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7. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

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7.20 · FERNÁNDEZ VALBUENA, Ana (ed.), Samira… Una experiencia teatral de cooperación, Madrid, Fundamentos, 2012, 210 pp. + 1 DVD


Por Marina Bollain
 

 

Portada del libro


FERNÁNDEZ VALBUENA, Ana (ed.), Samira… Una experiencia teatral de cooperación, Madrid, Fundamentos, 2012, 210 pp. + 1 DVD

Marina Bollain
Directora de escena


Samira… Una experiencia teatral de cooperación es una documentación profusa de un proyecto de cooperación cultural entre la RESAD, el Piccolo Teatro di Milano y el ISADAC (Instituto Superior de Arte Dramático y Animación Cultural) de Rabat. La propuesta inicial del proyecto consistió en la puesta en escena de la obra teatral Samira no entiende a los cristianos de Ana Fernández Valbuena, en colaboración con alumnos egresados de la RESAD, estudiantes de cuarto curso de Interpretación del ISADAC y los directores de escena Messaoud Bouhcine y Flavio Albanese. Como bien explica el título, el proyecto trasciende mucho más allá de la mera puesta en escena de un espectáculo: relata el camino recorrido, las dificultades encontradas y culmina con la publicación de este libro, donde se explica todo el proceso y se recopilan todos los puntos de vista de los participantes, uno de sus mayores logros.

En la primera parte del libro nos encontramos una serie de presentaciones a cargo de los responsables de las instituciones implicadas: Ángel Martínez Roger, director de la RESAD; Giovanni Soresi, del Piccolo Teatro di Milano; Federico Arbós, entonces Director del Instituto Cervantes de Rabat, y Sergio Escobar, Director del Piccolo Teatro di Milano. Ángel Martínez contextualiza el proyecto Samira… dentro de la política de acción y colaboración exterior de la RESAD en los últimos años. Martínez recuerda la relación de la institución que preside con el Piccolo Teatro di Milano en los últimos años y los proyectos realizados conjuntamente. Asimismo explica el marco donde se presentó el proyecto Samira…, los organismos que han apoyado el proyecto, las fechas de su desarrollo y las representaciones en Rabat, Madrid y Milán, sede de las instituciones implicadas.

Giovanni Soresi detalla en su presentación la labor de los últimos años del Piccolo Teatro di Milano con alumnos de escuelas teatrales de diferentes países. Se trata de un proyecto llamado Masterclass para formar mediante intercambios culturales, personales y sobre todo humanos. Soresi explica que en los últimos años se han añadido escuelas de España y de la cultura árabe. El proyecto Samira… es la conclusión, afirma, de diez años de trabajo y quizá el punto de partida de una integración multicultural fortalecida, a pesar de las dificultades encontradas.

La presentación de Federico Arbós, relata el momento en el que él conoce el proyecto y la situación de la que parte. Realiza un comentario elogioso sobre el texto original de Ana Fernández Valbuena Samira no entiende a los cristianos. Su punto de vista es de enorme interés, no en vano Federico Arbós es un reputado arabista y era, durante el desarrollo del proyecto Director del Cervantes de Rabat. Asimismo, Arbós detalla cómo se presentó dentro del Primer Encuentro Internacional de Acción y Gestión Cultural: Música y Artes Escénicas diseñado y organizado por el Instituto Cervantes de Rabat, con el apoyo de la Embajada de España en Marruecos y la AECID, a través de su programa ACERCA. Para terminar las presentaciones se adjunta una carta de Sergio Escobar, Director General del Piccolo Teatro di Milano. Se trata de una carta de bienvenida al equipo de Samira… ante su estreno en Milán.

Tras el bloque de las presentaciones hay una introducción a cargo de Ana Fernández Valbuena donde primeramente reflexiona sobre el papel del teatro en el mundo musulmán. En general, la cultura árabe-musulmana no ha cultivado la literatura dramática sino otras formas de espectáculo, afirma Valbuena, de modo que el interés por la cultura dramática llega a la cultura árabe importado de occidente. Esto hace que cuando se plantea allí la educación teatral en términos occidentales no exista en muchos países árabes un repertorio dramático propio ni tampoco una tradición teatral. A continuación explica la génesis del proyecto Samira… propuesta de Giovanni Soresi al término de uno de los talleres internacionales del Piccolo en 2011, y enumera las premisas del proyecto a realizarse entre Marruecos, España e Italia. El proyecto arranca con un reparto de responsabilidades entre las tres sedes que participan y pretende mostrar el espectáculo resultante en los tres países. Se busca un argumento para la obra cercano a los alumnos, plantear prejuicios y errores históricos que occidente vierte sobre los “moros”, investigar sobre prejuicios del mundo árabe hacia los occidentales y reforzar la infraestructura en la educación actoral en Rabat a través de unos talleres de interpretación y ayudantía de dirección. Valbuena relata brevemente el contenido del texto original Samira no entiende a los cristianos que no llegó, después de mil cambios, a los escenarios.

El apartado III, Las lenguas del mundo. La lengua del profeta, trata sobre la dificultad de encontrar el lenguaje adecuado para la obra, ya que el dariya es un lenguaje oral, que no se escribe, y el árabe estándar en Marruecos no se habla. Además, había un complejo tema de censura con numerosas expresiones que, en ocasiones, acabaron dichas durante el espectáculo en una lengua ajena a los alumnos marroquíes como el italiano. A pesar de todo, afirma la autora, el resultado de la integración lingüística, teniendo como base el francés, es un espectáculo en el que se escucha hablar en dariya, en árabe clásico, en castellano, en francés… y hasta en italiano.

