Teatros desaparecidos en Madrid (siglos XX y XXI)
CASTRO JIMÉNEZ, Antonio
Madrid, Artelibro, 2022. 470 págs.
Julio Escalada

Se publica Teatros desaparecidos en Madrid (Siglos XX y XXI), un nuevo libro del periodista y Cronista de la Villa Antonio Castro Jiménez, estudioso que mantiene desde hace años una constante labor investigadora gracias a la cual podemos disfrutar de un sinfín de indagaciones, algunas de ellas monográficas, de enorme validez como base documental para trabajos futuros sobre la historia moderna de nuestro teatro.
Su nuevo libro tiene un pequeño formato, aunque suma un total de casi quinientas páginas. Lo publica Artelibro, editorial especializada en libros sobre Madrid. El prólogo se debe a Jesús Cimarro, presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, y el epílogo lo redacta el concejal presidente del distrito Centro.
Como su título revela, el libro da cuenta de aquellos locales teatrales que fueron desapareciendo a lo largo del pasado y del presente siglo. Acontecimientos como el éxito del cine y la televisión están detrás de tantos ocasos. Aunque quizá lo más determinante de estas desventuras hayan sido los incendios; también la incuria de empresarios, de autoridades municipales y del conjunto de la sociedad civil, no demasiado preocupados de velar por un valiosísimo patrimonio cultural y arquitectónico.
El libro recoge la historia de casi un centenar de “historias” de teatros de variada tipología: grandes, pequeños y minúsculos, de verano, de programación continua o de múltiple programación. Teatros que década tras década fueron cerrando sus puertas desde comienzos del siglo XX. Su autor ordena el listado de estos locales de manera cronológica, a partir de la fecha en la que abrieron. También incluye aquellos teatros que, si bien dejaron atrás la actividad dramática, sus edificios siguen estando en pie a la espera (ojalá) de que se retome la labor para la que fueron ideados.
Además de glosar la vida (a veces muy corta) de cada uno de estos teatros, con datos objetivos y curiosidades indiscretas, la investigación se abre a otras exploraciones. Así, se hace una relación de salas que se abrieron en la periferia madrileña y que tuvieron una mínima actividad comercial. También se atiende a los espacios ajardinados en donde se podían ver representaciones teatrales en los meses de estío a finales del XIX y principios del XX. Otro capítulo se dedica a proyectos que no fueron más allá de los planos, de los que nunca se puso la primera piedra. En otro apartado se reúnen una serie de costumbres, hoy en desuso, tanto de ejecutantes como de público. Entre otras, la práctica llevada a cabo por la cla (o claque), grupo de aplaudidores con un poderoso jefe al frente que se encargaba de encomiar en vivo ciertos momentos de la obra para contribuir a su éxito; o la del pateo (o pataleo), por el que el auditorio manifestaba su descontento con lo representado y que provocó, en no pocas ocasiones, la presencia de la autoridad competente para sofocar el motín. Todos los capítulos del libro están ilustrados con una profusión de material gráfico que hace que su lectura y consulta, además de entretenida, sea reveladora.
Teatros desaparecidos en Madrid (Siglos XX y XXI) se suma a una docena de libros que le precedieron, estudios llevados a cabo por Antonio Castro Jiménez dedicados a la historia del teatro de Madrid. Un material que, como apuntaba anteriormente, es de obligada consulta en investigaciones futuras. A su autor se le debe, asimismo, la redacción de biografías de profesionales del espectáculo para el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, y la dirección, hasta fecha muy reciente, de la revista de Artescénicas de la Academia de las Artes Escénicas de España; academia de la que es miembro fundador.