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Extracto de la noticia publicada en La Vanguardia , el 19.12.2020.
El Circo ya tiene su museo

Entre las joyas del museo destaca la colección de trajes de payasos de cara blanca (Foto: Pepo Segura / Circusland)

El Circo ya tiene su museo

Circusland, el primer equipamiento de este tipo en Europa, abre sus puertas en Besalú

Circusland, el primer museo profesional en Europa dedicado a los orígenes, historia y evolución del circo abrió ayer sus puertas en Besalú (Garrotxa, Girona). Lo hace con 537 piezas, los “tesoros” de la amplia colección de su impulsor, Genís Matabosch, formada por más de 60.000 objetos, entre sellos, fotografías, vestuario, carteles o esculturas… que ha ido recopilando durante más de treinta años y que repasan la historia de los 250 años de vida de un espectáculo que Matabosch recuerda que, como la lírica o la ópera, también “es cultura”.

El museo ocupa en una primera fase 1.500 metros cuadrados del edificio de estilo racionalista de Cal Coro, una antigua fábrica textil situada sobre la antigua Casa Abacial del Monasterio benedictino de Sant Pere de Besalú. La adquisición y rehabilitación del edificio (que ha durado unos siete meses) ha supuesto una inversión de 1,7 millones de euros asumidos mayoritariamente por la fundación cultural privada sin ánimo de lucro impulsada por Matabosch, Circus Art Foundation, organizadora del Gran Circ de Nadal de Girona y el Festival Internacional de Circ. La Diputación de Girona invertirá 500.000 euros entre este 2020 y el 2021, y la Generalitat destinará 750.000 euros en cuatro años.

El recorrido expositivo arranca con los orígenes del circo, que Matabosch recordó que fueron a caballo y en Reino Unido. “A finales del siglo XVIII decenas de jóvenes se encontraban en las llanuras de Islington, un área del norte de Londres para practicar equilibrios y acrobacias encima de caballos a galope”, explicó ayer el impulsor de un equipamiento cultural, “único” en Europa y uno de los tres que existen en el mundo de estas características. Los otros dos están en Florida y Wisconsin, en Estados Unidos.

El museo repasa a partir de carteles, grabados, vestuarios, libros, esculturas, utensilios de los artista o programas todas las disciplinas circenes: acrobacia, funambulismo, trapecio, payasos, magia, malabares… que empiezan a ganar protagonismo en el siglo XIX cuando el caballo va dejando de ser el rey de la pista.

(…) Entre las piezas destacadas de esta espectacular exposición están los vestidos de artistas célebres. Entre otros, figura el vestido del considerado decano de los maestros de ceremonia de Europa, el británico Norman Barrett que a sus 85 años sigue activo o el frac del adiestrador de tigres ruso Nicolai Pavienko. También aparece el maillot y trapecio de Pinito de Oro, el nombre artístico de María Cristina del Pino Segura, una de las artistas de circo españolas de mayor fama y prestigio internacional, o una tiara y un medallón de Micaela Ramírez, una de las pocas mujeres directoras de circo del siglo XIX.

Entre la indumentaria exhibida llama poderosamente la atención por su colorido bordado con lentejuelas los vestidos de la sastrería Vicaire que lucían los payasos de cara blanca. Auténticas virguerías creadas por Gérard Vicaire en su taller de París entre los años 1947 y 1993. “Cada pieza suponía unas 400 horas de trabajo”, explicaba ayer Matabosch, durante una visita guiada al museo para la prensa.

Circusland irá ampliando en metros de exhibición y quiere posicionarse en un centro dinamizador del arte circense

La figura del payaso en sus diversos perfiles (musical, acróbata, adiestrador o solista...), que en el siglo XX destrona al amazona y se convierte en la nueva estrella de la pista, es ampliamente tratada en el recorrido expositivo, que ocupa dos pisos y la planta baja del edificio.

El impulsor de Circusland, que calificó el museo de “sueño hecho realidad” tras veintitrés años intentándolo en otros emplazamientos como Figueres o Girona, sin éxito, tiene intención de ir ampliando los metros de exhibición con más espacios para la realización exposiciones temporales. De hecho, uno de los objetivos de Circusland pasa por crear nuevas exposiciones a partir de las investigaciones que pueda llevar a cabo la Circus Art Foundation. También quiere posicionarse como centro de referencia y dinamizador de las iniciativas circenses de Europa.

 

(SÍLVIA OLLER. BESALÚ)