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Romera Castillo, José: Teatro de ayer y de hoy a escena

Madrid, Verbum, 2020, 439 páginas.

Eduardo Pérez-Rasilla Universidad Carlos III de Madrid
Romera Castillo, José: Teatro de ayer y de hoy a escena

El autor del volumen es el profesor José Romera Castillo, catedrático emérito de Literatura española en la UNED y referente ineludible para los estudios de Semiótica, de Literatura y de Teatro en el ámbito hispánico. Su ingente labor profesional se ha centrado en el ámbito de la docencia; en la dirección de tesis doctorales y de trabajos de fin de máster –el número de sus discípulos en España, en Europa y en América es impresionante–; en la fundación e impulso de entidades e instituciones dedicadas al estudio y a la investigación, como la Asociación Española de Semiótica, el Seliten@at o, más recientemente, la AITSXXI, y, claro está, en la investigación, en la escritura de libros y artículos y en la participación en congresos y seminarios nacionales e internacionales en los que se reflexionaba sobre las materias que ocupan sus vastos intereses intelectuales. Su extensa bibliografía ha ejercido y ejerce notorio magisterio dilatado en el tiempo sobre muchas generaciones de profesores, investigadores y estudiantes.

En 2020 se publicaba Teatro de ayer y de hoy a escena , un volumen misceláneo que acoge diecinueve trabajos que versan sobre diversos aspectos del teatro hispánico y el teatro en España. El libro se estructura en dieciocho capítulos precedidos por unos “Prolegómenos”. La diversidad de motivos es un indicio de la curiosidad intelectual del autor y también de la convicción de que el teatro no se reduce a los cortos límites a los que con alguna frecuencia se ve confinado en ciertos medios académicos. Así, se abordan cuestiones relativas a la escenificación, a la recepción, a la difusión, a los premios teatrales, al espacio, a los géneros -canónicos y no canónicos-, a motivos temáticos recurrentes, a las relaciones entre teatro y sociedad, a las investigaciones universitarias sobre la escena y, por supuesto, a las obras de los dramaturgos clásicos y contemporáneos. El denominador común del trabajo habría que buscarlo tanto la exhaustividad con la que se rastrean las incursiones bibliográficas en determinados temas como en el amor por el teatro que revelan las más de cuatrocientas apretadas páginas que componen el volumen. Y todo ello aparece visto desde una mirada sosegada, lúcida, indulgente, aunque no exenta de humor o hasta de ironía cuando parece conveniente. No se advierte en estas páginas -y creo pertinente subrayarlo- ningún atisbo de suficiencia, de superioridad o de engolamiento, como tampoco se aprecia desdén ninguno, ni rasgos de actitud malhumorada o desdeñosa. No se recurre a comparaciones desfavorables y los juicios rara vez se vez se muestran severos. Cuando esto sucede, están tamizados por el humor o la ironía. El estilo usado es limpio, claro y preciso. No renuncia al rigor académico, pero se muestra accesible no solo para el lector universitario sino también para los aficionados y amantes del teatro. Sin duda, el libro deja entrever gustos y preferencias del autor, pero estas se asoman -discretamente- a la elección de los temas, al relieve con que son tratadas determinadas cuestiones o a la sugestiva redacción de algunos de los títulos que encabezan los trabajos. Teatro de ayer y de hoy a escena es un libro generoso, porque atiende a la labor de una muy amplia relación de creadores, a líneas estéticas y posibilidades escénicas muy diversas, a temas muy variados y también a muy numerosas iniciativas, proyectos y grupos de investigadores. No es un mérito menor su capacidad para reunir a creadores y a investigadores, procedentes estos últimos de universidades y centros de investigación de muchos países del mundo y aquellos de generaciones, poéticas y compromisos muy diversos. La nómina de unos y de otros, de la que el libro se hace eco, deja constancia de su voluntad de convocar a la reflexión y al debate sereno a quienes tengan cosas que decir sobre el teatro en nuestro tiempo. En consecuencia, su enfoque permite disponer de un amplio panorama sobre la escena hispana actual, que, si bien no puede ser completo, propósito que resultaría ya inabordable, sí resulta representativo y estimulante por su variedad y por su capacidad de sugerir también aquello que queda fuera de sus límites. Aunque el libro se ocupa del teatro del siglo de Oro y de la escena del siglo XIX -materias sobre las que ofrece páginas muy estimables-, predomina una perspectiva contemporánea, tanto en el tratamiento de los temas como en la atención a la presencia en la escena actual de espectáculos que proceden de textos que compusieron dramaturgos pretéritos o que han sido escritos por los autores más recientes.

