Documentos para la historia del teatro español
Documentos para la historia del teatro español. CDT
INICIO / Claves / Memorabilia
1939-1949
1939-1949

Cartelera
1944

El tiempo y su memoria
Escena y política
Modelos y espacios
Protagonistas
Memorabilia
El Teatro y su Doble

 

 

Índice, recopilación y estudio:

Juan Aguilera Sastre
IES “Inventor Cosme García”. Logroño

 

fondo página

MEMORABILIA

1 2  ·  Última

Como hemos señalado al revisar los balances del año teatral 1944 de los diferentes críticos, pocos espectáculos merecieron el calificativo de memorables en estos doce meses de teatro más bien anodino y vulgar; y, cuando se aleja el foco, ni siquiera los que fueron calificados como tales al calor de la emoción de su estreno, del prestigio de su autor, de la calidad de sus intérpretes y de la puesta en escena, del clamor reiterado del público, parecen resistir el paso inexorable del tiempo. El repaso de los éxitos más resonantes que hemos venido analizando en páginas anteriores muestra bien a las claras la magra cosecha de un año teatral de mínima trascendencia histórica.

Ejemplos de esta escasa trascendencia fueron los éxitos de comedias irremediablemente condenadas al olvido, como Una mujer imposible, de Antonio y Manuel Paso, o Marcelina, de Adolfo Torrado; y el triunfo rotundo de dramas como María la viuda, de Marquina, estrenada el año anterior, o el más resonante todavía de Baile en capitanía, de Agustín de Foxá, que además contó con el prestigio de ser uno de los grandiosos estrenos del teatro Español de Madrid. Obra alabada por su “enorme realismo poético” porque en ella “la poesía y la realidad funden milagrosamente sus esencias dispares” (Informaciones), ya en su estreno alcanzó uno de los triunfos “más solemnes y legítimos que hay en el teatro poético de nuestro tiempo” (Dígame). El 19 de mayo se celebró un primer homenaje a su autor con motivo de la 50 representación: “Esta obra, tan llena de honda emoción carlista, ha sido aureolada desde su estreno por el más brillante éxito, aureola que sus calidades, tono y estilo merecen plenamente”. El cronista de El Alcázar recordaba, además, la presencia en la misma de un grupo de veteranos de la segunda guerra carlista, “venerables españoles, espejo de patriotismo”, que entregaron un ramo de flores a la primera actriz, Mercedes Prendes, y felicitaron al autor de la obra. El 15 de junio se celebraba en el Español su centésima representación consecutiva “en constante triunfo, como prueba de que el buen teatro poético tiene en el público la más resonante y entusiasta acogida” (ABC). El autor estuvo apadrinado por Eduardo Marquina y juntos recitaron diversas composiciones poéticas al final de la obra, acompañados por la primera actriz, Mercedes Prendes. Resulta significativo que la función fuera organizada por el departamento provincial de prensa y propaganda de la Sección Femenina y se repitiera nuevamente para sus afiliadas el día 20, y más tarde, el 22, también el Servicio Español de Magisterio organizara una función especial para sus afiliados.

