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Extracto de la noticia publicada en ABC , el 8.11.2013.
Fallece Amparo Rivelles, una de las grandes damas de la escena española

Foto: Gyenes (Archivo CDT)

Fallece Amparo Rivelles, una de las grandes damas de la escena española

 Amparo Rivelles, una de las grandes damas del teatro español, falleció a los 88 años en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, según informaron a ABC fuentes de la familia. Llevaba varios años retirada de la escena y apenas salía de su casa desde que, en enero de 2006, anunciara por sorpresa, después del estreno en Santander de La duda, que dejaba la función. Fue su última salida a escena. [...]

María Amparo Rivelles y Ladrón de Guevara nació en Madrid el 11 de febrero de 1925. Hija de los actores Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, era hermana (por parte de madre) de Carlos Larrañaga, y tía de Amparo Larrañaga y Luis Merlo, todos ellos también actores. Como tantos intérpretes de su generación, comenzó en las tablas en la compañía de su madre. Lo recordaba ella misma en ABC: «Debuté en enero de 1939. La obra fue El compañero Pérez y se representaba en Barcelona. No tenía ni que hablar, solo salía a escena un momentito, pero recuerdo que aquello suponía casi jugarme la vida. Después me fui acostumbrando. Mi madre me daba papelitos pequeños, de frases… Estuve casi dos años haciendo papelitos de nada».

Pronto llamaría el cine a sus puertas. A principios de la década de los cuarenta firmó un contrato con la productora Cifesa, y rodó películas como Alma de Dios, Malvaloca, Eloisa está debajo de un almendro, El clavo y La fe, que la hicieron una estrella en la España de la posguerra. Se puso también a las órdenes de grandes directores, como Orson Welles, con quien hizo la versión española de Mr. Arkadin, en 1954.

Poco más tarde, viajó a América; primero a Cuba, para trabajar en la televisión, y posteriormente a México, donde se establecería durante veinte años. En el país iberoamericano rodó muchas películas y telenovelas, convirtiéndose en una de las reinas del género.

En 1979 regresó a los escenarios españoles con la obra de Santiago Moncada Salvar a los delfines; desde entonces, siguió una exitosa carrera tanto en el teatro como en el cine, con películas como Soldados de plomo, Esquilache, El día que nací yo y, sobre todo, Hay que deshacer la casa, que le valió el Goya a la mejor actriz. En el teatro destacan La Celestina, Rosas de otoño, Los padres terribles, Paseando a miss Daisy, La brisa de la vida y la mencionada La duda.

Fue actriz por familia: «Fue una consecuencia lógica de mi situación personal, pero yo en un principio no quería, no me apetecía. Lo que ocurre es que la guerra interrumpió mis estudios, y di mis primeros pasos en escena. Después sí, después me enamoró la profesión, y hace años que estoy segura de que no la cambiaría por nada». (Julio Bravo)