Muchos de los autores del nuevo teatro, que habían asumido su condición de malditos o subterráneos culpando de ello al régimen, vieron en los nuevos rumbos democráticos una oportunidad para estrenar sus obras. Sin embargo, pronto la realidad les desengañaría notablemente. La nueva política cultural permitió el acceso a las tablas a un número tan reducido que la mayoría siguió esperando inútilmente el espaldarazo definitivo para su consagración. ¿Cuántos de estos autores nuevos han conseguido estrenar con regularidad? El propio Nieva, y eso que ha sido uno de los mejor tratados, fue abriéndose camino con una pasmosa lentitud que le llevó en muchas ocasiones a la desesperación y no pocas a un tremendo desengaño. Uno tono agrio y amargo destila de estas palabras de Nieva, que ejemplifican bastante bien su postura frente devenir cultural en la democracia:

El modo como la Administración actual ha enfocado el teatro, también parece que ha sido un error. Ha sido administrado o alentado desde una postura bien poco respetuosa con el escritor. Personas hipertróficas de ideología, gentes con poca sensibilidad artística, cuyos arbitrios sólo van encaminados a la conservación del poder o del oportunismo político. ¿Se puede hacer responsable de la decadencia de ciertas cosas, como el teatro y la literatura unidos, a los malos gobiernos? No creo que lleguemos hasta ahí. Pero los malos gobiernos las acusan, las enfatizan y hasta las alientan. (Nieva, 1994: 3)

Para comprender esta sensación de abatimiento que invade a la mayoría de los autores que estaban esperando su oportunidad en el nuevo sistema político, basta con señalar los principales estrenos habidos desde 1975 hasta 1982, año en que se puede considerar terminada la época de la transición política.

De los autores que se pueden integran en este teatro silenciado, podemos destacar –exceptuando los estrenos en salas minoritarias– los siguientes:

Miguel Romero Esteo

1975. Pasodoble. Teatro Alfil (5 semanas en cartel).

1979. Fiestas gordas del vino y el tocino. Sala Cadarso. (3)

1980. El barco de papel. Centro Cultural de la Villa. (1)

1981. El vodevil de la pálida, pálida, pálida rosa. (5)

Luis Riaza

1975. El desván de los machos y el sótano de las hembras. Teatro Alfil (1)

1979. Retrato de una dama con perrito. Teatro Bellas Artes. (7)

José María Bellido

1975. Esquina a Velázquez. Teatro Cómico. (6)

1975. Milagro en Londres. Teatro Reina Victoria. (5)

J.M. Rodríguez Méndez.

1975. Historia de unos cuantos. Teatro Alfil. (5)

1978. Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga. Teatro Bellas Artes. (6)

1982. Flor de otoño. Teatro Español. (3) (fig. 8)

Jesús Campos

1975. Nacimiento, pasión y muerte de... por ejemplo: tú. Teatro Alfil (2)

1976. Siete mil gallinas y un camello. Teatro Nacional María Guerrero. (6)

1980. Es mentira. Teatro Lavapiés. (9) (fig. 9)

Manuel Martínez Mediero

1975. El bebé furioso. Teatro Alfil. (2)

1975. Las hermanas de Búfalo Bill. Teatro Valle-Inclán. (12) (fig. 10)

1976. El día que se descubrió el pastel. Teatro Arlequín. (5)

1976. Mientras la gallina duerme. Teatro Martín. (9)

1978. Las planchadoras. Teatro Alfil. (5)

1982. El último gallinero. Centro Cultural de la Villa (5)

Lauro Olmo

1977. La condecoración. Teatro Infanta Isabel. (5)

Luis Matilla

1980. Ejercicios para equilibristas. Teatro Bellas Artes. (8) (fig. 11)

1981. Volar sin alas. Centro Cultural de la Villa (4)

Alberto Miralles

1981. Céfiro agreste de olímpicos combates. Centro Cultural de la Villa (3)

José Ruibal

1981. El rabo. Sala El Gayo Vallecano. (1)

El total de semanas para el llamado teatro silenciado, en estos siete años, suma 115. No se puede decir, evidentemente que deje de ser un teatro silenciado. A ello debemos añadir los estrenos de Buero Vallejo y Gala que son, sin lugar dudas, los más representados dentro de la corriente que no sigue el teatro convencional y burgués.

Buero Vallejo, por ejemplo, estrenó en esta época las siguientes obras:

1976. La doble historia del doctor Valmy. Teatro Benavente (48 semanas en cartel) Repuesta dos veces al años siguiente. (12)

1977. La detonación. Teatro Bellas Artes. (14). Repuesta al año siguiente. (2) (fig. 12)

1981. Las cartas boca abajo. Teatro de Lavapiés. (5). Había sido estrenada en 1978 en el Aula de Teatro del Ateneo.

1979. Jueces en la noche. Teatro Lara. (10)

1981. Caimán. Teatro Reina Victoria. (16). Repuesta en 1982.

Por su parte, Antonio Gala consigue representar las siguientes obras:

1975. Anillos para una dama. (5). Había sido estrenada con gran éxito en 1973. (fig. 13)

1975. Las cítaras colgadas de los árboles. Teatro de la Comedia. (20)

1975. Los buenos días perdidos. (2). Había sido estrenada en 1972.

1975. ¿Por qué corres, Ulises? Teatro Reina Victoria. (10)

1980. Petra Regalada. Teatro Príncipe. (19) Repuesta dos veces en los años siguientes.

1980. La vieja señorita del paraíso. Teatro Reina Victoria. (13)

1982. El cementerio de los pájaros. Teatro de la Comedia. (15)