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1. MONOGRÁFICO

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1.4 · Valle-Inclán en el Teatro Universitario de Murcia: Farsa y licencia de la reina castiza (1967 y 1974), Las galas del difunto (en Caprichos del dolor y de la risa, 1969); La cabeza del Bautista (en Joco Seria, 1973).

Por Nieves Pérez Abad.
 

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Farsa y licencia de la reina castiza


Valle-Inclán en el Teatro Universitario de Murcia: Farsa y licencia de la reina castiza (1967 y 1974), Las galas del difunto (en Caprichos del dolor y de la risa, 1969); La cabeza del Bautista (en Joco Seria, 1973).

Nieves Pérez Abad
Universidad de Murcia
nievespa@um.es


Resumen: El presente artículo reconstruye tres espectáculos con texto de Valle-Inclán producidos por el Teatro Universitario (T.U.) de Murcia durante el franquismo. Dichos espectáculos son situados en el contexto de la trayectoria histórica del grupo. La visión comparativa de las tres obras pone de manifiesto la continua indagación del grupo dirigido por César Oliva en cuanto a planteamientos escénicos, ideológicos y formales en torno a las concepciones teatrales de Valle-Inclán, asociadas a las formas populares de expresión; así como las peculiares características de las aportaciones del grupo a la escena universitaria e independiente en relación a la figura de Valle-Inclán.

Palabras claves: Teatro universitario, Murcia, Valle-Inclán, César Oliva.

Summary: The article reconstructs three theatrical productions with texts by Valle-Inclán, produced by the University Theater of Murcia (T.U.) during Franco’s political regime. These shows are considered in the context of the group history. The comparative study of the three plays shows the non-ending research of the group led by César Oliva in terms of stage approaches, ideological and formal perspectives about the theatre’s ideas of Valle-Inclán; being this work connected also to the research on popular ways of expression. The article focuses also on the peculiar characteristics of the group’s contributions to the university and independent Spanish scene concerning the figure of Valle-Inclán.

Key words: University theater, Murcia, Valle-Inclán, César Oliva.


El nombre de Valle-Inclán aparece vinculado en el teatro universitario de Murcia a una etapa (1967-1975) durante la cual el grupo se caracterizó por la vinculación con el fenómeno del teatro independiente en España, la experimentación y la búsqueda de unas señas de identidad estéticas e ideológicas. Valle fue la figura que, desde la inmaterialidad y la sombra, aglutinó la investigación y el planteamiento formal e ideológico del grupo. Fue, en definitiva, uno de los referentes estéticos últimos más importantes para el grupo universitario dirigido por César Oliva. En el presente artículo realizaremos una reconstrucción de los tres espectáculos de la citada etapa con texto, en su totalidad o en parte, de Valle-Inclán. Nos referimos a Farsa y licencia de la reina castiza (1967 y 1974), Las galas del difunto (en Caprichos del dolor y de la risa, 1969); La cabeza del Bautista (en Joco Seria, 1973). Hemos realizado dicha reconstrucción a partir de los rastros textuales y gráficos que permanecieron tras las efímeras representaciones teatrales correspondientes: programas de mano, artículos de prensa, fotografías, anuncios, reflexiones teóricas inéditas procedentes del archivo personal del director del espectáculo, y material bibliográfico procedente de la publicación Ocho años de teatro universitario. T.U. de Murcia, 1967-1975 (VV.AA., Oliva ed., 1975).

A lo largo de esos años, el director del grupo, César Oliva, y sus colaboradores desarrollaron el trabajo y la experimentación escénicos en torno a la figura de Valle-Inclán, en busca de unas claves formales que definieran una estética teatral propiamente española, asociada al esperpentismo y las formas populares de expresión. Esto supuso para el grupo universitario un auténtico impulso ideológico, estético y formal, que configuraría sus rasgos de estilo y señas de identidad como grupo universitario, asociado además al fenómeno del teatro independiente español. A este respecto, señala César Oliva (Oliva, 1999, 24):

Sólo un grupo formado justamente en ese período de transición, fuera [...] de la tradición del SEU, el Teatro Universitario de Murcia, fue el auténtico cordón umbilical que no rompió del todo las raíces entre teatro y universidad. Desde 1967, y buscando el apoyo de las cátedras de Lengua y Literatura españolas, dicho grupo hizo una constante labor de puesta en práctica de sus montajes, con ciclos de actividades teóricas sobre los autores y movimientos programados. No obstante la vinculación específicamente universitaria, el TU de Murcia funcionó como auténtico grupo independiente, ya que sus ingresos los buscaba como cualquier elenco similar: programación de sus montajes e invitación a festivales.

