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Figuras. Entrevistas de la escena
FIGURAS

José Manuel Garrido. Murcia, 1945. Asesor cultural, productor y director teatral

(40’ 25’’)

Aunque la escena es su pasión, su vida se ha debatido entre la biología, la política y la gestión cultural. Con el PSOE, participó en la administración local para saltar al ámbito nacional como director general de Música y Teatro del Ministerio de Cultura, con el ministro Javier Solana, quien le propuso crear y dirigir el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música. Allí lideró una “revolución” que incluía la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, la Joven Orquesta Nacional, el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, la reconversión del Teatro Real en teatro de ópera o la renovación del Festival de Teatro Clásico de Almagro.

Tras su paso por el Ministerio de Cultura, creó Artibus: productora y asesoría cultural con la que gestionó el Teatro Madrid. Vinculado a la enseñanza de la gestión cultural, ha participado en la creación del Museo Universidad de Navarra y de su Teatro dentro del Museo.

  • Fecha: 29 de septiembre de 2020.
  • Lugar: Salón de Actos de Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura, Madrid.
  • Duración: 40’ 25’’
  • Operador de cámara: Carlos Díaz.
  • Realización y edición: Ana Lillo.
  • Entrevista realizada por: Rosa Alvares.
  • Créditos de fotografías
    Daniel Alonso, Pilar Cembrero, Chicho, Miguel Gracia, Gyenes, Sánchez Martínez, Marrocco, Ros Ribas, Fernando Suárez, Miguel Zavala.
  • Créditos de los vídeos
    Unidad Técnica de Audiovisuales del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música.
  • Créditos de las músicas
    Documentary Intriguing Ambient-La Repetición.
    Documentary Piano Background LEXMusic.
    Música de la cabecera:
    Hip Hop by Nesterouk.
    Hipo Hop Trendy audio.
  • Agradecimientos
    Museo Universidad de Navarra y Joven orquesta de Murcia.

Tres momentos de la entrevista

El hacedor de sueños escénicos

La escena siempre ha sido su pasión, un modo de entender la vida e intervenir en la sociedad. José Manuel Garrido Guzmán (Murcia, 1945) lo presintió cuando se subió por primera vez a un escenario, con solo nueve años. “Sentí un enganche total que me hizo participar como actor en el grupo teatral del colegio de los salesianos de Murcia, donde estudiaba; luego, como director de escena en la compañía Arlequín y en el Teatro Universitario de mi ciudad”. Y aquel chico que prefería asistir a espectáculos teatrales antes que divertirse en guateques buscó la manera de establecerse en la capital que, desde la lejanía de la provincia, se atisbaba como un destino cosmopolita donde dar rienda suelta a sus pretensiones artísticas. “No tuve más remedio que buscar una estrategia en forma de carrera que no se pudiera cursar en Murcia. Así apareció la Biología en mi vida, una impostura para que mis padres estuvieran contentos. Aunque, lo que son las cosas, he llegado a mi jubilación como profesor de esta asignatura”.

Aquel Madrid de los años sesenta, en el que los jóvenes contestatarios plantaban cara al régimen con protestas estudiantiles, recibió a ese muchacho con inquietudes culturales para quien el descontento social también se podía mostrar desde un escenario: ya fuera el del Teatro Universitario de Madrid, el del Colegio Mayor Jiménez de Cisneros o desde el María Guerrero, donde trabajó como ayudante de dirección de José Luis Alonso. Valle-Inclán, Brecht, Camus o Pemán convivían en la cartelera más insólita, en un equilibrio de fuerzas que no siempre era fácil de entender. Por eso, llegó el momento en el que decidió dejar a un lado sus metas teatreras. “Siempre he creído que en el arte hay que ser un número uno, y yo podía tener cierto talento para dirigir, pero no el necesario para continuar por ese camino. Por suerte, apareció la posibilidad de participar en la gestión cultural, ámbito en el que siempre me sentí muy realizado”.

José Manuel Garrido

En una España que despertaba a la democracia llena de expectativas, inició su carrera política en el Partido Socialista Obrero Español, primero como concejal de Cultura del Ayuntamiento de Murcia, luego como diputado de esa misma comunidad autónoma. Defender la recuperación de la cultura para los ciudadanos, como servicio público y modo de emprender un diálogo social; una idea que José Manuel Garrido ha defendido a lo largo de toda su trayectoria. Conciliador y nada dogmático, una de sus principales virtudes ha sido su talante abierto, incluso a la hora de formar equipos, en los que era habitual que figurasen nombres ajenos al partido al que estuvo vinculado: “Lo importante para mí ha sido rodearme siempre de los mejores profesionales, sin importar si son de izquierdas, derechas o mediopensionistas”.

El ministro Javier Solana se fijó en él para encomendarle, primero, la Dirección General de Música y Teatro del Ministerio de Cultura. “Para mí aquella propuesta fue lo más. Nunca quise llegar a tener un cargo político por cuestión de poder, sino para hacer política en el mundo cultural que me apasionaba. De hecho, cuando acabó mi trabajo en ese ámbito, abandoné la política para siempre”. Dos años después, en 1984, Solana le encarga la creación y dirección del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), con el que lleva a cabo una revolución cultural cuyos frutos siguen vigentes en gran medida. Además de renovar el Centro Dramático Nacional con la dirección de Lluís Pasqual, entre las muchas y acertadas iniciativas que puso en marcha, destacan la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida por Adolfo Marsillach; el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, con Guillermo Heras al frente; la Joven Orquesta Nacional de España, bajo la batuta de Edmon Colomer; el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, dirigido por Luis de Pablo; el Plan de Rehabilitación de los Teatros Públicos; el Plan Nacional de Auditorios; la reconversión del Teatro Real en teatro de ópera; la renovación del Festival de Teatro Clásico de Almagro; el Museo Nacional de Teatro de Almagro, así como la revista El Público o el Anuario y la Guía del Teatro en España.

Tras esta fértil etapa, es llamado por el nuevo ministro, Jorge Semprún, para ser subsecretario del Ministerio de Cultura, cargo que ocupó de 1989 a 1992. Después, sintiendo que su paso por la administración se había agotado, crea su propia empresa, Artibus: una consultora y productora con la que ganó un concurso del ayuntamiento de la capital para dirigir el Teatro de Madrid. En este escenario logró grandes éxitos de público; también abrir un nuevo canal de producción y exhibición de danza. José Manuel Garrido ha dedicado los últimos años a fomentar la enseñanza superior de la gestión cultural y a un proyecto igual de ilusionante: el Museo Universidad de Navarra, diseñado por Rafael Moneo, donde ha creado un teatro con unas espléndidas condiciones técnicas que permiten incluso programar ópera. Desde su puesto de director colegiado, ha continuado uniendo sinergias entre las distintas disciplinas artísticas, entre públicos transversales, para cuestionar la realidad y al ser humano desde la propia creación: “Porque la gente de la cultura es lo que debe hacer: crear, crear y crear”. La mejor manera de reflexionar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor y, por qué no, soñar con que un mundo mejor es posible gracias al arte.

Por Rosa Alvares

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