Buero Vallejo procuró armonizar voluntad
estética y reflexión crítica; bajo la influencia de su siempre admirado Ibsen, sigue en la organización de sus primeros dramas unas
estructuras teatrales realistas que llegan sin dificultades especiales al público,
pero en las que se da entrada a elementos renovadores o de experimentación.
[...]
Los propósitos de investigación dramatúrgica
y sentido social se advierten cumplidamente en las obras que lo presentan en
los escenarios. Recordemos que bajo una apariencia convencional, que algunos
llamaron sainetesca, Historia de una escalera posee, a poco que se mire
atentamente, una dimensión que excede tales formas. El autor escenifica de otro
modo un asunto que podía tener concomitancias con piezas encuadrables
en ese género y lo hace por un motivo doble: "Fueron dos preocupaciones
simultáneas las que me llevaron a escribir la obra: desarrollar el panorama
humano que siempre ofrece una escalera de vecinos y abordar las tentadoras
dificultades de construcción teatral que un escenario como ese poseía".
(Mariano de Paco: "El teatro de Buero
Vallejo: dramaturgia y sentido social" en VV.AA.,
Buero después de Buero,
[Toledo], Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2003, pp. 94-95).