1. MONOGRÁFICO
1.7 · Colombia teatral: un territotio cervantino
Por Alejandro González Puche
3. Coloquio de los perros, por el Laboratorio Escénico de la Universidad del Valle
Como lo he anotado en otras oportunidades, el Teatro la Candelaria ha definido una tradición en la manera de abordar la literatura del Siglo de Oro español. En Cali, Colombia, hemos constituido otro referente para el teatro Cervantino: Coloquio de los perros del Laboratorio Escénico de la Universidad del Valle, estrenado en el 2013, y que con cerca de un centenar de funciones ha participado en festivales como el Iberoamericano de Bogotá, Temporales de Chile, Almagro, Olmedo y Fringe (2014), Siglo de Oro en El Paso y Juárez (2015) [Fig. 2].
En nuestra versión incluimos apartes de El casamiento engañoso; con vestuarios de época se inicia el espectáculo con una recitación algo acartonada, como si se tratase de una compañía de teatro “al uso”. Durante la representación estalla una profunda crisis, ya que parte de los actores se niegan a actuar un clásico de manera recitada. Para cumplir con el compromiso de estrenar una novela ejemplar; surge la disparatada idea de abordar el Coloquio de los perros. En nuestra puesta en escena los perros principales, Cipión y Berganza, los interpretan dos actrices, recurso con el cual quisimos abordar la discriminación que existe con uso de apelativos de animales, que se convierten en virtudes cuando se adjudican al hombre y peyorativos para la mujer (perro-perra, zorro-zorra, etc.).
Durante la investigación, descubrimos la importancia que tiene esta novela para el psicoanálisis; Cipión fue el seudónimo juvenil de Sigmund Freud, que consideraba este diálogo como un modelo de la relación entre el analista y el paciente. La puesta en escena casi no tiene texto, articulamos el diálogo con la construcción de imágenes, alternado atmósfera y acciones. Cada una de las escenas, incluso mudas, es comentada por los perros. Berganza es un perro que se introduce en un sinnúmero de actividades mayoritariamente marginales como: carnicerías, pastoreo, la germanía de un alguacil, los comediantes ambulantes, la brujería y, por supuesto, el teatro. Curiosamente muchos de estos oficios descritos por Cervantes se mantienen de manera muy similar, hasta nuestros días, en Colombia; por eso, elaboramos los ambientes adentrándonos en las plazas de mercado, los entornos campesinos, los bajos fondos urbanos, los hospitales etc. En cada cuadro permanecimos casi un mes, hasta que después de muchas pruebas reconstruimos cada una de las historias.
La puesta en escena recurre a un lenguaje ecléctico y cada cuadro fue resuelto desde una estética teatral distinta; interpretamos así la estructura del Coloquio de los perros, que como El Quijote, es una novela de muchos relatos. Los espectadores siguen muy atentamente los diálogos filosóficos de los dos perros que giran alrededor de ideas como la virtud, la humildad y la sabiduría. Uno de los grandes aciertos fue mantener la escena final de los enfermos del Hospital de la Resurrección; Berganza, después de apreciar un panorama tan sórdido de la humanidad, descubre, por fin, el lugar donde están los científicos, escritores y humanistas; la gente justa y sabia. También comprende que, paradójicamente, a ellos la sociedad no les escucha, los mantiene relegados y olvidados en un hospital.
4. Pedro de Urdemalas
En 2014 estrenamos Pedro de Urdemalas, un espectáculo con estudiantes de la Universidad del Valle [Fig. 3]. Esta obra en particular ha sido una obsesión personal; en 2008 tuve la oportunidad de llevarla a escena en Beijing, con estudiantes de la Academia Central de Drama. El espectáculo se convirtió en el primer espectáculo cervantino en la escena china. El proceso está ampliamente registrado en un volumen editado por la Academia del Hispanismo (González Puche, 2012). La experiencia china dejó la sensación de que el problemático teatro cervantino tiene en otras latitudes una segunda oportunidad. La mirada tranquila y sin prejuicios, claro está, ayudada de la fama del Quijote, permite a los creadores y espectadores confiar en el autor y tratar de comprenderlo. En otros países como China o Colombia no se le compara con Lope o Calderón, no se sabe de sus fracasos en los corrales y la percepción del espectador resulta desprevenida; lo cual no quiere decir que en ocasiones se aburra en tramas que requieren de un arduo trabajo por parte de los creadores, quienes debemos soldar tantas innegables fisuras.
El Pedro de Urdemalas de la Universidad del Valle fue presentado en el congreso “Personajes y escenarios en Cervantes”. El propósito fundamental de la obra fue dejar correr la trama; realizamos muy pocos recortes y colocamos las escenas en el lugar correcto; por ejemplo, la escena en que Pedro roba a la viuda, la pusimos antes de la fiesta en el palacio, ya que, supuestamente, el producto del robo a la viuda es destinado a engalanar a Belica. El robo después de la fallida presentación en el palacio no tiene ningún sentido; corregimos la supuesta “traspapelada del editor en la imprenta”. Pedro de Urdemalas, pese a sus fallos, fue apreciada con interés por los especialistas y el público en general. Confirmé la extraña sensación de que la obra solo es posible entenderla cuando se pasa muchas veces, es más, solo se comprende cuando uno se sienta en la sala con los espectadores, ya que, extrañamente, una es la historia que se representa y otra la que percibe el público. Durante las representaciones percibí que la teoría de Casalduero respecto a la percepción de lo que él denomina “el primer Barroco” es bastante correcta. Casalduero afirma que
…en el primer Barroco no hay unidad de acción, sino unidad mental. De aquí que la pluralidad episódica necesaria quede desconectada. Una escena no nos conduce a otra; la separación es obligatoria, es consecuencia de la autonomía del episodio con el cual se explora el mundo único (1966, 15).
Ensayamos la obra a partir del concepto del paso, es decir, cada escena la analizamos y pusimos en escena autónomamente: dividimos las obra en doce pasos, como por ejemplo: novia rica-novio pobre, sumas y restas, los amantes embozados, los gitanos, la viuda, el ladrón de gallinas, los cómicos ambulantes, etc. El único elemento que une todos estos pasos son las biografías de Pedro y de Belica, cuyos destinos se definirán al final, de forma inesperada. Por eso el espectador une toda esta información de manera autónoma, es difícil definir un mensaje, o sentido único, de la puesta en escena.
Don Galán. Revista audiovisual de investigación teatral. | cdt@inaem.mecd.es | ISSN: 2174-713X | NIPO: 035-12-018-3
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