Quiosco
Foto: Jesús Alcántara (Archivo CDT)
Muere Pedro Osinaga, actor que marcó una época en el teatro español
El actor estuvo de gira por toda España dando vida al diseñador del disparatado vodevil de Ray Coney 'Sé infiel y no mires con quién'
Llevaba Pedro Osinaga muchos años alejado del mundo del teatro; del mundo, en realidad. Su salud, maltrecha tras el ictus y el cáncer de próstata sufridos hace unos años, le impedían estar donde más le gustaba: encima de un escenario; ya ni siquiera podía acudir, como fue su costumbre durante años, a los estrenos de sus compañeros -siempre que no estuviera trabajando-. […].
Pedro Osinaga era uno de esos actores «de toda la vida», un rostro popular por sus apariciones en la televisión de los años sesenta y setenta. Pero si algo distinguía a este actor de voz recia y templada, ejemplo de dedicación y amor por su profesión, fue haber cabalgado a lomos de un personaje y de una obra de teatro durante más de una década. Sé infiel y no mires con quién. El disparatado vodevil de Ray Cooney se estrenó en el teatro Maravillas de Madrid el 11 de agosto de 1972 y durante doce años, hasta 1984, estuvo Pedro Osinaga de gira por toda España con un éxito extraordinario. Su personaje del «amanerado» diseñador resultaba irresistible para el público.
Pedro Osinaga ejercía de navarro. Nacido en Pamplona el 15 de diciembre de 1936, en plena guerra civil, fue su madre, profesora de piano en la capital navarra, la que inculcó en él el amor por la música. Porque antes que actor, Osinaga fue cantante. Muy joven se trasladó a Madrid, en cuyo conservatorio cursó estudios de canto con la ilustre Lola Rodríguez de Aragón. Veló sus primeras armas escénicas en el mundo de la zarzuela: debutó en 1957 en la obra de Manuel Parada Río Magdalena. De la mano de Luis Escobar pasó al teatro Eslava, donde participó en obras de tanto éxito como Te espero en Eslava o Ven y ven al Eslava. Después de Ser infiel y no mires con quién vendrían obras como Hipotecados, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? -en homenaje a Adolfo Marsillach- y La extraña pareja, donde compartió escenario con Joaquín Kremel. […]
Pero lo que le otorgaría su mayor popularidad -al margen de la comedia de Ray Cooney- fue su participación en los Estudio 1 de la época. Integró el magnífico reparto de la legendaria producción de Doce hombres sin piedad, al lado de nombres como José María Rodero, José Bódalo, Ismael Merlo o Carlos Lemos, entre otros. Otros títulos en los que participó fueron Don Juan Tenorio, El genio alegre, Alta fidelidad, Carlo Monte en Montecarlo, El canto de la cigarra o Celos del aire. […] (Julio Bravo)