En 1949, con el estreno en el Teatro Español de Madrid de Historia de una escalera, comienza no sólo la obra dramática de Buero, sino el nuevo drama español, fundado en la necesidad insoslayable del compromiso con la realidad inmediata, en la búsqueda apasionada, pero lúcida de la verdad, en la voluntad de inquietar y remover la conciencia española y en la renuncia tanto a la evasión lírica como al tremendismo ideológico.

Buero Vallejo, desde esa su primera pieza hasta la última, ha traído al nuevo teatro español escrito dentro de España [...] el imperativo categórico de hacer un examen de conciencia para poder atreverse a decir la verdad.

 

(Francisco Ruiz Ramón, Historia del teatro español. Siglo XX,

Madrid, Cátedra, 200714, p. 337).

 

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