Algo similar puede decirse de los grandes espectáculos musicales, en especial de las revistas de más aceptación por parte de público y crítica. Como evento memorable se presentó la función de gala celebrada en el Español de Barcelona con motivo de la 1.000 representación de Luces de Viena el 17 de mayo, una revista cuyos números sabía el público de memoria y había llenado el teatro noche tras noche. Asistió a la misma un público escogido, ente el que destacaban el capitán general de Cataluña, general Moscardó, el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Antonio F. de Correa Véglison, el presidente de la diputación provincial, Luis de Argemí, y otras primeras autoridades civiles y militares, así como “lo más selecto de la sociedad barcelonesa”. En esta representación extraordinaria los artistas volvieron a ofrecer la misma interpretación “medida, precisa y, sin embargo, siempre variada y nunca monótona de cada noche de sus mil noches”. Aparte de los artistas principales de “los vieneses”, la prensa destacaba el papel esencial de su director, “la genial creación escénica viviente que es el arte de Franz Joham, cuya simpatía, cuyo donaire y cuyo don de gentes para atraer el contacto cordial del público es otra de las claves del éxito de Luces de Viena”. El fin de fiesta preparado para la ocasión, con estreno de números nuevos, “obtuvo un éxito clamoroso”. Además, la función tenía “el noble aliciente de su fin benéfico y patriótico: dedicar los ingresos al Frente de Juventudes en sus beneméritas obras sociales y educativas”. No menos memorable fue el éxito del siguiente espectáculo de “los vieneses”, Viena es así, que ya en su estreno fue recibida como muy superior a su predecesora y a las 100 representaciones se volvía a destacar el secreto de la “emoción artística” que suscitaba entre los espectadores: “La difícil facilidad y la suprema sencillez se conjugan en esta revista, en donde todo tiene la delicadeza alada de la gracia, la dulzura de la melodía y la elegancia del buen tono”; y concluía que la revista era “digno ornato y atractivo de la vida espectacular de Barcelona, y –la verdad sea dicha– sin precedente en nuestros anales. Como sin precedente es su sostenido y clamoroso éxito” (La Vanguardia). En el ámbito de la producción nacional, no les quedó atrás el éxito de la opereta cómica ¡Cinco minutos nada menos!, que superó las 500 representaciones este año 1944 y se acercó a las 2.000 en su andadura escénica hasta 1948, y ya en su estreno en el teatro Martín de Madrid fue recibida como “la obra más lograda en su conjunto de cuantas han sido estrenadas en este teatro durante estos últimos años” (Arriba). Llegó a ser interpretada simultáneamente por cuatro compañías en diferentes teatros. El crítico de Madrid recurría al tópico para subrayar las claves de su éxito: “Considerando objetivamente esta feliz producción de Muñoz Román y Jacinto Guerrero, se demuestra plenamente, una vez más, que por excelente que sea la interpretación y lujosos y apropiados el decorado y el vestuario, si la obra carece de consistencia, lo otro es de tipo complementario. Libro bien planteado y desarrollado en el diálogo con ingenio y partitura inspirada, ligera y pegadiza son lo fundamental”. Sin mucho bombo, sin embargo, se anunció la 12.000 representación (se estrenó en 1922 en el teatro Circo de Zaragoza y en enero de 1923 en el de la Zarzuela) de La montería en el teatro Coliseum de Madrid, la popularísima zarzuela de José Ramos Martín y Jacinto Guerrero, por la compañía de Pepita Embil y Antonio Medio (Madrid)

Bastante más memorable fue, en su conjunto, la labor de los dos Teatros Nacionales, el Español y el María Guerrero, cuyos logros atribuía Nicolás González Ruiz en un largo artículo publicado en Ya, “Una gran tarea de dignificación del teatro”, a la política cultural del régimen y, de manera inmediata, a la acertada dirección, pero también a la selección del repertorio, siempre “al servicio de las grandes obras, valorizándolas, poniéndolas de relieve y consiguiendo que el público guste sus bellezas”. En su opinión, esta apuesta por un teatro de calidad había propiciado un cambio radical en los gustos del público, por lo que las producciones de los dos teatros “en los dos últimos años han contado con un público numeroso y se han hecho varias de ellas centenarias en los carteles”, y tras citar algunos ejemplos, concluía: “Clásicos, románticos y modernos, extranjeros y españoles. Un solo denominador común –buen teatro– y una sola característica exterior –perfecta presentación y realización”. También Alfredo Marqueríe, en su resumen de la producción teatral del año para ABC, destacaba: “En ella figuran en primerísimo lugar las tareas fecundas del Español y del María Guerrero –nuestras dos salas oficiales, que, como en temporadas anteriores, han sabido estar a la digna altura de su misión–. Fuenteovejuna, Don Juan Tenorio y Otelo han constituido otros tantos acontecimientos escénicos donde ha resplandecido el talento del gran director y realizador Cayetano Luca de Tena y la labor de los intérpretes. Y en el María Guerrero, Luis Escobar y Huberto Pérez de la Ossa y sus actrices y actores lograron resonantes triunfos con la admirable presentación escénica de Los endemoniados, Traidor, inconfeso y mártir, Nuestra ciudad… El maestro de escenógrafos Bürmann, y Redondela, Víctor María Cortezo, Chausa, Restti, Vides, Comba, Caballero… figuraron a la cabeza de los decoradores y figurinistas, que han sabido imponer nuevos valores al color y propiedad de los tablados”. Montajes y textos que hemos comentado con algún detalle en páginas anteriores, por lo que no es necesario volver a ellos, y que, como señalaba Marqueríe en otro artículo, constituyeron “verdaderos acontecimientos espectaculares por la calidad de las obras y por la estupenda presentación escénica”.


1 2  ·  Última

 

 

 

 

 

 

línea

 

fondo

 

 

 

Logo Ministerio de Cultura. INAEMespacio en blancoLogo CDT


Documentos para la historia del teatro español

© 2016 Centro de Documentación Teatral. INAEM. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España | cdt@inaem.mecd.es | Diseño web: Toma10