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NIEVA, Francisco: Funeral y pasacalle y otras obras inéditas

Edición y prólogo de José Pedreira

Punto de Vista editores, Madrid, 2021.

Francisco Peña Martín Universidad de Alcalá
Funeral y pasacalle y otras obras inéditas

Siempre es un placer encontrar una nueva obra de Francisco Nieva que enriquece su creatividad teatral. En este caso, el empeño de José Pedreira, su compañero, nos ha permitido conocer una obra larga y otra corta totalmente inéditas que Nieva tenía escritas y que no habían sido nunca publicadas. Junto a ellas, otras dos piezas cortas, publicadas en una edición corta, completan este espléndido volumen que la editorial Punto de Vista se ha encargado de dar a la luz.

Como indica José Pedreira en el excelente prólogo, estas obras de Nieva mantienen la estética vanguardista y son una muestra más de la imaginación desbordante de su autor para crear universos maravillosos. “Su teatro transgrede y subvierte la realidad, las normas sociales, la lógica, la física, la anatomía y hasta la mismísima gramática para asomarnos a un universo alucinante donde lo más frecuente es lo imposible convertido en verosímil”.

La primera obra, la más larga, Funeral y pasacalle, se publicó parcialmente en la revista Primer Acto en 1972. José Pedreira nos cuenta en el prólogo los avatares de esta obra en la que podemos ver el germen de otras dos de las obras más conocidas de Nieva: Malditas sean Coronada y sus hijas y Salvator Rosa o el artista. De la primera subyace el mundo de la apariencia como forma de vida asentada en la burguesía. El Cambicio de Malditas…, como el Grandío de Funeral... quieren romper ese mundo de apariencia racional por medio de fantasía y la imaginación y ambos parecen fracasar en su intento, pero, como en otras obras de Nieva, la muerte se convierte en la liberadora de las ataduras vitales para encontrar en el más allá el sabor de la victoria. El tono vanguardista y absurdo esconde un notable sentido romántico de la existencia.

De Salvator…, la gran obra de la teoría teatral de Nieva, se puede ver en esta obra la fuerza de la imaginación como único principio capaz de salvar al teatro… y al mundo. Grandío crea un mundo imaginario, la gran Mentira, a la que todos acuden deslumbrados por su belleza. Mi comunidad se entregó al placer y a la imaginación. Todo fue noble, elevado y libre, dice Grandío. Como en Salvator, el artista esconde en sí mismo el poder de la verdad y la mentira, pero la realidad se impone una y otra vez con una fuerza inexorable. Si Salvator fracasa, el mismo final sufrirá Grandío cuando lo cotidiano se convierta en la medida de todas las cosas: Quise hacer triunfar la imaginación y solo he terminado haciendo subir el precio del pan y el vino de los pobres. Pedreira, con acierto, vincula esta obra con la biografía del propio Nieva a su vuelta de Francia en 1964. Decidió, como Grandío, tomarse la libertad sin permiso de nadie y se montó un estudio de artista, y a la vez vivienda, tan recargado de lujos y cachivaches de todo tipo que más bien parecía una almoneda o un museo surrealista.

Las otras tres obras cortas son una delicia en las que el absurdo y el disparate más alucinante presenta mundos desbordantes de imaginación. Dos de ellas se publicaron en una edición numerada del Centro editores (Madrid, 2015). Misa del diablo llevaba el subtítulo de Función para monaguillos, sustituido ahora por Saine T para monaguillos, un juego gramatical propio del mismo Nieva. La segunda mantiene el título completo de Farsa y calamidad de doña Paquitas de Jaén. En Misa del diablo Nieva utiliza el absurdo para presentar la intolerancia de la España negra unida al olor de la sacristía. Leonor, un cadáver con un cuchillo clavado que lo atestigua, llega a una iglesia en busca de un milagro para recuperar su vida. Su marido “el celoso extremeño”, como la novela ejemplar de Cervantes, llegará para confirmar su muerte. Al final, la tía Cenicientos, arrastrando su culo monstruoso, cierra la obra con imagen de esa España desgarrada: Conmigo seréis y comprenderéis que España es sagrada, por todo y por nada, y que aquí es frecuente ser muy diferente. La patria es patraña, de muerte y de saña. Celebremos todos el fin de los fines bailando matachines, la más antigua danza que bailó Sancho Panza. Todo huele a Postismo.

Doña Paquitas es una expresión más de uno de los personajes más característicos y repetidos en la obra de Nieva, el personaje doble. J.M. Barrajón define el personaje doble de Nieva como dos personajes que participan de una misma alma, de un mismo origen, de un mismo destino. Conciben la vida como un sueño y tienden, por consiguiente, a desvariar, valiéndose de un lenguaje que no conoce las barreras lógicas. (En Nieva, Francisco, Trilogía italiana, Madrid, Cátedra, 1988, pág. 38). En este caso, la pelea entra ambas siamesas se produce por la atracción que sienten por don Jerifalte.

Magia batula, la tercera de las obras cortas, inédita, aborda un tema que desarrollará también en otra obra larga, Los mismos, publicada por Espasa Calpe, junto con ¡Viva el estupor!, en 2004. El propio Nieva dice que parte de una noticia de la televisión sobre una tribu salvaje cuyos brujos habían conseguido un brebaje para mantenerse siempre jóvenes externamente. Mientras que en Los mismos esa idea le sirve a Nieva para profundizar en sus constantes del juego de la apariencia, la realidad, el vitalismo y la fantasía, en este caso, la se centra en un conflicto interno de la tribu sobre el poder. Al final la juventud, con un alegato feminista y transexual, como afirma Pedreira, triunfa sobre la tradición.

Con estas obras, se puede afirmar que se cierra definitivamente -salvo sorpresas inesperadas- la producción teatral de Francisco Nieva. Y no es mal colofón.

El mundo de la magia de los Batula cierra la edición pero deja abierta la puerta a la imaginación para que los lectores y, esperemos que muchas veces más los espectadores, disfruten con este maravilloso y alucinante teatro.