Para situar las producciones con texto de Valle-Inclán en el contexto de la trayectoria del grupo universitario murciano (fundado en 1939, con orígenes en 1935), ofreceremos un breve recorrido histórico poniendo en relación al citado T.U con el autor gallego, en un sentido amplio. En primer lugar, tenemos que detenernos en el año 1962, cuando el grupo presenta el primer trabajo de su historia con texto de Valle-Inclán: La cabeza del Bautista, con dirección de José Antonio Parra. El proyecto es estrenado en el Salón de Actos de la Hermandad Farmacéutica (Murcia) y representado también en Alicante, de la mano del TEU de esa ciudad. No se conserva documentación relativa a este espectáculo, llegando únicamente hasta nosotros la noticia de su representación, y el comentario de su “rigor y profesionalidad encomiables”, a través de la obra de Antonio Morales Historia informal del teatro de cámara en Murcia (Morales, 1971, 84-85).

En septiembre de 1967 se estrena Farsa y licencia de la reina castiza, de Valle-Inclán, bajo la dirección de César Oliva, quien desde ese montaje asumió la dirección del Teatro Universitario (T.U) de Murcia hasta el año 1975. Se inicia así una etapa fundamental para el teatro universitario en Murcia, en la que el grupo se engloba en el fenómeno nacional del teatro independiente sin perder la vinculación con la Universidad, e incluso reforzándola. El T.U. de Murcia entraría por derecho propio en la historia del teatro español. Un aspecto muy destacable de esta etapa es la exhaustiva recopilación de los montajes y actividades del grupo que César Oliva y numerosos colaboradores realizaron en la publicación Ocho años de teatro universitario (T.U. de Murcia 1967-75), que hoy constituye una fuente de excepción tanto para la investigación sobre el grupo murciano, como para la del teatro español universitario e independiente de ese momento. A la larga sucesión de montajes, caracterizados todos ellos por la experimentación y la investigación, se uniría una también larga lista de actividades que darían un enfoque universitario al fenómeno teatral: lecturas o representaciones en clase de Literatura Española, y dentro del Seminario de Teatro que el T.U. de Murcia había creado, ciclos teórico-prácticos en torno a diferentes temas, como La generación del 98 o Teatro Independiente, que incluían conferencias, ponencias, lecturas, coloquios, representaciones.

César Oliva resumió la andadura del grupo durante los años 1967-1975, estableciendo dos etapas, desde las cuales el “trabajo del T.U. [era] entendible perfectamente” (Oliva, 1975, 18), pese a que “éstas, en su momento, no se produjeron de forma nítida, y sólo el paso del tiempo las haya definido” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 19):

Una, de conocimiento e investigación en unas formas genuinamente españolas; otra, de puesta en práctica de esa estética en producciones enteramente salidas del grupo, originales desde su nivel literario al formal [...]. De 1967 a 1970 prácticamente el T.U. escarbó en nuestras fuentes, en las propuestas más sólidas de la dramaturgia española. Si el punto de partida fue Valle-Inclán, obsérvese en el cuadro de producciones del grupo cómo, tras pasar por los clásicos, se volvió a Valle en Caprichos del dolor y de la risa (1969), trabajo en todos los sentidos culminador de una primera época. Un anónimo atribuido a Cervantes, un sainete de don Ramón de la Cruz y un esperpento de Valle-Inclán configuraban el espectáculo. Creo que el proceso estético está muy claro con la línea que ofrecen estas piezas. Fueron tres años de trabajo muy disciplinado hacia esas constantes [...] Era la búsqueda de un estilo y eso no se puede improvisar; incluso tres son pocos los años para ello. A partir de entonces se trataba de otear otros ambientes, otras estéticas, simplemente como conocimiento o para ver cómo se adaptaba a nuestra sensibilidad.

No obstante, a la primera etapa se infiltró un matiz, creo que muy saludable, cual fue el conocimiento de los autores nuevos españoles, aquellos compañeros que desde su perspectiva intentaban las mismas cosas que nosotros [...] De ahí que cuando pensamos en plantearnos un trabajo colectivo, esos mismos autores debían jugar el importante papel de la redacción del texto. Este iba a ser el matiz más caracterizador de la segunda etapa del grupo. Si antes encontrábamos en determinadas propuestas literarias los cauces por donde desarrollar nuestro trabajo escénico, ahora motivaríamos el mismo previamente y después le pondríamos la más adecuada letra. El proceso sería justo el inverso, aunque la motivación estética y la temática fueran la misma. Aquí, a mi modo de ver, se resume el estilo de trabajo del grupo (VV.AA, Oliva ed., 1975, 18-19).

