FOGUET I BOREU, Francesc, El teatro catalán en el exilio republicano de 1939, Sevilla, Renacimiento, Biblioteca del Exilio, Anejos nº 28, 2016, 203 pp

Begoña Gómez Sánchez

Francesc Foguet i Boreu, profesor de literatura catalana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) profundiza con la publicación de este reciente estudio en uno de sus principales temas de investigación: el teatro catalán del siglo XX posterior a la Guerra Civil Española.

Se trata de una elaborada aproximación a los escenarios teatrales durante el exilio republicano catalán en países de Europa y América. Con especial atención sobre la concreción de autores, obras más representativas y sin olvidar el hecho escénico teatral ante el espectador, a su vez se muestra la poca repercusión de esta actividad más allá de los nuevos núcleos teatrales tras la forzosa pérdida de los lugares naturales de representación.

Estructurado en seis capítulos que se subdividen en tres bloques, el primero de ellos está compuesto de un primer y segundo capítulo a modo de exhaustiva introducción sobre los primeros años de la diáspora republicana y sobre las razones que motivaron el deseo de seguir con la proyección del teatro catalán. Para continuar, el segundo bloque, formado por tres capítulos, se centra en los principales núcleos de la actividad teatral durante el exilio: Toulouse, Buenos Aires y México D.F. El último bloque y capítulo despliega una relación de escritores de la literatura catalana relacionados con su aportación a la dramaturgia del exilio como medio de resistencia, entre los que cabría citar a Mercè Rodoreda y a Ambrosi Carrion. Finalmente, unas clarividentes conclusiones dejan constancia del reflexivo estudio de Foguet junto a una exhaustiva bibliografía y un anexo que amplía la nómina de ciudades del teatro catalán durante el exilio republicano.

De igual forma, resulta interesante exponer brevemente los contenidos de cada capítulo. En el primero, titulado “Europa 1939”, se describen las sencillas representaciones teatrales en el marco de la barbarie de los campos de concentración nazi, circunstancia que, en general, no tuvieron que sufrir gran parte de los intelectuales y políticos catalanes ya que, en un principio, fueron acogidos por algunas ciudades francesas hasta que, tras la invasión del país galo durante la Segunda Guerra Mundial, se vieron obligados de nuevo a buscar otros lugares para el refugio republicano. Es de relevancia, la descripción que se realiza sobre las particularidades en estos primeros años del exilio de los escritores Josep Maria de Sagarra y Joan Puig i Ferrater.

El siguiente capítulo, “Razones”, es el que, junto a las conclusiones finales del libro, explica las circunstancias concretas del exilio teatral catalán republicano. Su organización en centres o casals como espacios de encuentro entre las diferentes generaciones posibilitaba el uso del teatro como medio para mantener la manifestación de la cultura y lengua catalana a pesar de que la calidad de las puestas en escena, la mayoría creadas por grupos de aficionados, y la falta de público asistente no lo favorecieran. Sin embargo, con el repertorio seleccionado se intentó aunar todas las razones continuistas de este teatro catalán del exilio, siendo el escritor Àngel Guimerà de los más valorados. Este se debatía entre autores clásicos del teatro catalán, obras dramáticas de los autores exiliados como únicos espacios en los que se podían estrenar, piezas de jóvenes dramaturgos o incluso la reproducción de la programación que desde Barcelona tenía el Teatre Romea.

En relación al segundo bloque de este libro, son de importancia algunos de los datos documentales que se ofrecen sobre los principales núcleos de la actividad teatral durante el exilio. Con el Casal Català de Toulouse se cita la participación de profesionales exiliados del teatro que favorecieron su intensa actividad teatral hasta el punto de la creación de dos elencos: Llar de Germanor Catalana y Terra Lliure. Para los exiliados en Buenos Aires, esta ciudad ya contaba con un entramado cultural que les permitió desarrollar la actividad teatral con una factura de mayor calidad y número. Por último, el Orfeó Català de México D. F. se convirtió en el centro de expansión cultural y política de los exiliados republicanos cuya labor teatral se reavivó con la llegada de intérpretes profesionales que se anexionaron al grupo de aficionados previos. Igualmente, se creó en 1951 el premio Guimerà de textos dramáticos inéditos escritos en catalán y que, en parte de la década de los cincuenta del siglo XX, sirvió de motivación para la conservación de la lengua.

Junto a todo lo anterior, esta publicación contiene un extenso registro de los estrenos teatrales de dramaturgos catalanes durante el exilio, aunque sin olvidar las traducciones a esta lengua de los textos dramáticos de Ionesco o Ibsen, autor este último que en la historia de la puesta en escena del teatro en catalán aún hoy ocupa un lugar privilegiado. Especial interés posee tanto el prólogo de Manuel Aznar Soler, que contextualiza perfectamente el estado actual de los estudios versados sobre el teatro en el exilio, como la mención que se hace en el anexo de las escasas interpretaciones de la actriz Margarida Xirgu a partir de obras dramáticas en catalán.

En cuanto a las referencias bibliográficas, cabe afirmar el completo manejo de las fuentes sobre el teatro del exilio republicano y, sobre todo, los textos dramáticos en catalán publicados de este periodo. Del mismo modo, la adhesión de numerosas citas de críticos teatrales, periódicos y publicaciones del momento, editadas en los nuevos espacios, son de muy útil significación para acreditar las puestas en escena que se reseñan. No obstante, cabría mencionar una más que útil mejora a este excelente trabajo, incluir un índice onomástico de autores y profesionales del teatro que facilitaría su consulta. 

Para finalizar, este reciente ensayo de Francesc Foguet i Boreu posee un enorme valor y utilidad puesto que compendia y amplía los datos que hasta ahora se tenían de la actividad teatral durante el exilio republicano catalán. Así mismo, abre puertas a futuras líneas de investigación, cumpliendo el objetivo que se plantea en sus primeras páginas: “con la esperanza de que sirva de acicate para que otros investigadores y otros estudios monográficos puedan ir más a fondo y completar los espacios que, sin duda, quedarán por explorar en este primer mapa del teatro catalán del exilio” (p. 19).