El marbete “Prolegómenos” adquiere una doble función. Por una parte anticipa las líneas por las que discurrirán los contenidos del volumen y establece un marco contextual y hasta epistemológico para su desarrollo. Por otra, apunta hacia una biografía intelectual del autor y, por extensión, de su equipo de trabajo. El proyecto de reconstrucción exhaustiva de la vida escénica en España durante los siglos XIX y XX constituye una de las señas de identidad del seliten@at de Romera Castillo: ha aportado materiales imprescindibles para los investigadores y se erige además como muestra inequívoca del trabajo en equipo por el que aboga su director. Merece también atención un aspecto que puede considerarse complementario de esta tarea: la presencia del teatro español en Europa y en América. Ambas contribuciones se han llevado a cabo fundamentalmente a partir de tesis doctorales y de trabajos de fin de máster. El epígrafe se detiene también en los seminarios del seliten@at, con la consiguiente publicación de sus actas en una ya muy nutrida colección de volúmenes, conjunto bibliográfico que ofrece uno de los panoramas más ambiciosos para el estudio del teatro contemporáneo (y también de la literatura), hasta el punto de que su consulta resulta inexcusable casi para cualquier investigación que se aborde. La prestigiosa revista Signa y su ejecutoria encuentran también lugar en este apartado.

Los dos primeros capítulos se centran en la presencia de nuestros clásicos en los escenarios actuales y se titulan respectivamente “Teatro clásico a escena” y “Cervantes a escena en el IV centenario de su muerte”. En ellos se hace pormenorizado balance de los estudios sobre la cuestión y se procede al análisis de algunos espectáculos señeros, en el contexto de la escena madrileña en el año 2016. El trabajo sobre Cervantes en la escena deja sitio también para atender a las escenificaciones de la obra de Shakespeare, cuyo centenario se conmemoraba en ese mismo año.

Tras el capítulo 3, que recoge de manera sistemática las publicaciones y trabajos del grupo, los capítulos 4 y 5 se ocupan de cuestiones relacionadas con el teatro del siglo XIX: “Dos figuras históricas a los escenarios” recorre la trayectoria teatral de Fernán González y Guzmán el Bueno. “Entre trovadores anda el espectáculo de la mano de García Gutiérrez y Giuseppe Verdi” sigue la presencia del trovador Manrique en los textos y en los escenarios, en el teatro y en la ópera. Se trata de capítulos con muy estimulantes aportaciones.

Los dos siguientes se adentran ya plenamente el teatro de los siglos XX y XXI, tal como indican sus títulos: “Panoramas sobre teatro de los siglos XX y XXI” y “Teselas de un mosaico teatral español en los inicios del siglo XXI”, que permiten recoger algunas de las investigaciones más relevantes sobre el particular y, como el mismo autor dice, hacer ciertas calas en algunas manifestaciones de la escritura más reciente y en escenificaciones señeras de los últimos años. En la dilatada carrera intelectual del profesor Romera Castillo, la fascinación por el teatro más actual y más joven ha ido ganando un peso notable desde hace ya algunos años, sin temor al prejuicio que parece prevenir frente a un exceso de proximidad o ante una falta de perspectiva. Su actitud ha servido de ejemplo y de acicate para muchos jóvenes investigadores.

Especialmente sugestivo resulta el capítulo 8, “Espacios en el teatro actual en español: algunas modalidades peculiares,”, en el que, tras pasar revista a diversos estudios sobre la cuestión, se detiene particularmente en el análisis de los “espacios sonoros”, los “espacios mediáticos” y el teatro “A domicilio”. Sigue un capítulo más personal, titulado “Apostillas sobre los premios Max de Teatro 2016”, que parte de una lúcida reflexión sobre la importancia del estudio de los premios teatrales y sale al paso de quienes consideran fuera del ámbito de la investigación académica estas cuestiones que solo en apariencia son periféricas.

El capítulo 10, “El teatro como hilo de unión entre España-Europa y Europa-España: Algunas calas”, resultado de las inquietudes investigadoras del seliten@t, permite asomarse a las realizaciones teatrales a partir del mito español y universal de Don Juan o reseñar diversas iniciativas -de investigación, creación o exhibición- en las que estas relaciones entre lo español y lo europeo se ponen de relieve.

Es muy atractivo desde la perspectiva del análisis de la creación teatral el capítulo 11, dedicado a los “Creadores teatrales a los escenarios de hoy a través de técnicas metateatrales”. Y puede verse una verdadera declaración de intenciones en los dos capítulos siguientes: “Algo más sobre dramaturgias femeninas en los inicios del siglo XXI” y “Dramaturgas argentinas estudiadas en el seliten@t”, que se hacen eco de la feliz normalización de la escritura femenina en el teatro dentro del ámbito hispánico.

Los tres capítulos siguientes abordan asuntos específicos, los dos primeros desde su perspectiva temática: “Teatro y homosexualidad: El wordlpride Madrid 2017” y “Teatro y erotismo: sex o no sex”. “El tercero se interesa de forma monográfica por la obra de Antonio Gala, dramaturgo bien estudiado y conocido por el autor desde tiempo atrás: “Teatro y música: El caso de Antonio Gala”. La música ocupa también el capítulo 17: “Musicales a escena: La fiebre del oro”, meritorio acercamiento académico a un fenómeno escénico de tanta repercusión económica y social. Termina con un capítulo misceláneo adecuadamente titulado “Apostillas a la escena”.

En suma, un libro que hace justicia a los treinta años de existencia del seliten@at y que ofrece una imagen ajustada de su creador e impulsor, el profesor Romera Castillo. Sin duda, se ha convertido ya en un libro de obligada consulta para los investigadores del teatro actual en el ámbito hispano.