro y un Emmy, y el no menos malvado juez Turpin de Sweeney Todd, en 2007.
Su voz grave, su dicción perfecta, su mirada enigmática y su presencia imponente le convirtieron en el villano perfecto. Pero también dejó grandes papeles en otros registros. Trabajó en Truly, Madly, Deeply, dirigida por Anthony Minghella en 1990. Y cuatro años más tarde encarnó al Col Brandon en Sentido y sensibilidad, de Ang Lee. El director taiwanés, tras conocer la noticia de su muerte, ha descrito a Rickman como “un gran ser humano” y “un actor brillante y conmovedor”. [...]
Pero su talento se forjó en los escenarios de teatro, a los que regresó durante toda su carrera. Rickman, nacido el 21 de febrero de 1946 en el barrio londinense de Hammersmith, estudió en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Arts. Después se integró en la Royal Shakespeare Company.
Su salto a la fama se produjo con la adaptación de Christopher Hampton de Las amistades peligrosas en 1986, papel que le proporcionó una nominación a los Tony. En aquel montaje compartió escenario con Lindsay Duncan, con quien volvería a coincidir en 2002 en Private lives, de Noël Coward. [...]
Rickman falleció meses antes del estreno de dos películas que ya había terminado de rodar: Eye in the sky, un thriller en el que comparte cartel con Helen Mirren y Aaron Paul, y Alice through the looking glass, cuyo estreno está previsto para finales de año, en la que pone su voz profunda a la oruga azul del país de las maravillas. (Pablo Guimón)