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El Foco

“Vas a vivir en nuestros corazones”

6.6.2024 Recordamos a la actriz Asunción Balaguer

“Vas a vivir en nuestros corazones, inolvidable Asunción Balaguer”. Así la despedía Mario Gas en 2019. La actriz Asunción Balaguer (Manresa, 1925 - Cercedilla, 2019) había nacido en el seno de una familia de la burguesía catalana que vio como algo simpático su deseo de estudiar teatro. Estudió, siendo aún una adolescente, en el Instituto del Teatro de Barcelona, que entonces dirigía Guillermo Diaz Plaja. Tras terminar el primer curso, la seleccionan para participar como Gerarda en La discreta enamorada. Tiene catorce años. Incluso llega a debutar al año siguiente, tras hacer una prueba con el actor José Rivero y entrar en su compañía. Disuelta esta, regresa a Barcelona, termina el bachillerato y cursa los dos primeros años de Filosofía y Letras. Viaja a Madrid con una amiga y allí José de Udaeta le sugiere que intente entrar en la compañía que está formando José Tamayo. Así, comienza en 1946, con la compañía Lope de Vega, dirigida por José Tamayo, una larga trayectoria: Romeo y Julieta, Cuento de cuentos, María Estuardo, Otelo, El anticuario, Tierra baja, Los intereses creados… en 1949, en El águila de dos cabezas, comparte escenario con otro joven actor, Francisco Rabal. El galán y la joven dama, que aún salía de gira con una persona de compañía – “una carabina muy pesada”, recordaba en una de sus últimas entrevistas – se hacen novios y se casarán en 1951. Rabal, que se hizo cargo de los papeles protagonistas de los montajes de Tamayo en esos años, ya destacaba también en el cine, y se convertiría en una estrella internacional de la mano de Luis Buñuel a partir de Nazarín, en 1958.

En 1952, Asunción alcanza un triunfo memorable, en su ciudad, Barcelona, en el emblemático Romea, con uno de los grandes personajes de la dramaturgia catalana, la María Rosa de Guimerá. Continúa con Tamayo en La vida es sueño, Plaza de Oriente, El redentor del mundo, Damián, La cena del rey Baltasar, Diálogos de carmelitas

A partir de 1954, sus trabajos en el teatro se van demorando. Asunción da prioridad a la crianza de sus dos hijos, Teresa y Benito, nacidos en 1952 y 1954. De modo que, siendo Tamayo director del Teatro Español, solo cuenta con ella para Proceso a Jesús, en 1956, y Edipo en 1958. Tardará siete años en volver a los escenarios – de la mano de Adolfo Marsillach, con Después de la caída, de Arthur Miller – y otros ocho años más para acompañar a su hija Teresa, que con 19 años ha formado compañía. Entre 1979 y 1983, la recupera para la escena el director José María Morera, con quien estrena en los años siguientes Don Duardos, El gran teatro del mundo, El sombrero de copa, El barón y Casa de muñecas. De nuevo, una ausencia de quince años. En 1999 vuelve a compartir escenario con su marido, para girar con el recital Queridos poetas.

En 2001 fallecía Paco Rabal, el amor de su vida. El teatro se convirtió en el refugio de Asunción. Una vez recuperada, afrontará quince años de actividad en los que recibirá como nunca el aplauso y el cariño del público. En 2004, en compañía de su nieta Candela y dirigida por Magüi Mira, vuelve a pisar un escenario, con La luna de lluvia. En 2005, Jesús Cimarro la convence para protagonizar con Amparo Soler Leal la comedia de Alberola Al menos no es Navidad. En ese mismo año gira con María José Goyanes con los versos de Rosalía de Castro, dirigida por Lino Braxe. En 2008 participa en La estirpe de Aspasia, dirigida por Denis Rafter.

 

Y en 2009, dirigida por Pedro Olea, participa en El pisito, lo que le supone el premio de la Unión de Actores a mejor actriz protagonista de 2011. Antes, en 2010, había recibido el premio de la Unión de Actores a toda una vida. Pero Asunción no estaba dispuesta a jubilarse. Siguió recibiendo, a través de premios y reconocimientos, ese cariño de la profesión. En 2013 recibió el Premio Max a mejor actriz de reparto por Follies. Tras su intervención en aquel fabuloso musical, ofrece el monólogo El tiempo es un sueño, los recuerdos de su vida en un trabajo escrito y dirigido por Rafael Álvarez “El Brujo”, que se presenta en el Teatro Español con enorme éxito.

Todos querían a Asunción y todos querían trabajar con ella: Las chicas del calendario y Una vida robada en 2013, Sueños y visiones de Ricardo III en 2014 - año en que también recibiría el premio de la Unión de Actores a mejor actriz de reparto de televisión por la serie Gran Hotel – y finalmente, en 2015, comparte con María Lavalle Atahualpa, los ejes de una vida. En ese año 2015, la localidad madrileña de Alpedrete, donde vivía, puso el nombre de Asunción Balaguer a su centro cultural.

Cuando Asunción falleció, en 2019, hubo muy numerosos testimonios de cariño a la persona y de respeto a la actriz. El director de escena Mario Gas publicó un bello artículo en el diario ABC que tituló Soy corista, recordando aquel número del musical Follies, de Stephen Sondheim. En 2012, contando ya Asunción 87 años, Mario Gas le pidió que participara en el musical con aquel célebre Broadway Baby. Lo hizo, y ahí quedan esos tres minutos gloriosos. Toda una declaración de amor a la vida.