1. MONOGRÁFICO
1.5 · La recuperación escénica de Valle-Inclán en el teatro andaluz (1954-2009).
Por Alberto Romero Ferrer y María Jesús Bajo Martínez.
3. Las compañías
Ya se ha comentado que el marco de producción en el que se mueve este Valle-Inclán, preferentemente, es el ámbito del teatro independiente, de cámara, universitario y alternativo (Fernández Torres, 1987), amén de los grandes montajes del CAT, ya en otros contextos y cronologías5. Efectivamente, en un 90% de los casos, nos encontramos con los Teus, grupos de cámara y ensayo, o formaciones independientes: “Adagio” (cía. t. independiente), “Caramba Teatro” (cía. t. universitario), Cía. “Medina Azahara del I.B. Ciudad Jardín”, la “ESAD” de Córdoba, la “ESAD” de Sevilla, la “Escuela de Arte de Marionetas de la Escuela de Arte y Trabajos de Gelves”, la “Escuela Viento Sur Teatro”, “In Vitro” (cía. t. universitario), “Libélula” (cía. t. de cámara, aunque tenía el apoyo del SEU), “Lope de Rueda” (cía. t. de cámara), “Mamadou” (cía. t. Universitario), el “Taller de Amara”, la “Escuela Municipal de Teatro de Lucena”, el “Taller de Teatro de Aracena”, el “Taller de Teatro de los Centros de Día de la Delegación de Asuntos Sociales”, “Teatro Estudio” (seguían funcionando como cía. t. independiente), “Teatro Estudio de Sevilla / Grupo de Teatro Tiempo” (seguían funcionando como cía. t. independiente), “Teatro Estudio de Sevilla / Teatro Estudio de Coria” (seguían funcionando como cía. t. independiente), el “TEU de Filosofía”, el “TEU de Sevilla”, “TNT”, “Universitas” (cía. t. independiente) (Pérez Delgado, 1954).
En cualquier caso, especialmente relevantes son las compañías sevillanas “Esperpento” y “Tabanque”, no solo por sus dilatadas trayectorias, sino por su singular vinculación con el autor de Luces de bohemia [fig. 5], como ya se ha comentado en el caso de “Esperpento”, y que para “Tabanque” podían subrayarse sus montajes La cabeza del dragón (1968 aproximadamente), y Las galas del difunto, La cabeza del Bautista y La rosa de papel (1974) [fig. 6], bajo la dirección de Joaquín Arbide. Mención especial también, sobre todo por su carácter pionero, merece el “Grupo de Teatro del Círculo de la Amistad” con su temprana versión de Ligazón y Sacrilegio (1969) [fig. 7]. En esta misma línea, pero ya con una pretensiones artísticas de mayor factura dramática había que subrayar el montaje de Luces de bohemia (1981) [fig. 8] en el Teatro Lope de Vega a cargo del “Teatro Estudio de Sevilla” y el “Grupo Tiempo”, bajo la dirección de Ramón Resino; un montaje que marca, en cierto sentido, el final de un ciclo dramático en torno a Valle y el principio de su plena recuperación en el ámbito andaluz, de la misma manera que había ocurrido con los montajes de Tamayo a nivel nacional.
No obstante, el circuito esencial de Valle en todos esos años es el ámbito universitario, como pone de manifiesto la introducción del profesor Francisco López Estrada a la puesta en escena de La enamorada del rey [fig. 9], por el “TEU de Filosofía y Letras” de la Universidad de Sevilla (1967) en el Teatro Lope de Vega. Una estela que llega hasta el gaditano “Caramba Teatro”, que bajo la dirección de Eduardo Valiente estrenaría su interesante montaje sobre Los cuernos de don Friolera (2000), o las formaciones jienenses “In Vitro”, con el Retablo (2004), y “Mamadou”, con Divinas palabras (2006). Un circuito al que también se incorporarán las Escuelas Superiores de Arte Dramático de Sevilla —Cara de plata (1997), Águila de blasón (2006)— [fig. 10] y Córdoba —Los cuernos de don Friolera y Divinas palabras (2001), Ligazón y La rosa de papel (2002)— [fig. 11]. También vinculado a la actividad docente se encuentra el Instituto del Teatro de Sevilla, que desde su inicios dedicará una especial atención a Valle-Inclán: ahí tenemos su Farsa y licencia de la reina castiza (1987), Ligazón y La rosa de papel (1989), Ligazón (1998), ¿Para cuándo son las relaciones diplomáticas? (1998), La cabeza del Bautista (1998), o La rosa de papel (1999) [fig. 12].
Un caso singular es el de los grupos en cierto sentido apartados de los epicentros de la grandes capitales, que también se acercan al autor de Tirano Banderas, entre los que destaca la compañía “Adagio”, de la localidad sevillana de La Puebla de Cazalla, quienes se atreverían con Sacrilegio (1971) [fig. 13], bajo la dirección de Antonio Reina Palazón.
Pero también el teatro profesional se acerca a Valle, aunque bien es cierto que se trata siempre de grupos marcadamente contestatarios muy próximos en su concepción dramática y filosofía estética a las compañías independientes. En esta línea había que subrayar “La Jarana” de Puerto Real (Cádiz) y su importante versión del Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (1982) bajo la mirada de Alfredo Los, además del ya citado “Esperpento”, o “Teatro Oh¡” de Málaga, quienes produjeron una versión más de La cabeza de dragón (1988) [fig. 14]; las compañías profesionales de títeres “Aldebarán”, con La rosa de papel (1989) [fig. 15], y “Teatro de las maravillas”, con Cabeza de dragón (2000) [fig. 16].
También tenemos a “Teatro Breva”, de Huelva, con La galas del difunto (1993) [fig. 17]; las sevillanas “Atalaya” y “Meteora”, Divinas palabras (1998-2009) y La rosa de papel (1999), respectivamente; “Histrión Teatro” y “Corral del Carbón”, ambas de Granada, con nuevas versiones de la Farsa y licencia de la reina castiza (2004) [fig. 18] y Los cuernos de don Friolera (2009).
De esta breve relación, que se complementa con el cuadro adjunto, puede destacarse ya una plena presencia de Valle en el teatro actual andaluz, cuyas raíces se pueden rastrear a través de las huellas del teatro menos oficial. Los pioneros TEUs, donde se puede certificar su éxito prácticamente desde un primer momento, para dar paso a la fuerza del teatro independiente, para el que la figura y la obra de Valle-Inclán constituye todo un símbolo no sólo teatral sino también político, al entenderse la estética del esperpento como una ácida mirada sobre la realidad, lo que le otorga una extraordinaria vigencia y actualidad en una sociedad, primero, sometida a la mentalidad gris y cerril de la posguerra y, años más tarde, muy identificada con su enorme fuerza revulsiva. Pues, en ambos casos, los espejos de Valle servían para que la sociedad se mirara y se reconociera.
Don Galán. Revista audiovisual de investigación teatral. | cdt@inaem.mcu.es | ISSN: 2174-713X
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