Catorce producciones fueron el fruto de ese trabajo continuado, empezando por la Farsa y licencia de la reina castiza, de Valle-Inclán, en 1967, y terminando por Mio Cid, de César Oliva, en 1975. Si en una primera etapa encontramos autores clásicos, junto a Valle-Inclán, además de los llamados autores nuevos, en la segunda tenemos de nuevo la misma órbita de autores, además de Shakespeare, Eugene O’Neill y Federico García Lorca. Esas dos líneas de trabajo apuntadas por César Oliva se dejan ver muy bien en la lista de títulos: en la primera etapa, tendríamos en efecto ese “conocimiento e investigación de unas formas genuinamente españolas” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 19), en los montajes de autores clásicos y Valle-Inclán; y en la segunda etapa, “la puesta en práctica de esa estética en producciones enteramente salidas del grupo, originales desde su nivel literario al formal” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 19) en los textos de creación colectiva, “en un momento en que la creación completa del espectáculo tenía pleno sentido” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 242).

Del estudio pormenorizado de los catorce montajes se deduce una característica unitaria que marcó esta etapa del T.U. , y que no es otra que la continua investigación y experimentación de formas teatrales, y aplicación de dichas investigaciones a todos los niveles: texto, actores, puesta en escena, escenografía, iluminación y música fundamentalmente. De ello dan testimonio los estudios que sobre cada uno de los montajes aparecen recogidos en la obra Ocho años de teatro universitario, a la que ya nos hemos referido anteriormente, así como los artículos en los que diferentes creadores que trabajaron con el T.U. de Murcia resumieron sus experiencias, y que también aparecen recopilados en dicha obra.

Otra actividad sin la cual no se entendería la andadura del T.U. en esta etapa son las campañas populares de teatro, organizadas en un primer momento por el Sindicato Español Universitario (SEU), y una vez extinguido éste, por el propio grupo universitario con la colaboración de diferentes personas y entidades, como Juan Sierra, Delegado Nacional de Cultura en 1970, o Fernando Gil-Nieto desde la Subdirección Nacional de Tele-Clubs. “Cada año organizar la Campaña era una aventura siempre nueva”, señalaba Alberto de la Hera en su artículo “Recuerdos de campañas y viajes” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 330). Mediante esta fórmula el grupo pudo llevar sus trabajos a los más alejados rincones de España, lugares a los que normalmente no solía llegar el teatro, en una iniciativa nacida allá por los años de García Lorca y Casona. Pero por otro lado, el grupo se enriqueció profundamente con este acercamiento a un público verdaderamente popular, que reclamaba unas determinadas formas de expresión teatral que fueron eventualmente adoptadas por el grupo, siendo uno más de los elementos que configuraron su peculiar estilo, o al menos, su estilo en determinadas piezas concebidas para la representación en pequeños pueblos y no en festivales “de barba y bigote”, en expresión del actor del grupo Juan Guirao. Ese estilo fue definido por Juan Meseguer, también actor del T.U., como surgido de la evolución “desde una clara raíz farsesca, grotesca, esperpéntica, española por completo, hasta –sin perder esa línea– derivar a términos de producción y expresión más amplios” (VV.AA., Oliva ed., 1975, 302).

César Oliva se ha referido a ese estilo de trabajo del T.U. emprendido en 1967, sobre el cual planea la sombra de Valle-Inclán (VV.AA., Oliva ed., 1975, 25) en los siguientes términos:

Entiendo que si hubo un rasgo de interés en el grupo éste se refiere precisamente al estilo. Ver El Fernando, o Parece cosa de brujas, o nuestro Cid, suponía manejar unos puntos comunes en el plano de la expresión, cosa que no se podía improvisar en pocos montajes [...] Creo que el grupo, en este sentido, ha estigmatizado en mayor o menor medida a quienes han pasado por él.

La búsqueda de planteamientos ideológicos, estéticos y formales en el teatro de Valle-Inclán tuvieron no poco que ver con la configuración de ese estilo del grupo universitario. La etapa 1967-1975 fue prolífica en producciones escénicas, pero también en la vertiente de actividades teóricas, tales como ciclos de conferencias. El grupo se insertó además, como decíamos, en el fenómeno del teatro independiente, manteniendo a la vez una dimensión universitaria. De este período del T.U. de Murcia ha dicho el estudioso Pérez Rasilla (Pérez Rasilla, 1999, 32):

[La etapa] entre 1967 y 1975 constituye uno de los intentos y también uno de los logros más rotundos del Teatro Universitario. A la vez, el TEU [sic, en la época a la que se refiere el autor el grupo ya no era TEU, sino T.U.] murciano representa como pocas manifestaciones teatrales el espíritu y las aspiraciones de los sectores intelectuales que buscan modos de expresar su oposición al régimen desde los cauces más o menos permitidos.

Una vez situadas las coordenadas históricas y teatrales del grupo, pasemos ya a la reconstrucción de las tres producciones de esta etapa con texto de Valle-Inclán, teniendo en cuenta en cada caso los siguientes apartados: ficha de estreno, reparto, ficha artística y técnica, críticas publicadas en prensa, reflexiones teóricas del director, e imágenes tales como fotografías y programas de mano.

 

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