Otras informaciones completan la relación establecida en 1942 entre el teatro y el poder político, materializado principalmente en el partido de la Falange. Así, se da cuenta de la toma de posesión del Delegado que el Sindicato Nacional del Espectáculo va a tener en la dirección de la Sociedad General de Autores, la cual pasa a integrarse en el S.N.E. Se informa también de la celebración en Barcelona de un festival organizado por el Frente de Juventudes en el Teatro Coliseum, así como de otro celebrado en el Palacio del Cine de Madrid. También el S.E.U. organiza en el María Guerrero un festival benéfico, presidido por el ministro secretario del partido y por autoridades del Frente de Juventudes. Además, el mismo S.E.U. publica una convocatoria para la incorporación al T.E.U. de miembros de su Sección Femenina. Por su parte, la Delegación Nacional de Propaganda de la Vicesecretaría de Educación Popular organizó en el Español la representación de un espectáculo titulado Retablo de marionetas. La Delegación Nacional de Educación de Falange anunció representaciones dominicales, en el parque del Retiro, del teatro Guiñol de su Departamento de “Misiones Cultura”. A su vez, el organismo Educación y Descanso informó sobre su Escuela de Arte. Otra noticia transmite el juicio aprobatorio que a Manuel Machado le merecen los campamentos de verano del Frente de Juventudes. Dos informaciones sobre la División Azul pueden completar este apartado: la función que, a beneficio de su Hogar, se celebró en el Teatro Calderón y la asistencia de voluntarios convalecientes a una representación celebrada en un teatro de variedades de Berlín.

En todo caso, de las informaciones hasta ahora mencionadas resulta posible extraer detalles que definen los conceptos teatrales que pueden considerarse propios de aquella coyuntura. Algunas otras completan el panorama descrito, tales como la que da cuenta de la lectura del drama El santo fanatismo, obra de un camarada de la Vieja Guardia; la que incluye un balance de la temporada del Teatro Español de Madrid en relación con la idea de cruzada; o las que dan cuenta de la representación de autos sacramentales por el T.E.U. En este mismo sentido, Gonzalo Torrente Ballester escribe sobre la ordinariez en el teatro, señalando la decadencia del mismo; se publican artículos de fondo sobre la atmósfera teatral; se subraya la intención moralizadora como mérito de la comedia; o se fustiga la costumbre de la impuntualidad como impropia del propósito de educación pública impulsado por el nuevo régimen. En un plano más concreto, se informa de que la compañía titular del Teatro Español actuaría en adelante bajo las directrices de la Vicesecretaría de Educación Popular.

Resulta especialmente significativa la atención concedida al teatro infantil, especialmente mediante la creación del Teatro-Escuela Lope de Rueda o Teatro Infantil Lope de Rueda por la Vicesecretaría de Educación Popular, a través de su Delegación Nacional de Propaganda. La prensa recoge extensamente las circunstancias del proyecto, dirigido a poner a disposición de los niños un triple repertorio de obras religiosas, patrióticas y fantásticas. Para lograr sus fines, el Lope de Rueda convoca un concurso de obras y un examen de ingreso para la admisión de sesenta alumnos destinados a convertirse en futuros actores. La prensa da cuenta, además, de funciones para niños en otros teatros, como el Fontalba, donde se representa El capitán Kiriki; así como de algunas funciones de teatro de marionetas.