El punto IV, Sobre la escritura de Samira no entiende a los cristianos, aborda los objetivos que Fernández Valbuena tenía al escribir la obra: según sus palabras, contar al otro cómo lo ven hoy, cómo los ha visto la historia e intentar dialogar sobre qué nos parece esa visión tan ajena a la que cada uno cree que es su imagen. Quería ser una obra ligera y divertida pero finalmente, según afirma sin tapujos, la obra fue censurada, cambiada y dejada inacabada por los colegas marroquíes, aunque también se enriqueció en algunos aspectos.

El apartado 2, Testimonios de la experiencia, recopila las opiniones sobre lo vivido por parte de los integrantes de los dos equipos. Dar voz a todos los participantes es uno de los grandes aciertos del libro. A estas alturas de Samira… sabemos que el proyecto pasó por dificultades, conflictos y que el texto fue uno de ellos. Es el momento de oír a sus protagonistas. Lo que dicen no tiene desperdicio. Gracias a sus testimonios entiendes los problemas, los diferentes puntos de vista, la ligereza de algunas opiniones y la profundidad de otros como la de Flavio Albanese. Los testimonios de los actores redundan en su inicial rechazo al texto y no falta el humor en el relato de la figurinista, que detalla situaciones absurdas para alguien que trata de hacer un trabajo profesional. Es muy interesante también la opinión de Hassan Boutakka, el traductor del texto al dariya. Boutakka hace hincapié en la dificultad de traducir (él habla de “bajar”) una lengua bien escrita y cuidada como la de Samira no entiende a los cristianos a una lengua oral dialectal hablada. Para Boutakka la participación de los alumnos marroquíes fue fundamental para lograr unos diálogos perfectamente ambientados en la cultura marroquí y más asequibles al receptor.

En el apartado 2.5, El público y la crítica, se adjunta un artículo de Livia Grossi de Il corriere de la sera de Milán. Grossi ha entrevistado al director marroquí, a los actores, a Sergio Escobar y a Ana Fernández Valbuena. En su artículo da voz a los participantes, que se reafirman en la opinión de que, más allá del resultado estético-productivo, lo que les ha interesado a todos los implicados ha sido tratar de sembrar para crear una sociedad y un futuro distintos, trabajar la comunicación, los prejuicios y conseguir hacer del teatro un lugar de encuentros donde se dé la palabra a la cultura de las diferencias.

José Vicente Torrejón Mora, profesor de Estética de la RESAD, colaboró como moderador durante las reuniones propuestas para la reflexión e intercambio de opiniones sobre el trabajo desarrollado entre los equipos de las diferentes sedes. Desde su punto de vista, el texto y lo que este planteaba se acaba mezclando con la realidad y, por extensión, la vida con el teatro. La metarrealidad, según él, se iba sucediendo, episodio tras episodio, desde el mismo inicio del recorrido del proyecto, pero no en el texto, sino en la vida misma. Samira… afirma Torrejón Mora, cumplió su función pedagógica y el resultado final fue bien percibido y acogido por el público de Marruecos, España e Italia.

Son muy interesantes también las opiniones de los profesores de École des écoles, una red de profesores de escuelas de Arte Dramático que compartió la fase madrileña del proyecto. Llama la atención la pregunta que lanza Bruno Fornassari, de la Accademia dei Filodrammatici de Milán, tras escuchar todo el proceso de reescritura del texto: el respeto al texto, se pregunta, ¿forma parte de la pedagogía que se imparte en el ISADAC? La respuesta entroncaría con las reflexiones del citado profesor de Estética de la RESAD.

A continuación el libro muestra unos bocetos de escenografía y vestuario con las experiencias en primera persona de las diseñadoras. Sus propuestas resultan del todo sugerentes y atractivas. El resultado final puede verse en el vídeo documental realizado en el Piccolo que se presenta junto a esta publicación.

El último epígrafe del libro, El teatro como punto de encuentro. Balance y proyección futura, está firmado de nuevo por la propia Fernández Valbuena. Después de leer repetidamente sobre las dificultades del proyecto se hace un balance claro, directo y sincero. Se agradece la elegancia con la que se critican determinadas actitudes y la objetividad de todo lo expuesto. Fernández Valbuena concreta las múltiples dificultades culturales, la falta de rigor en el trabajo del equipo marroquí, su inicial postura negativa y declara que hubo actitudes machistas, irrespetuosas o llenas de prejuicios que dificultaron, entre otras cosas, que la escuela marroquí se beneficiara de la presencia de profesionales españoles. También se detallan los logros y los objetivos conseguidos: el aprendizaje por parte de los alumnos de otra forma de hacer teatro, el entrenamiento en la paciencia y la humildad por parte del equipo español y por supuesto, el gran logro de llevar a buen puerto el proyecto.

Samira… no es pues una publicación institucional llena de grandes palabras y buenas intenciones sobre la cooperación y los proyectos internacionales. Es un texto realista y objetivo, que deja entrever un gran amor por la profesión pedagógica y teatral y que trata de dar voz a todos los participantes. Se adjuntan a esta publicación el texto original Samira no entiende a los cristianos en castellano, dariya e italiano y un documental muy interesante a cargo del Piccolo Teatro di Milano, con entrevistas al equipo artístico y extractos del espectáculo en su estreno en Milán. En definitiva, la publicación supone una documentación muy rigurosa, un relato en ocasiones valiente y siempre muy claro con el que podemos hacernos una idea exacta de la dinámica del trabajo, de los logros conseguidos y del viaje personal realizado tanto por el equipo español como por el marroquí.

 

 

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