logo Centro de Documentación Teatral
Logo Don Galan. Revista Audiovisual de Investigación Teatral
imagen de fondo 1
imagen de fondo 2
NÜM 1

PortadaespacioSumario

espacio en blanco
1. MONOGRÁFICO

Logo Sección

1.4 · Después de la LOE
Presente y futuro de la educación teatral en España en los inicios del siglo XXI


Por Manuel F. Vieites.
 

 

1. 2. La Expresión teatral

La diferencia básica que existe entre la expresión dramática y la expresión teatral radica en que en la primera lo esencial es el desempeño de roles en el marco de una acción dramática en que todos participan, en tanto en la segunda la acción dramática se organiza a partir de la consideración de un marco teatral, lo que implica tomar conciencia de los roles de actor y espectador. La expresión dramática se sitúa en el ámbito de la vida en tanto la expresión teatral pertenece al dominio del arte. Por eso la Expresión dramática, en tanto disciplina educativa, se ubica en el período que va de los 3 años a los 12, y la Expresión teatral es más adecuada para la etapa de la educación secundaria.

Nos situamos ahora en una etapa educativa en la que, además de los objetivos relacionados con la formación integral y un desarrollo armónico de la persona, hay que considerar todo aquello que se señala en el artículo 22. 3 de la LOE, lo que implicar prestar “especial atención a la orientación educativa y profesional del alumnado”. Seguimos insistiendo en el carácter educativo y formativo del teatro, pero ahora también deberemos tener en cuenta que es en esta etapa cuando el alumnado perfila futuros itinerarios formativos, entre los que cabe considerar todos aquellos que guardan una relación directa o indirecta con las artes escénicas, sea en el territorio de las enseñanzas artísticas, sea en el de las letras y las humanidades o las artes de la imagen.

Por eso defendemos que en educación secundaria el alumnado curse la materia denominada Expresión teatral, y durante los cuatro cursos, atendiendo al conjunto de aprendizajes que propone y que se vinculan directamente con los objetivos y competencias de la etapa. Optamos por esta denominación porque abarca más territorio que la asignatura que en el pasado se denominaba Taller de teatro, especialmente orientada a la realización de espectáculos o al dominio de técnicas relacionadas con ese proceso. La expresión teatral cumple así una función doble, de un lado continuar contribuyendo a la construcción individual y social del sujeto y del otro ampliar sus horizontes, experiencias y expectativas, y siempre en un entorno que implica trabajar directamente con la situación, la acción, el conflicto, los roles, la toma de decisiones, la resolución de problemas, el pensamiento divergente, en un clima de interacción que tanto se asemeja a la vida.

1. 3. El profesorado de Expresión dramática y Expresión teatral

Una de las cuestiones básicas en la implantación de las enseñanzas teatrales en los niveles educativos de la enseñanza obligatoria radica en la selección adecuada de un profesorado, que habrá de estar especialmente formado y cualificado. La lógica de la especialización invita a que ese profesorado provenga, en los niveles de infantil y primaria, de las Facultades de Educación, de los nuevos grados en Educación Infantil y Educación primaria, y en los niveles de Secundaria (o de Bachillerato, que luego consideraremos) de las escuelas superiores de arte dramático.

Defendemos que el profesorado para impartir la materia denominada Expresión teatral deba salir de las escuelas superiores de arte dramático, porque hasta la fecha y mientras no se demuestre lo contrario todo indica que los titulados en Arte dramático son los verdaderos especialistas en el campo y además poseen una titulación equivalente, a todos los efectos, a la de licenciado universitario, y en breve una titulación de Grado. El que durante años algunas optativas similares hayan sido impartidas desde los seminarios de Lengua y literatura o de Educación física es una muestra del escaso entusiasmo con que se ha acometido el proceso de normalización de las enseñanzas teatrales.

Esa misma lógica conlleva que en su día se deberían crear en los cuerpos correspondientes, de profesorado de primaria y de profesorado de secundaria, las especialidades de Expresión dramática y Expresión teatral, respectivamente, de forma que se pudiesen convocar oposiciones y cubrir las plazas, en propiedad o como interinidades según los casos, con profesorado específico.

En el primer caso, la medida presenta nuevos problemas, tales como la especialización teatral para el alumnado que cursa estudios de Magisterio, o la especialización didáctica para el alumnado de Arte dramático, problemas que se podrían resolver fácilmente con dos líneas de actuación: introduciendo materias específicas en los estudios de Magisterio, y ofreciendo aquello que ya proponíamos hace casi una década con la regularización de los estudios de especialización y postgrado en Pedagogía teatral que se podrían organizar conjuntamente entre las facultades de educación y las escuelas superiores de arte dramático.

Esta opción de los estudios de especialización y postgrado sería una forma igualmente válida para reconocer y validar el trabajo desarrollado durante todos estos años por un buen número de docentes que, contra muchos huracanes y marejadas, han mantenido la actividad teatral en no pocos centros educativos y que constituyen en bastantes ocasiones un referente obligado de resultados educativos y buenas prácticas. Como consecuencia de ese proceso de actualización y reciclaje algunos profesores y profesoras podrían ser adscritos a las dos especialidades antes citadas mediante procedimientos contemplados en la legislación vigente como los cambios de especialidad.

Un proceso de estas características, la provisión oficial de profesores y profesoras de Expresión dramática y de Expresión teatral en los centros educativos públicos y concertados, debiera conducir a que en un período razonable de tiempo todas las escuelas e institutos del Estado contasen con un “profesor o profesora de teatro”, esa figura fundamental que en las películas de adolescentes realizadas en países como los Estados Unidos de América han acabado por convertirse en un tópico, pero también, y eso es lo realmente importante, en un residente habitual, querido y respetado del paisaje escolar (muestra del peso de la educación teatral en algunos países, y del pragmatismo de sus dirigentes).

Hemos de señalar, en esa dirección, que en España todavía tenemos muchas asignaturas pendientes en materia educativa y una de las más transcendentales consiste en dotar a los centros educativos de nuevas funciones, vinculadas precisamente con procesos educativos no formales y abiertos, lo que exige considerar y aumentar los cuadros de personal de los centros desde perspectivas nuevas, también relacionadas con la educación social y con la idea de un entorno (ciudad, pueblo, comarca) verdaderamente educador. En esa dirección, los centros educativos debieran convertirse en espacios de dinamización y animación socioeducativa y sociocultural, líneas de trabajo en las que el profesorado de teatro de los centros sería un vector especialmente relevante.

 

 

espacio en blanco

 

 

 

 


Logo Ministerio de Cultura. INAEMespacio en blancoLogo CDT


Don Galán. Revista audiovisual de investigación teatral. | cdt@inaem.mecd.es | ISSN: 2174-713X | NIPO: 035-12-018-3
2012 Centro de Documentación Teatral. INAEM. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España. | Diseño Web: Toma10

Portada   |   Consejo de Redacción   |   Comité Científico   |   Normas de Publicación   |   Contacto   |   Enlaces